miércoles, 4 de abril de 2012

Maese di Lampedusa


      
    Ah, antes de que se me olvide: el Discurso con el que Maese Rubalcaba –me lo zampé el otro día- se dirigió durante el pasado febrero al plenario de su partido, que le elegiría luego Secretario General del mismo, tuvo un colofón verdaderamente extraordinario, que merece a mi juicio adecuado resalte.
    
    Conviene decir de antemano que el conjunto del discurso fue de una habilidad notable: una hora discurseando sin parar y sin apenas consultar las notas, desgranando con fluidez no exenta de eficacia las líneas partidarias que a él interesaban ante un auditorio dividido a la mitad entre sus partidarios y los de Chacón, es mérito por completo ajeno a todos los líderes de la Derecha española. No parece sino que vinieran al mundo los prebostes socialistas perorando ya, tal es su destreza verborreica desde un estrado. Cuando el otro día la delegada de la Junta de Andalucía (post del 17-3-12) adoctrinaba a los menores de un instituto y les animaba a “atreverse a hablar en público”, queriéndolo o sin querer, ponía el dedo en la llaga, en el contexto de una cultura básicamente oral y visual como la nuestra, de una de las herramientas cruciales a la hora de conseguir el asentimiento de los gobernados.
      
   A lo que te iba, al remate del discurso del Maese Rubalcaba. Hizo el parón adecuado y, en medio del silencio, se perfiló como los toreros en la suerte suprema. Tomó impulso entonces y se lanzó decidido contra el morlaco del auditorio. Estallaron luego las ovaciones clamorosas –tibias hasta entonces-, los silbidos festivos, los vítores unánimes. Con el público puesto en pie y a él entregado, se adelantó el Maese a saludar, incluso a enviarle un beso con la mano desde los medios. Una espectacular apoteosis, desde luego, pero… ¿qué es lo que había dicho, cuál fue la sustancia del alegato final, del mensaje definitivo, que a todos hasta el delirio había llevado?
   
    Estas fueron sus divinas palabras: “os lo aseguro… si me dais la confianza, yo responderé con todo mi trabajo para hacer lo que yo creo que el PSOE tiene que hacer… que es… ( elevó aquí el índice admonitorio vuelto hacia sí mismo, como en él es habitual) … ¡cambiar el PSOE para seguir siendo el PSOE! …gracias compañeros, gracias compañeras.”
    
   ¡Cambiar el PSOE para seguir siendo el PSOE! , es decir, lo de Lampedusa, “es necesario que todo cambie para que todo siga igual”, la treta de las élites tradicionales para contener las nuevas fuerzas sociales en juego. “Seguir siendo el PSOE”, he ahí el cogollo inmanente del del repollo rubalcabo frente al aventurerismo de los garibaldinos chaconistas.  En vez de El gatopardo, El faisán pardo, esta vez. Eso fue lo que a todos arrebató allí. Así de lampeduso culminó el Maese. Te los ganaste, Burt Lancaster.   

8 comentarios:

  1. gracias a cada uno de quienes me dejáis vuestra opinión y parecer en mi blog, que es también vuestro, sin vuestra colaboración no reuniría fuerzas para escribir, pues con vuestro comentario me recordáis que estáis ahí. Y lamento de veras no comentaros, aunque creo que lo hago en los textos. Si comento no escribo y prefiero de momento responderos indirectamente con los textos del blog. Pero SIEMPRE agradezco vuestro detalle de dejarme vuestras ideas, que siempre tengo en cuenta. Un abrazo a cada uno de vosotros.
    GRACIAS

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  2. Gracias a ti por ilustrarnos con tus sabias aportaciones José Antonio.

    Saludos.

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  3. Especialmente brillante (y certero) este post de hoy, José Antonio.

    Un abrazo.

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  4. No tienes nada que agradecer, creo que todos comentamos cuando podemos.
    Aciertas de pleno sobre aquel discurso de Rubalcaba, algunos políticos son maestros en la oratoria fácil, aunque carezca de contenido útil que merezca el aplauso
    Saludos.

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  5. LO realmente sorprendente...¡es que le aplauden! Mismamente como si hubiera sido él y no otro quien encontrara las claves de la piedra Rosetta. ¿O es que es eso y por eso les ientiende?

    Un abrazo

    PD.- Las gracias, en su dirección correcta: de mi hacia ti

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  6. Qué grande es el Ruba. Es capaz de sobrevivir a un Gal,a un Filesa, a un González, a los fondos reservados y a todo lo que se le ha cruzado en su camino. Porque " os lo aseguro… si me dais la confianza, yo responderé con todo mi trabajo para hacer lo que yo creo que el PSOE tiene que hacer… que es… ¡cambiar el PSOE para seguir siendo el PSOE!
    Gracias por tan maravilloso blog. Saludos

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  7. Ya lo cambió, le quitó la rosa. Se habrá arrepentido y ahora le pondrá la rosa y el clavel.
    Gracias a ti, José Antonio, por tus escritos.
    Saludos.

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  8. De nuevo por tu casa amigo.

    Saludos y un abrazo.

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