A ver, probemos a trasladar a la Literatura el Imperativo Categórico de Kant: "Escribe de tal modo que la máxima de tu escritura pueda valer como principio de Literatura Universal". Hmmm, no nos vale, querido Kant. Cantea un poco, verás: la escritura, de la literaria hablamos, es sobre todo canto. A veces cante, vaaale. La literatura es la música por otros medios. Quienes escriben tienen algo de instrumentos musicales: aquel/aquella suena como un tambor, ese like a violin, ésta como arpa, aquel/a como un trombón, en fin, armonías nacientes en muy distintas armónicas. Entonces, el Viento de la Vida, al atravesar esa sucesión de maderas finas horadadas por más o menos huecos o teclas -la sensibilidad y las vivencias en que cada creador consiste- a la salida se expresa en mil tonos diferentes, en principio ninguno de ellos desechable. Es decir, Kant querido, que, siento comunicártelo pero, en literatura hablando, casi nada es imperativo ni categórico. A ver, tampoco es que sea todo relativo. Quizás es que la Literatura, más que a la razón pura o a la razón práctica, dirígese, como flecha que arde, al puro corazón y al corazón puro de las personas. ¿Me entiendes, Kant? Mejor entonces, creo, que en Literatura calles tú, Inmanuel, y no que calle el cantor. Cantemos.
SOY ESCRITOR. 111 ROSAS (Es bien fácil pedírmelo y recibirlo, va, 10 e envío incluido, CONTÁCTAME): las historias de un hombre, más sensible que patético, en busca de sí mismo y de los demás, a la búsqueda de los afectos perdidos, por cielos, mares y discotecas, entre mujeres fatales y mujeres magistrales. TE REIRÁS. TE DARÁ QUE PENSAR. TE EMOCIONARÁ. Pídemelo aquí o en josemp1961@yahoo.es 301 pgs CONSÚLTAME. Personalmente dedicado, si te gusta. HUMOR, AVENTURAS COTIDIANAS, SENTIMIENTOS A RAUDALES.