Nacho Vigalondo, exitoso cineasta y responsable, en persona también, de la última gran campaña publicitaria de EL PAÍS encaminada a promocionar el órgano de expresión por excelencia del pensamiento avanzado entre las clientelas vertiginosas de las ultimísimas redes sociales, bromea –dice él- precisamente en las mismas nada menos que con la venenosa especie de que “el Holocausto fue un montaje”. Decía Adorno, cuando los progres idolatraban a filósofos de cierta entidad y no tenían a chiquilicuatres emergentes como pensadores sumos, que “escribir poesía después de Auschwitz es un acto de barbarie”, queriendo con ello expresar el definitivo horror que a toda persona cabal los campos de exterminio de millones de personas deberían producir. Ni una sola palabra más haría falta para certificar la degeneración del panorama ideológico que respiramos, en virtud del cual la doliente imposibilidad de la lírica adorniana se convierte en la parrandera virtualidad de la etílica vigalondiana. De la ética a la etílica, que diría mi admirado Neo.
Todo el espacio de reflexión y de distancia que en teoría exige la elaboración de un libro se disuelve en la instantánea vomitona biliosa que las apremiantes redes sociales propician. Item más: resulta decisivo el desenvuelto cinismo con que los líderes sociales progres del presente explicitan sus a la vez calculadas bazofias. Veámos como iba Vigalondo tomando carrerilla hasta alcanzar la suma deposición: “Ahora que tengo más de cincuenta mil followers y me he tomado cuatro vinos podré decir mi mensaje: ¡El Holocausto fue un montaje!
Es difícil sintetizar mejor el pleonasmo de la burricie: la basurienta banalización del Mal (del, junto al comunismo, Mal supremo, que es que se atreven éstos con todo) es la recompensa que a sí mismo se da Vigalondo por su personal éxito estadístico (sus más de cincuenta mil followers, que deben ponerle mucho al señorito millonario y publicista de EL PAIS), triunfo que le colocaría en condiciones, con viático alcohólico expresamente enarbolado, sin freno alguno pues, encaramado a tanto éxito, de propalar ya mismo por las instantáneas redes sociales nada menos que “su mensaje”, como si fuera éste la más sagrada y esencial verdad suya que hasta ahora para sí guardaba autocensurada: la matanza de los judios fue una patraña. Es como si el Triunfo social en el Reinado de la Mugre lejos de asentarles sobre la sensatez, les catapultara al hooliganismo más infecto. Lejos de irradiar responsabilidad y criterio, agítanse estos triunfitos, que ejercen además de sabios globales, como malencarados niños mimados de las masas. ¿O precisamente de esta manera buscan la rastrera identificación con ellas?
Hubo protestas, claro. Pero la reacción por escrito de Vigalondo a las mismas no deja de ser a la vez alucinante y transparente –es el cinismo la indudable koiné de estos tiempos-: más bromitas denigratorias sobre películas y libros antinazis y ¡sobre Ana Frank!, pidiendo, como el del Sálvame, un poco más de sentido del humor. “No es la primera vez que, por el motivo que sea, se suman mil followers nuevos en un día… (sacando pecho, claro, es decir, se lanza el anzuelo y pican, se consigue popularidad, se aumenta el caché, es eso ¿no?) …he sido VICTIMA de la volátil confluencia de redes sociales y periodismo (¿los judíos gaseados por millones? quiá, ¡la víctima es él!, que no conoce para nada, que va, cómo funcionan esas redes)… en realidad no me cuesta pedir perdón por el incómodo fin de semana que algunos han vivido en la redacción del periódico a raiz de todo esto (no vaya a ser que le quiten a uno la bicoca).
En realidad, sostiene Vigalondo, sus bromas son “un detecta-gilipollas”, una estrategia “para expulsar a followers sin sentido del humor”. ¿Preocupado entonces? “Me acaban de llamar del programa de David Letterman. Que quieren hablar del asunto”. Bien cristalino se ve ya cómo al cabo la controlada metedura de pata, el aparente exabrupto, la arcada con melopea de atrezzo, obtiene su dorada recompensa: más popularidad, más pasta, más caché, más influencia, al fin la televisión del Imperio. ¡Bravo Vigalondo, este corto tuyo sí que se merece un Oscar del Hollywood judío que ya te llevó a la final!¿Y a Ana Frank? Que la vayan dando, que tienes tú ya no sé cuantos mil… cómo era… fóllowers, eso.
Son modernísimos chiquilicuatres como estos los que hoy están sobre la cima de este mundo facebook y nos gritan encima a la cara su burricie. El principal periódico biempensante de nuestro país encarga a cerebros tan sueltos la elaboración de su imagen corporativa. Si Adorno levantara la cabeza, Vigalondo la escupiría.
judíos como Woody Allen, Seinfield o Larry David hacen chistes sobre judíos y el holocausto y no pasa nada. En US de A, dónde sí hay judíos. Aquí por una broma (mala, pero broma) en un tweet (un tweet dios mío) sacamos de paseo la santa inquisición.
ResponderEliminarPrimero a por Dragó por lo de las niñas, luego Sostres por un comentario privado...ahora Vigalondo.
Asco de país
Mucho se habla del genocidio pero más se calla sobre las muertes civiles que se produjeron tras los bombardeos y ataques rusos o ingleses.
ResponderEliminarTodos eran alemanes pero no nazis.
Siempre estamos en el mismo punto, parece como que unas víctimas eran victimísimas y como si otras lo tuvieran merecido.
Un saludo.
El tal Vigalondo ha asomado la patita y ha dejado a la exposición pública el verdadero pelaje de la izquierda antisemita.
ResponderEliminarMe extraña, eso sí, que EL PAIS, diario antijudio dóne los haya -Hermann Tertsch puede dar fe de ello -, haya decidido depurarlo por sus comentarios filonazis.
La suerte de este mamarracho impresentable, es que estas boutades las dice en territorio patrio, que salen gratis; de decirlas, por poner un caso, en Alemania, ahora mismo estaría procesado y sería juzgado por un delito como es el negacionismo del Holocausto.
José Antonio, mi aplauso más sincero; sin halagos. Son unos irresponsables que además se dicen políticamente correcto y lo que son es desesperadamente idiotas.
ResponderEliminarTambién han dicho que el mercado es el culpable y ahora dan por hecho que hay que posicionarse dónde les dice el mercado. La foto de la firma del pacto social es absolutamente perversa. Una estulticia, firmar un pacto el mismo día que 130.000 personas pasan a engrosar las listas del paro. Y esos cineastas que jamás se posicionaron con las víctimas de ETA, son los mismo que quieren las revoluciones de otros países mientras en la nuestra gastan jardinero ecuatoriano, y mayordomo filipino.
Un abrazo, siempre te leo.
la idiota internacional s.l.
Detesto a quien busca escandalizar de cualquier modo para hacerse famosete o hacer caja..saludos.
ResponderEliminarEl tal Vigalongo- ¡qué poca cosa soy, no lo conocía!- cierra o le cierran su blog en El País con un último post en el que afirma que lo que dijo con cuatro vinos en todo lo alto, no es verdad, que él es muy buena gente rodeado por miles de gilipollas.
ResponderEliminarQue no se me enfade el tal Vigalongo -¡ay, ay, que no lo conocía!...ser de provincias tiene sus servidumbres- si le recuerdo que cuando `denunció´ el montaje del Holocausto, llevaba, como él mismo proclama, "cuatro vinos". Y dicho queda por el redicho popular: "los niños y los borrachos nunca mienten". O lo que es lo mismo, dicen lo que piensan.
¿Cuándo creerle?
Un abrazo, amigo del Pozo.
No es malo reirse, pero puestos a buscar motivos, podría haberse reído el Sr Vigalondo de los pelos de su nariz y no de una cuestión tan sumamente delicada cuando aún no han fallecido todos los afectados.
ResponderEliminarMe parece curioso por otra parte que Alemania, llena de remordimientos y,tal vez, de arrepentimiento no permita ciertas bromas con esas cosas. Lo aplaudo, pero me parece cuando menos curioso. Como también me parece curioso que en cuanto un estúpido, memo y boquirrubio izquierdoso-que no sé si lo es, ni me importa-abra la boca y escupa sandeces, tengan que pagar todos los izquierdosos su pecado. Ya he dicho que cada uno debe ser juzgado por sus actos y no debemos confundir la parte con el todo. Arrieritos somos y en el camino siempre encontraremos algún compañero.
Pero qué bien nos lo cuentas, tío!
Javir, yo tampoco conocía al tal Vigalondo.Debe ser, porque yo también soy de provincias, a las cuales no llega esta "modernez" de cine. Pero qué listo, lo ha conseguido: montar el númerito para que sea reconocido en mundo global. PAra que suba su caché y cuando estrene peli digan "ese es el del holocausto". Lamentable, pero todo vale por la fama. Jose Antonio, acabo de descubrir su blog en una busqueda de google y me quedaré. Es mu bueno.
ResponderEliminarConfieso mi desconocimiento de la existencia del Sr. Vigalondo, menos mal que me paso por aquí... que de todo hay que saber un poco, hasta del holocausto ¿verdad?.
ResponderEliminar¿Qué quiere decir exactamente con lo de que el holocausto fue un montaje?, mi interpretación más benévola podría tener que ver son la justificación o no del conflicto arabe israelí, pero aún así me parece muy cogido por los pelos. Ya me gustaría que lo explicara para prestarle un librito que lei hace unos años. Se llama "Si eso es un hombre" y lo escribió un tal Primo Levi, espectador en directo.
El que tiene boca...
De acuerdo con Cesar en que "cada uno debe ser juzgado por sus actos y no debemos confundir la parte con el todo".
Hasta otraaaa.
¿Vigalondo?¿Vigalondo? Me suena, pero....
ResponderEliminarAh,si. ¡Iñaki Vigalondo!
Se die por ahí que la cara es el espejo del alma.
ResponderEliminarEl tal Viagralondo debe tener un alma muyyyyyyyyyyyyyyyyy fea.
Gilipollas integral y sin atenuantes.
Es la típica escora que nos quieren hacer colar como sumos sacerdotes de la intelectualidad.
Pues que aprendan a leer y escribir, que ni eso saben.
-Aspirante: ¿aprender a leer y a escribir? quiá, a moverse bien en las redes sociales, ese es el quiz now. (no pongas tacos para censurar a nadie, por favor). Saludos
ResponderEliminar-Neo:el uno arreaba ostias a tutti plen a sus hermanitos que llegaría a ministro uno, el otro niega los campos de exterminios aprovechando que tiene ya cincuenta mil... ah, son bromas, son bromas. No generalicemos, vale, los dos Londos cantan jondo
ResponderEliminar-Ángeles:el libro de Levy es estremecedor y maravilloso a la vez. Un abrazo.
ResponderEliminar-Macarena: sí, yo creo que es un numerito,y bien pensado. Otra cosa es si le ha salido del todo bien. Llegó con un corto suyo a estar nominado para los Oscar.Bienvenida: viva San google, apúntese, cuando lleguemos a mil seguidores, los editores por san google me buscarán y me publicarán lo mío, quiero verla en mi lista, la lista de jose antonio. Gracias
ResponderEliminar-Cesar: no se trata, creo yo, de "pecados" a pagar. Si nunca pasamos de la inducción a la deducción, y a un nivel mínimo de análisis global de lineas dominantes, de generalización si queremos decirlo así, el análisis es imposible: surtido de anécdotas. Precisamente los enfoques "izquierdistas" se basan sobre todo en la generalización sobre grupos y colectivos, mientras que la "derecha liberal", grosso modo, suele incidir más en lo individual. Y sí, extrema derecha y extrema izquierda coinciden en mucho, y es lógico desde sus enfoques. Un abrazo, Cesar
ResponderEliminar-Javir: cierto, in vino véritas, aunque también dudo si en el fondo este tipo de personajes, tanto diestros como siniestros, creen en algo más que en su cuenta. Un abrazo
ResponderEliminar-Maribel: pienso en esto como tú. Un saludo
ResponderEliminar-Marcela: gracias, de verdad. Estoy de acuerdo con lo que tan gráficamente planteas. ¿Siempre me lees? Entonces lo nuestro es mutuo. Un abrazo, muchas gracias
ResponderEliminar-Natalia: no te preocupes, pronto el Hollywood judío le dará un Oscar, y como Trueba en tiempos, dará largas y emocionadas gracias a la Sony Corporations y al jodido capitalismo y a otra cosa
ResponderEliminar-Titania: pero lo que tú dices es una cosa y negar los campos de exterminio es otra, él no ha dicho nada sensato de eso que tú dices. Un saludo
ResponderEliminar-dandy brandy: hombre, amigo, aludir precisamente a la Inquisición por la simple crítica que merece la banalización del Mal y la negación del extermino nazi no sé si es muy apropiado. Vigalondo conoce de sobra como funcionan las redes sociales de ahora. Con estas "bromitas" se ahorran los costes de una campaña publicitaria y encima se incrementan exponencialmente los seguidores. Sí, Dragó, Sostres, Vigalondo, no tienen donde caerse muertos, han perdido el curro, están en cáritas, desde sus bromitas. ¿Debemos encima reírles las bromas estúpidas? Un saludo y bienvenido
ResponderEliminar-Ángeles: se me olvidaba, que Nacho Vigalondo haga bromitas sobre Ana Frank debería avergonzarle, como si las hiciera sobre Irene Villa. Un beso
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