Glosábamos antesdeayer el abucheo que bajo las lonas del Circo Price, por mor de sus desorbitados ingresos, abatióse por sorpresa sobre Rodrigo Rato. Siempre que uno ante el público se expone, y más con el vendaval que por doquier ahora brama, se afronta un riesgo. Por eso los más espabilados artistas, mientras cruje el diluvio, apenas exponen el tipo, y como el The Artist de ayer, a la chita callando borran las trazas de sus malabares.
Pues, enorme truco ha de ser por fuerza el que mientras una empresa, con el nombre de PRISA, anuncia pérdidas de 450 millones, su Consejero Delegado, Don Juan Luis Cebrián, de la Real Academia miembro también, hale hop, levántase ingresos en ese mismo año por importe de… ¡8,2 millones de euros! ¿Qué clase de malvado Capitalismo es el que en estos aciagos tiempos florece?
Habrá que convenir entonces en que es el arte de Cebrián (y también el del Circo que a él le cobija) más del triple de bueno que el de Rato, valorado éste en 2,3 millones, oh, ínclitos dígitos supercalifragilísticos. Mucho más incluso, si consideramos que ni siquiera abucheo del respetable –con lo mucho que esos desaires al cabo minan la salud y la autoestima del artista- hubo sobre lo suyo de soportar Cebrián, que como es de la Real de la Lengua él, algún vocablo podría acuñarle a su diestro proceder, pues el de “cebrianada” resulta demasiado obvio para tan fino ingenio.
La noticia en sí, el abultado parné que sobre sí atesora Cebrián, histórico director y cerebro ideólogo del bienpensante periódico de la Progresía, como los más genuinos números circenses, sumergen al espectador en una misteriosa melancolía: ¡no habremos leído veces en EL PAÍS severas condenas de los avaros mercaderes y desabridas imprecaciones contra la rapacidad de las clases dirigentes!. Tampoco en asunto de la memoria histórica en el caso de Cebrián deba incluso Garzón mucho investigar, si de no importunar al Señor Consejero Delegado se trata. ¿Le costarán al menos este numerito y estos dorados numeritos a Cebrián, a su longa Fortuna, a su poderosa Prisa, soportar alguna incomodidad personal, alguna manifestación de protesta en su contra de parte de los idealistas Indignados? Sospecho que no, y es que el arte de algunos nigromantes es en verdad excelso… y hasta espiralidoso.
Magistral éste y todos los anteriores...abrazos blogueros
ResponderEliminar¡Hombre, José Antonio! ¿Cómo se te ocurre comparar al fascista empresario Rodrigo Rato con el progresista ex-falangista Juan Luis Cebrián? que todavía hay clases...
ResponderEliminarSalu2
el progre Cebriàn podria hacer una dnaciòn a oso yogui Bubu y compañia
ResponderEliminar¿Sabes que a mi Rodrigo Rato me convencía y mucho, hace años? Luego...realmente no sé qué pasó y dejó de gustarme lo que defendía. besos José Antonio y buen finde
ResponderEliminarBueno el Rodrigo Rato y compañía "dos buenas piezas" No sé por cuál de los dos siento mayor antipatía.
ResponderEliminarSaludos José Antonio.
Con esos emolumentos yo hago el pino y llevo los cafés a quien sea. Magnífica entrada. De acuerdo con Juan Carlos, Cebrián no le llega a la suela de sus zapatos a Rato.Saludos y buen fin de semana.
ResponderEliminarLa diferencia entre Rato y el alto progre cebrián, es que el primero no niega al segundo su derecho a ganar dinero de forma honrada.
ResponderEliminarLo malo del grupo PRISA es que con los años (yo era devoto lector de El País allá por los 80)se ha hermando tanto, se ha identificado tanto con el PSOE (con sectores determinados) que a día de hoy su suerte está unida irremisiblemente a la suerte de ese grupo político: Si sobrevive el uno lo hará el otro; por tanto es lógico que sacrifique objetividad e imparcialidad por sectarismo y jugosos negocios.
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