La penosa flor de la cobardía

   

   Claro, muchos izquierdistas sienten celosamente poseer sobre su santa figura el pentecostés en monopolio, no ya sólo de la Justicia, del Bien y de los buenos sentimientos –“Ustedes sólo quieren esclavizar a las personas”, me recriminaba el otro día un lumbreras en el Twitter”-, sino incluso el monopolio, ay, de la sensibilidad artística. Mientras a uno le cuesta poco, creo, reconocer el disentimiento en las ideas y a la vez la valía artística de según qué creador, el que un “derechista” (por decirlo con los términos convencionales) trate de escribir relatos, de alumbrar belleza, de simplemente expresar con estilo propio el misterio de lo humano, uff, produce urticaria, repatea a muchos y cierra en las narices casi todas las puertas al interfecto. Le hacen un similar vudú  de cuadriculado rechazo a los políticos y a los "creadores" que dicen cosas del todo inconcebibles para ellos, tan tan naturalmente buenos.

   

     Lo sabe uno más que de sobra, si escribes de la rosa, te llueven los plácemes y los seguidores. Si escribes en liberal sobre las cuestiones del pensamiento, se te van a chorros. Pero renunciar a lo que uno siente como propio, es propio sólo de la penosa flor de la cobardía. ¿Acaso a la rosa no la adornan espinas? Pues eso, que esta es mi apuesta: sentido y sensibilidad. Cuando se canse uno, se apea de este globo amarillo perdido entre las nubes ciberesféricas, y a otra cosa. Pero mientras tanto, quiero yo, lector mío, nobles e ingentes combustibles de sentido y sensibilidad para Mío blog.

(y vale ya, at the moment, de cháchara metabloggera. Mañana, quien aquí entre se dará de bruces con un relato –o algo así-: “¡Y la Maniquí, que en mi fiesta se plantó!”. Yo no me lo perdería, claro) 

Post/post: gracias a Winnie0, a la manzana de Eva, a PACO GACELA, a María, a Meykwey, a Zorrete Robert, a MAMUMA, a BEGO por sus palabras maravillosas, por bloggear ayer conmigo. Por supuesto que comprendo que no siempre hay tiempo para comentar. GRACIAS.