Y entre Todos los Santos, Kim Jong Un, un crack

    

     Cuentan las agencias occidentales, que a su vez repican a agencias coreanas del Sur, que el hombre, un alto cargo del gobierno norcoreano caído en la desgracia comunista, fue maniatado en un lugar indeterminado y que de pronto, en sólo un instante de horror total, escuchó el silbido de la trepidación y vió venir contra él, supersónico, el mortero que le despedazaría por los aires.  Rematan las agencias que el Bienamado Líder norcoreano, Kim Jong Un, ordenó así ejecutar al desgraciado, “para que no quedara ni rastro suyo, ni el pelo”.  Ni al Bienpagado Bardem –los verdaderos malvados del mundo son los que rescatan a los bancos, dice él, tan heroico siempre- en su pérfido del 007 se le ocurriría una truculencia así.

     

   Qué quieres que te diga, lector, esta historieta siniestra del alto cargo ejecutado con un mortero por orden de Kim Jong Un, que de haber sido protagonizada por Pinochet o por Videla con toda naturalidad por todos hubiese sido “deglutida” y explotada, prefiero no creérmela. Prefiero creer que esa monstruosidad no puede ser real, que es macabra propaganda extranjera, deseosa de derribar ese Régimen que tanto aprecian algunas juventudes comunistas por estos lares. Como si no tuviesen ya sobre sí ese sistema y ese Paquirrín asiático que ahora lo mangonea, criminales abyecciones más que de sobra para escupir sobre su oronda estampa. ¿Verdad, señor Bardem?

Post/post: gracias a Cesar y a Juante, por dejarme sus reflexiones y sus palabras, por bloggear a mi lado ayer, GRACIAS.