A propósito de la mañana de ayer en
Madrid (27 de enero 2013), esto:
Los madriles como la lámina de un
puerto…
varadas las cosas en un mar de
plata gastada
salvo los guantes granates de una
niña
su diminuto estallido de color.
Epifanía de lo Gris…
cómplices las aceras y los cielos
en cenicientos suéteres guarnecidos,
solo el pañuelo de una vieja
grita su negro rotundo y vuela.
Toda esta belleza portuaria
una mañanita Platera, sí,
suave, gris, peluda casi
este invierno tímido y detenido
concentrado en su grisura,
esta investidura en plata usada,
un puerto hacia ninguna parte.
Esta corporeidad mortal y gris de la
mañana
en que la melancolía perfila su
infinito.
Se pega al alma tanto plomo
hasta que de un portal brota una niña
con una cinta roja en la coleta
ataviada por su mami para la visita.
El Gris, que casi convoca al sueño…
en el que asoma a hurtadillas la
promesa de tus labios.
Adentrarse y envolverse entonces en
lo Gris
en la guarida de su niebla…
esta mañana en los madriles
la cubertería gastada del paisaje
agazapado el verde de las hojas,
comparecer de golpe ante ti
con un ramo de amapolas rojísimas
para darte.
Extensiones inabarcables de lo gris
yardas suspendidas bajo un sol sin sangre
el cielo conchabado con el pavimento.
Emboscarme ahora entre lo Gris, sí,
y plantarte un besazo sobre los labios,
tan rojos.
Sí, sobre las amapolas de sus labios.Eso es imposible que sea gris. Saludos
ResponderEliminarSí, a mí también me choca la amapola. Viste de gris la moda del país (madres del cordero dixit)
ResponderEliminarUn abrazo
Pues el intenso azul mediterráneo es una buena alternativa al gris. Si lo tuviera te regalaría un cuadro de Sorolla.
ResponderEliminarUn abrazo
Todo lo gris desaparece ante el rojo pasión! un beso
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