Les vemos –en uno de los cortes-
ajustarse el uno al otro la corbata, acicalados, bellos, con algo de niños
radiantes antes de recibir la Comunión, mientras Ella sentada les contempla. Se
escuchan unos rasgueos a lo Ray
Cooder y suavemente, al compás exacto de los acordes, va iluminándose el
minimalista aunque glamouroso escenario. Como ante una producción artística,
tatachán, aparecen los créditos: la
Cuenta Expansión del Banco de Sabadell presenta: Entrevistas sobre el Cambio –por Julia Otero. Desde cada lado de la pantalla irrumpen los protas:
los Luises y Julia que, sin mostrársenos aún sus caras, confluyen en el centro,
delante de la mesa: “¡mis chicoooos!... sentaros, por favor!” declama ella, tras
sonoramente besarles. Medidas sonrisas a tres antes de empezar con el tema: un
conseguido clima de acariciadora familiaridad.
Sigue la maravillosa pieza publicitaria que ahora vemos la senda
escenográfica ya marcada para Victor
Manuel y Ana Belén, Boris y Sardá
que ya desmenuzamos en este infeliz blog (post del 10,11 y 18 de mayo 2012):
ese depurado equilibrio entre funcional y exquisito, ese marco en apariencia casi desnudo,
desprovisto de retórica aunque a la vez atiborrado de la misma, ese blanco y
negro tan aquilatado –bergmaniano, pero sin tortura alguna- que exuda qualité, esos
primorosos encuadres, esa luz tan amansada, ese distinguido e irreal espacio
sin estridencias diseñado para la fascinación y para brindarse a la mirada
tenuemente seducida (¡) del espectador.
No se insistirá lo suficiente, creo, en la sutileza y en la
sofisticación extremas del spot. Quién diría que nos hallamos ante el mecanismo
publicitario de un banco. Apenas el logotipo de la entidad “marca” indeleblemente el territorio. Se busca sobre todo –el medio
es el mensaje- incidir e inducir en el inconsciente del receptor toda una
catarata de “entrañables” resonancias afectivas y morales que los protas y lo
que nos van a contar despliegan en quienes les contemplan para luego, en
candado sensorial, asociarlo a la propia marca del banco sin que en ningún
momento lo parezca: oh, suprema astucia del Capital.
Y si la idea-fuerza al fondo
de toda esta amabilísima tramoya nos susurra que el Banco de Sabadell es un
Banco Bueno, qué otra orden íntima trata ahora por lo bajini de imponérsele
además al potencial cliente: ¡Cámbiate
de Banco, vente al Sabadell! No en vano es que el Sabadell hállase ahora en
plena expansión de sus poderes. De ahí toda la suasoria mandanga del Cambio. De
ahí la sibilina coordinación de la charleta en apariencia autónoma que mantiene
el trío con dicha orden implícita.
No perdamos de vista que la Idea del Cambio se nos sirve asociada a este trío de meritocráticos desde
luego Triunfadores, multimillonarios
en la cúspide social, popularmente admirados a la vez, intríngulis éste que en
estos duros tiempos tiene su aquel. Cumple la
Comunicadora además el rol de puente y de tobogán entre la sociedad y los
astros, como así lo documentan las sonrisas encandiladas y los gestos asertivos
que encantada les brinda.
Por eso, inadvertidamente, y es lo decisivo, creado ese clima de suave
seducción, se ponen en boca de los admiradísimos protas (en la producción de 20
minutos que para las “redes sociales” se ha hecho puede verse”) lo que sostenido
por un Banco sonaría del todo intolerable: “la vida está hecha de
oportunidades”, “los bienes materiales son algo superficial, lo que cuenta es
la seguridad de poder escoger tus propias decisiones de futuro”, “no se trata
sólo de poder comprarse el mejor coche, la mejor casa, es sobre todo que eres
sobre todo dueño de tu futuro, sabes que vas a poder dar una educación muy
buena a tus hijos, vas a poder disfrutar de cosas que la mayoría de la gente no
podrá hacer”, “o sea, que lo importante no se puede comprar”, “lo que cuenta es
enamorarte del proyecto”, máximas todas ellas que conllevan una soberbia
justificación de la riqueza.
Claro, en la agenda de la actualidad que nos ocupa es forzoso anotar la
prodigiosa prestidigitación con que se puede pasar de proponer urbi et orbe
como Líder Máxima del Pueblo a quien llama “criminales”
–en presencia incluso de los filoetarras del Congreso- a los señores de la
Banca a, sólo días después, publicitar por todo lo alto a una de estas
filantrópicas entidades.
“Lo interesantes que sois ahora… ha sido estupendo… me ha encantado
entrevistados juntos a los dos, suerte”, les dice Julia al final. Eso, suerte.
LAS HISTORIAS DE UN BOBO CON ÍNFULAS (Resumen de la obra en post del 27-1-2013
y 1-2-2013)
154 pgs, formato de 210x150 mm,
cubiertas a color brillo, con solapas. Precio del libro: 15 Euros. Gastos de envío por correo certificado incluidos en
España. Los interesados en adquirirlo escribidme por favor a josemp1961@yahoo.es
“No soy nada, no quiero ser nada, pero conmigo van todas las ilusiones
del mundo” (Pessoa)
Tal como lo cuentas parece que te condonarán el crédito que no puedes pagar.
ResponderEliminarEnternecedor.
En el saloncito había hecho mención en su día:
ResponderEliminarConversaciones sobre el futuro...(Sabadell)
Me quedo con algún gesto; el gesto más sincero y menos comercial de cada uno.
Un saludo, José Antonio.
Acojona la lábil transición retórica de este banco concomitante con el Santander, en tan poco tiempo, desde invocar la necesidad de "compromiso" a incentivar -Progrejuli mediante- la panacea (perrofláutica) del "cambio" por el cambio. Justo lo que define el pensamiento chicle de la Progresía: "cambiar para demostrar a los conservadores que somos superiores en todo, escogemos lo que nos apetece -sea persona o cosa- al azar y ahí radica nuestra soberbia moralidad libertaria, que no es que sea voluble, que también, sino infalible y vanidosa como el peor de los fascismos". (Lo trató admirablemente Lars von Trier en "Dogville").
ResponderEliminarComo sectaria sociata no tiene precio esta gallega exaltada como una máquina. No puede disimular su falsedad. Pero se esmera, enfatiza sobre la marcha cualquier cosa que esté a favor del pensamiento Alicia, dora la píldora, baila el agua a su cerril cohorte de comentaristas de la ceja... Fiera feminista... Como muchas de su cuerda, antepone la consigna inflexible a la humildad y el diálogo, creyendo que así es menos mediocre.
Un abrazo.
Muy buena entrada.
ResponderEliminarLes dejo un regalito: @MiercolesDebate password: miercolesdedebate