Hay días como éste, a trasmano de todo, agazapados entre el bosque del
calendario, que son sólo eriales desolados, páramos ásperos, conjuntos vacíos,
muelles abandonados a un alba de inclemente luz, vastas extensiones de yardas y
yardas de soledad. Todo el mundo está a
sus mil cosas. Y es normal. También la Primavera anda enfrascada en sus
primicias, en el despliegue de su vibrante protocolo, viejo como el mundo y
flamante cada año a la vez. Las palomas de mi calle no dejan de darse el pico,
las zalameras. Bueno, al menos has
venido tú aquí, a verme. Le has sacado una brizna de tiempo al Tiempo para
llegarte aquí, a echar un ratito a mi lado. Te abrazaría si pudiera. Te extendería
mi palma abierta, dedo a dedo cada uno estirado contra los tuyos. Te regalaría hoy un
poema mío, si no sospechara que, como a aquella monjita de Carlos Cano con su
toronja, enlodado entre el fárrago de la Politicorra y los Escraches, he olvidado el
secreto de la dulce receta. Se me ha ido entre las manos el misterio de la dulzura. Lo he perdido por esos desagües. Sólo me
quedan mis ínfulas, ya ves. Aquí me tienes. Contémplame un instante.
Confabulados tú y yo por un momento, frente a frente. Y como siempre que nada
se nos ocurre –también porque no necesitamos ahora que nada ocurra- te lo
suplico, canta conmigo. Canta a mi lado, mon amí. Esa sombra que aletea más
allá de nosotros, sobre los confines de las montañas nevadas, ¿no son las azules golondrinas, que vuelven? Dime.
Yo hoy también sé de la soledad de una gran ciudad desierta.
ResponderEliminarY no me gusta nada.
Gracias por esta lectura, privilegiada compañía
Afectuosamente
Asun
Querido amigo: eres único para acabar con nuestra triste soledad. Porque tu soledad es muy positiva. enardece mi espíritu y me hace revivir. Da gusto leer tus pensamientos y no soportar la basura de los poetas de esta red cuando hablan de lo que ellos se figuran es reivindicación y protesta. 'Ya está bien, hombre! Sisfrutemos de nuestra soledad interior y pensemos con libertad y esperanza, no con odios ni chorradas. Un fuerte abrazo y gracias por haber escrito estos pensamientos tan hermosos.
ResponderEliminarBonito don Jose Antonio. Bonito. Y de guinda la esperanza. Esa esperanza anual y puntual con alas.
ResponderEliminar¡Ole!
Hay una poesía de Gloria Fuertes sobre la soledad... a ver si doy con ella y la corto y pego aquí.
Sí, ¡cuánta razón llevas! Son días de inflexión más que de reflexión, sobre todo porque se sienten enormes vacíos ontológicos (del alma, dicen) que hieren hondo y duelen sobremanera. Y lo de las golondrinas, viniendo del sevillano Bécquer, es negro presagio pero gozosa verdad insobornable, sin embargo.
ResponderEliminarSaludos.
Las golondrinas pueden ser azules, negras, amarillas o como quieras tú que sean, querido Becquer.
ResponderEliminarQué recuerdos los de la monjita de Carlos Cano... "Alacena de las monjas..."
ResponderEliminarAbrázame...
ResponderEliminarUn beso lleno de buenas vibraciones ( o dos).
Sin palabras... Justo he buscado; "Días vacíos", y has venido tú a ponerte en mi situación =)
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