Quizás fuera porque le había visto hace poco a punto de lágrimas en la Sexta. A propósito de las “preferentes” se había marcado allí un
numerito de una demagogia tan desaforada que, como digo, le había arrastrado al
borde mismo del llanto. Contaba que una pobre señora, arruinada y desesperada,
incluso le había mandado unos chorizos propios en señal de agradecimiento a su
justiciera atención. El presentador se apenaba y le daba coba también, y era
todo en su obscenidad muy vergonzoso.
Y es que brilla el Señor de las Anchoas de lo lindo en las cadenas de Progreso,
niño mimado de ellas, radiante lucero de
populismo y alevosía. Irradia allí don Miguel Ángel Revilla un gracejo folklórico surtido de “tierruca” y de “paisanucos” bastante estomagante, con el que acaso espera él
recuperar el gobierno de Cantabria, al que una vez le alzara el PSOE.
Le llevaba él siempre, oh tiempos, anchoas a Zapatero en la Moncloa a bordo de un taxi.
Por eso cuando la otra mañana leí su trompetero tuit me dije, igual que
cuando lo de don Oneto, vamos a
decirle algo al señor Revilla, a ver
qué pasa. ¿No es uno licenciado en Periodismo? Pues ya está. También el tuiter a veces permite estas raras
promiscuidades de hormiguitas con Celebrities. Decía Revilla:
-Este menú le daba yo a Bárcenas en el “trullo” todos los días hasta que
devolviese la pasta.
Remitía el tuit a la imagen de un
penoso comistrajo ínsito en un tupper, probablemente el que en algún penal a
los reos se dispensa. Pensé, hombre, es una buena idea para con los “corrutos”, sí señor, qué mensaje tan directo. Así es que le dije:
-y a Bolinaga, qué le daba usted, señor Revilla?
Y como un rayo, vive Dios, al
instante me contestó:
-perdigón lobero
Exclamé para mis adentros, caracoles, - aunque quizás más propio hubiera
resultado decir ¡anchoas!- no está periodísticamente nada mal el emotivo arranque
un poco heavy que el señor Revilla
públicamente me ha brindado. Ahí es
nada, leerle a un alto responsable político receta tan expeditiva para el cruel
terrorista que no, que no se arrepiente de lo suyo: perdigón lobero para Bolinaga. De tener uno buenos
contactos, no sé, con el mismo don Oneto
sirva por caso, acaso podría tratarse de un formidable scoop. Casi podía ver ya el titular a cuatro columnas en portada: REVILLA PIDE PERDIGÓN LOBERO PARA BOLINAGA
(una entrevista de José Antonio del Pozo).
Pensé después, está bien, alentemos estos farrucos desplantes
de Revilla contra el terrorismo, que
quizás la causa los merezca. Y le puse:
-pues, ánimo, déselo en público en la
Sexta, verá como le reciben.
Eso le dije, y no sé lo que elucubraría
después el señor Revilla, pues nada
más volvió a contestarme él. Hasta ahí llegó el perdigón al lobo feroz, lobo
feroz.
LAS HISTORIAS DE UN BOBO CON ÍNFULAS (Resumen de la obra en post del 27-1-2013
y 1-2-2013)
154 pgs, formato de 210x150 mm,
cubiertas a color brillo, con solapas. Precio del libro: 15 Euros. Gastos de envío por correo certificado incluidos en
España. Los interesados en adquirirlo escribidme por favor a josemp1961@yahoo.es
“No soy nada, no quiero ser nada, pero conmigo van todas las ilusiones
del mundo” (Pessoa)
Es que, amigo José Antonio, meterse en el tuiter, en el fakebook o en blogs que sean del Apparátchik, o sea, el 99 por ciento de la blogosfera, es meterse en la boca del lobo progre.
ResponderEliminarSaludos
Tampoco la corrupción tiene color político, o sea que no es de derechas ni de izquierdas, ya que “El Dinero”, que es la tercera pata de esta silla, no sabe de ideologías. Sin embargo, ya sea porque tradicionalmente “las derechas” han sido soportadas por las clases pudientes, ya sea porque se supone un plus de idealismo a los políticos de izquierdas, parece que los escándalos han golpeado con más fuerza a los partidos conservadores. No hay más que echar un vistazo a las hemerotecas para certificar esta afirmación, que por otra parte, no quiere prejuzgar nada sino dar fe de un hecho.
ResponderEliminarArrancadas de caballo y paradas de burro viejo.
ResponderEliminarSe calentó y se enfrió en segundos.
Son muchos los que piensan eso, pero no se atreven a decirlo. Como mucho un pío.
No llego yo a la media mitad de tu caché en estos parajes montunos de las redes sociales y no es por defender el proceder del ex-prócer, pero también esta nada tuitera que servidor es, le ha tirado una andanada con motivo de su tuit conmemorativo de la once edición de su libro, del que a menudo viene hablar, y nada respondióme. Quiere decirse que no debes tenerle en cuenta lo tuyo ya que es hombre de ocupaciones y al no responderme a mí, presunto progre de la nada, tampoco es pecado que no te conteste a tí, presunto liberal con dudas.
ResponderEliminarY sí, un tanto demagógico parece el mozo; ahora bien, demagógico sentido.