jueves, 4 de abril de 2013

Escracheando a Mónica Bellucci



      Como tan bien sabían los escolásticos nominalistas, en el nombre está ya contenida el alma de la cosa. Bajo un vocablo tan feo, áspero y estropajoso como el de escrache nada amable puede sostenerse. Acuñan los antisistema el nombre de la cosa y encantados ellos mismos lo ponen en danza. Nos hacen a los demás danzar con esas nomenklaturas. Está bien, escracheemos a little, pues.
     No hablamos con ese término de manifestación o de protesta, sin duda legítimas, no, hablamos de hosca intimidación verbal y física, de antesala escénica de la agresión y de llevar el acoso hasta el mismo domicilio particular de los representantes populares menos protegidos.
    
    Ayer, un diputado socialista en las Cortes añadió su peculiar guinda graciosilla al asunto de los escraches. Tuiteó esto: “He quedado para hacer un escrache de esos en casa de Mónica Bellucci. A ver si la convencemos de que, aunque “no se quiera, sí se puede”.
     A ver, una gansada así la pone un tuitero anónimo y, qué quieres que te diga, passando, el Twitter tiene mucho de mefítico desagüe de las vulgares ocurrencias. Lo decisivo es, creo, que quien se vea impelido a la gracieta sea todo un diputado en Cortes. No sé qué resulta peor cavilar sobre el tema, si conjeturar que el diputado es que no pensó (¡) lo que escribía, o si acaso lo pensó demasiado, calculando él que, con esta manera de producirse, atraería más fieles a su arroz a banda.
    
    Se transparenta en el caso, a mi juicio, un palmario ejemplo más, sólo uno más de los siete mil que podría yo aducir en ese libro fracasati que tengo en la cabeza más que escrito y que a nadie interesa, de la Sociedad de la Telebasura reinante, del “homo gañanis” que la misma crea, y a ello directamente unido, de la hooliganización social –y de sus élites, que dan a las masas podrido ejemplo- que el vértigo de las instantáneas “redes sociales” procuran.
     Y es que a un diputado de los de ahora, en este Reinado de la Mugre, te lo imaginas antes chillando en un escrache que componiendo un romántico poema, aunque fuera a la Bellucci dedicado. Para más inri, el diputado escracheador lleva por segundo apellido precisamente el de Amor, Nacho Sánchez Amor, que incluso a su propio nombre traicionó el gañán, el Gañán del Escrache, sí.  



LAS HISTORIAS DE UN BOBO CON ÍNFULAS (Resumen de la obra en post del 27-1-2013 y 1-2-2013)
154 pgs, formato de 210x150 mm, cubiertas a color brillo, con solapas. Precio del libro: 15 Euros. Gastos de envío por correo certificado incluidos en España. Los interesados en adquirirlo escribidme por favor a josemp1961@yahoo.es
“No soy nada, no quiero ser nada, pero conmigo van todas las ilusiones del mundo” (Pessoa)

8 comentarios:

  1. Iba yo a escribir algo sobre esto pero, ya que lo haces tú -estupendamente- paso palabra. Por cierto, que ayer progre-siniestra-Juli (en oposición a diestro-Juli) pasó la mano por el lomillo del asunto, comme d'habitude: diciendo que era una frase machista y ya está, leche pascual. Yo no creo que llegue a tanto la cosa. Lo que sí está claro es que se trata de una meridiana demostración de que los primeros que no se creen su propia pamema de la "igualdad", el "feminismo" versus "machismo" y demás ostias en vinagre, son sus acólitos abyectos muñidores que, pensando en adular a las hembras para conseguir sus votos, en realidad, las menosprecian. Pero a ellos les traiciona el subconsciente en las charlas de bar o de tuiter que, es lo mismo, aunque virtual e impúdicamente público y púbico. Y ellas, claro, que aspiran el olor a discriminación positiva que transpiran los medios oficiales, alimentan su ya bulímica vanidad, con gestos tipo "Salomé".

    Todo es una asquerosa mentira. Me recuerda a mi propio curre: los progretas se pasan el tiempo alardeando de guays y regalando flores a las chicas el día de la mujer. Pero, a la hora de la verdad, los niños con los niños y las niñas con las niñas, con distintos lenguajes y distintas perspectivas. Y, un servidor -facha del imaginario mágico del colectivo- mira por dónde, es de los que platican con ellas en "igualdad": ¡joder, qué escándalo!

    Saludos blogueros.

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  2. Lo gracioso es que, si te vas a cualquier blog de progre en pena, esa frase es pecata minuta comparada con lo que sugieren o suelen depositar. Y, de ellas, para qué hablar. La propia Julita Otero, cada vez que le da la gana, dice cosas cien veces más grotescas, sin despeinarse. A la recíproca, vale: "igualdad" es "doble moral".

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  3. No confundamos, acoso es acoso aqui y en Argentina, lo dore con palabra que el pueblo Argentino utilizo con doble sentido, esto nosotros le llamamos acoso y no deberiamos entrar en el juego del disimulo, y ademas me hago el gracioso, que esto es serio..saludos..

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  4. “...ante sala escénica de la agresión...” de la agersón física; porque la verbal ya está hecha.

    Si a cualquier mega progre le describes esas escenas y no le dices que son los suyos los prota , y el actor secundaría uno de PP, todos los super progres dirían... el bla-bla-bla, envuelto en la frase de “ eso es cosa de fachas”.

    Una de las herramientas de la progrsía es saltarse, sin tan siquiera rozarse la entrepierna, sus propias barreras. Además, tiene una facilidad para justificar lo que hacen mal los políticos de su cuerda, que yo llego a tener claro que van noqueados por el mundo. Al final son sólo un conjunto enfermizo que no está dispuesto a ver TODO lo que hay delante. Se estrellarán.

    Nadie, o casi nadie, que tenga la sensibilida para crear un poema, tiene la falta de sensibilidad necesaria para netrar en política. Nuestro sistema político pide a sus protagonistas sólo una caracteristicas y no admite otras. Obediencia en ideas. Són sólo zombis con corbata.

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  5. Algunos no tienen nivel ni para gorila de puticlub. Uuuuyyy la Monica, jajaja ahí es na...
    Saluditos.

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  6. Puesmyo creo que lo serio de la cosa es la frase:
    "aunque no se quiera, sí se puede”, que suena como a coplilla del violador progresista con unas cuantas copillas.

    Lo bonito es que "se quiera y se pueda"

    FugisaluDos

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  7. Tú eres imbécil, muchacho!

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