Como en el más macabro cante por
sevillanas que jamás tuviera fin, Carcaño
va ya por la séptima. No importa, como si quiere cantar otras siete
versiones más. Nadie quiere mirar a Carcaño
cara a cara, descuida. A la de los padres de Marta, tampoco. Creo que ya ha
superado él de largo el vacile que se traía Hannibal Lecter con Clarence
Starling en aquella de los corderos. Sólo que Carcaño y sus cómplices, sobre el remoto cadáver de Marta del Castillo, de quien siguen mofándose
es de toda la sociedad. Y a quién le importa, y qué más da.
¿Por qué entonces no insistir un
poco? Mira que se habrán escrito novelas y filmado películas (glorioso cine
negro) sobre los tenebrosos y omnímodos poderes que el Estado, ese Monstruo
frío, posee para quebrantar la voluntad de los individuos, incluso de las más
criminales organizaciones de delincuentes. Pero la desnuda verdad del
caso Marta delCastillo revela que tres pelanas y un menor han
ridiculizado y han burlado cuanto les ha venido en gana todo el supuesto
aparato represor e inquisidor con que cuenta el “terrible” Sistema: policías, fiscales, jueces, abogados, investigadores,
periodistas, pedagogos, psicólogos, educadores, criminalistas. De todos ellos
se han cachondeado con creces.
Vimos
desenvolverse a los acusados en las sesiones del juicio, pasados ya años del
horrible crimen. ¿Cómo ha obrado el paso de la Justicia, de los valores que la
inspiran, sobre ellos? Cabría pensar que algún humano sentimiento de culpa, de
contrición, de piedad al menos, se deslizaría entre alguno de ellos ante la
barbarie por ellos protagonizada. Ni por asomo: actuaron y actúan los
criminales como resabiados figurantes de un reallity.
¿No debería un verdadero sistema de elemental justicia como mínimo ponerles
enfrente de lo que hicieron?
En el súmmum del
desquicie, el entonces ministro de Justicia se preocupó en su momento de
establecer que… ¡el asesino tenía todo el derecho del mundo a mentir! ¿Era
necesario recordarlo? ¿Alguien de toda esa legión interminable de responsables
públicos ha mostrado su vergüenza, su pesar al menos, por el bochorno sufrido?
¿Alguien ha sentido removida en un mínimo pellizco su conciencia para pedir
perdón a esos padres, para al menos presentar su dimisión? Pregúnteles a todos
estos expertos por el asesinato. Todos le dirán: la culpa es… del Sistema. Y a correr.
Qué pensar, entonces, a la vista de este incalificable caso, cuando
desde el Poder nos aseguran que muy
curtidos etarras de plano cantan en los simples interrogatorios. Acabamos de verlo: Carcaño anuncia una nueva versión:
culpa a su hermano ahora. Revuelo de portadas en los media. Se vuelve a poner
en marcha la costosísima maquinaria de nuevo… en vano. El Juez masculla
improperios sobre la Policía, por dar pábulo al nuevo cante. El hermano anuncia
una querella criminal contra Carcaño.
Al fondo los deudos de Marta del
Castillo, un poco más rotos. Las sevillanas siniestras de Carcaño, que no terminan.
LAS HISTORIAS DE UN BOBO CON ÍNFULAS
(Resumen de la obra en post del 27-1-2013 y 1-2-2013)
154 pgs, formato de 210x150 mm,
cubiertas a color brillo, con solapas. Precio del libro: 15 Euros. Gastos de envío por correo certificado incluidos en
España. Los interesados en adquirirlo escribidme por favor a josemp1961@yahoo.es
“No soy nada, no quiero ser nada, pero conmigo van todas las ilusiones
del mundo” (Pessoa)
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ResponderEliminarEste es un ejemplo más de cuando se pone mucha más protección y cuidado en el asesino, que en la víctima. En las vascongadas lo hemos tenido durante todos estos años, y al final el dicurso del buenismo ha calado en la sociedad, y se ha culpado de todo a las propias víctimas.
ResponderEliminarPara este caso de Marta, hay una medida que se me ocurre para que canten hasta La Traviata: en una celda más bien de tamaño justito, todos los implicados en amor y compañia, con un estancia prolongada hasta que entre ellos se pongan de acuerdo en decir qué hicieron con el cuerpo de Marta y dén un relato de los hechos. La convivencia diaria y el roce hace maravillas, os lo aseguro.
Pero claro, entonces llegarían los de los derechos, Anmistías, etc, etc...a decir, que eso es una barbaridad, y que el sistema judicial no puede ser vengativo, sino, buscar la reinserción; espera que para esta letra, voy a poner unos violines de fondo.
Yo me pregunto lo mismo que tu, como estos mindunguis, tiene a toda una jurisprudencia en el bolsillo, si asesinos profesionales han cantado la traviata.
ResponderEliminarEste caso es repugnante y quizás el mas doloroso de la historia, tener a unos padres mendigando el poder enterrar a su hija..saludos..
Si a Carcaño le hicieran pagar los costes que han supuesto sus versiones falsas: dragar un río, peinar un vertedero etc... que le pasen la cuenta a él o a su familia, o que se lo transmuten en pena, ya verás que rapidito se le pasan las ganas de contar mentiras.
ResponderEliminarQue aquí te pierdes en la montaña y hay que pagar el rescate y este se está riendo de todos y no le sucede nada.