Apenas suscita escándalo, mugre nuestra de cada día, la nueva de
que dos periodistas deportivos midan en público su sinrazón a puñetazo limpio.
A sopapo sucio mostraron ambos cenutrios su zafiedad, sería más justo decir. No
dos periodistas sin nombre, no, al contrario, dos de los más entre todos
conocidos, de los que acaparan espacios y pantallas estelares, de los más
exitosos de la una vez humanística profesión. Delante de infantes y en el curso
de un sarao benéfico, y qué más da. Mutuamente se ahostian y punto pelota. Siro reparte galletas, Burgos devuelve morcillas, toma y daca, tiki-taka.
Lo cuentan luego con pelos y señales – el ojo a la virulé como el estigma de la
cafrería- en los espacios que dominan. ¿La causa de la virulenta virulé? ¡Mouriño!,
que es ya demasié. Menudo exiemplo de libro, don Juan Manuel.
Ya hemos anotado otras veces aquí –sin eco alguno, claro- la mutación
que con la Sociedades de la Telebasura
váse experimentando, el prototipo de homo gañanis a que las mismas van
dando lugar. Le escribí un día a Josep
Pedrerol por Twitter que su programa, contando con buenos profesionales,
utilizaba sin embargo, y con masivo éxito, la retórica de la telebasura, y que
el periodista ha de ser –artículo primero de la asignatura Etica y Deontología
profesional que hube de empollarme- una instancia crítica entre la información
y la sociedad. Al momento se hizo Él seguidor
mío, y me contestó que era ésa una buena frase. Otro día, sin venir a cuento,
me borró de su lista… y pelota punto. Borró Pedrerol la nada: de nada, Pedrerol.
Ocurre así que el mismo periodista que llora un día en pantalla porque “su” equipo ha palmado –hazaña ante la
que el Colegio de Periodistas al pleno debería haber derramado ríos de
lágrimas-, al siguiente, por mouriñas pajas, se cruza a mamporros con un
similar. Al menos los duelos por honor del XIX ateníanse a estrictas normas, no
explotaban delante mismo de los niños. Ocurre además que de forma insólita el
periodista okupa los territorios privativos del hooligan, “obligando” a éste, que se siente simbólicamente
desplazado, a más radicales iniciativas aún para notarse vivo. Pasa luego lo
que pasa, -una fiesta para celebrar un título deviene en violenta algarada
colectiva, pegan a un baloncestista en los vestuarios, escrachean a los mismos
jugadores si pierden- y milagro auténtico es que no ocurra más.
Las Sociedades de la Telebasura, ¡guau!, han conseguido eso también, el darle la vuelta a los mandamientos
sagrados del Periodismo: ya ni es noticia que perro muerda a perro. Todo lo
más, un eco de suciedad.
LAS HISTORIAS DE UN BOBO CON ÍNFULAS
(Resumen de la obra en post del 27-1-2013 y 1-2-2013)
154 pgs, formato de 210x150 mm,
cubiertas a color brillo, con solapas. Precio del libro: 15 Euros. Gastos de envío por correo certificado incluidos en
España. Los interesados en adquirirlo escribidme por favor a josemp1961@yahoo.es
“No soy nada, no quiero ser nada, pero conmigo van todas las ilusiones
del mundo” (Pessoa)
GRACIAS, una vez más, por vuestras extraordinarias colaboraciones en este blog. Lo hacen mejor. Un abrazo virtual que quisiera ser real a cada uno de vosotros.
ResponderEliminarY, plis, si han de hacer algún regalo, si pueden recomendarlo, acuérdense de mi pobre libro, que el no tener más contactos que estos es cosa muy cruda. Un abrazo. GRACIAS
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ResponderEliminarLa política del fútbol ha llegado ya a unos extremos que pasan del morado al negro, la gente está muy crispada, quemada y no solo porque se pierda en un partido sino por todo en general, es un cúmulo de todo, periodistas deportivos que midan en público sus sinrazones a puñetazo limpio eso es ya una bajeza extrema, saludos.
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ResponderEliminarLa historia de la política, y el deporte van unidas de la mano de cuatro vividores, querido amigo José Antonio: es como la historia de nunca acabar.Es un todo por la pasta y el poder,Pero no se aflija usted, que estos como los otros, también tendrán que rendir cuentas, aunque ellos digan que les quiten lo bailao. Un abrazo tocayo...
ResponderEliminarEl peeriodismo deportivo ha bajado en el escalafón para ponerse a la misma altura que el periodismo del corazón, si es que eso es periodismo. Pero ya lo de agredirse unos a otros enfrente de las cámaras ya es de traca. ¡A qué niveles está llegando la sociedad!
ResponderEliminarPor cierto, corrijo. No es periodismo deportivo ¿qué deportes se ven o leen en estos espacios? no; es periodismo futbolero, que es el único deporte que existe en esta, nuestra societé.
Salu2
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ResponderEliminarHacía tiempo que no te saludaba,
ResponderEliminarte leo y se me revuelve todo,
desmenuzas la realidad
con palabras certeras,
me gusta volver por tu casa,
un abrazo
¿Periodismo? NO. Eso no es periodismo, eso es estiércol para abonar las mentes de unos cenutrios.¿Por qué es fútbol y sólo fútbol? ¿Por qué llegan a esa violencia? Vaya ejemplo para la niños
ResponderEliminarEn todas partes hay periodismo basura. Apoyo el periodismo crítico que nos abre los ojos. Saludos.
ResponderEliminarJugadores que se emborrachan para celebrar victorias. Jugadores que dan patadas mal intencionadas. Periodistas deportivos que se pegan.
ResponderEliminar¡Y LOS ZAGALES MIRANDO!
Lo del problema de la educación es más grande y grave de lo que pensamos.
La educación del ministro Wert es la misma que la de estos cenutrios.
ResponderEliminarEl furbol es polémica. Pedrerol ha hecho un programa con mucha polémica y poco contenido.
ResponderEliminarEl tal Siro nunca me gustó. Cuando aparecía, no se si todavía aparece, en los Telediarios de Intereconomía, me acosaban las mismas contradicciones que Ariza puede sentir, cuando se acuerda qué tipo de televisión quería al empezar su proyecto.
¡ Pelearse por muriño ! Con lo desagradecido que es ¡ Si por lo menos hubiera sido la esteban, la princesa del pueblo !