Y están por otra parte, como el enigma adosado al reverso
de los penosos abusos que nos ocupaban ayer, como una cara oculta nada oculta, al
contrario, una descarada cara a la plena luz del Sol, la radical novedad de docenas
de fotos, como las que aquí ves, protagonizadas por otras tantas docenas de
jóvenes mujeres en andas, en uso, parece, y puede que abuso de su libre albedrío, magreadas
y de lo lindo sobeteadas en masa, imágenes que por sí solas hablan.
Son
cuadros del todo impresionantes, rebosantes de una viveza turbadora como quizás
sólo la poseen los sueños que más intensos nos asaltan en medio de la noche, atiborrados
de detalles hiperreales como una obra de el
Bosco, como un abarrotado delirio onírico mucho más de Fellini que de Berlanga, solo
que esplendorosamente reales.
Son a la vez testimonios únicos del santo y
seña del mundo que vivimos, de ese ruido y de esa furia carnavalescas desatados
hasta el desquicie. Observa, lector, cada uno de esos rostros, pues cada uno
porta su clave, su mensaje propio en medio del pandemónium semiorgiástico, en
ese fresco verité de la Humanité que sin palabras nos deja: el éxtasis vivo de
la señalada y palpada en las alturas, la risa sardónica de aquel, la sorpresa
paralizada de aquella, la insólita calma de esta, la secreta admiración de las
otras, el haz de manos toconas, la horda abusadora, los garañones salaces. Exasperación
hiperbólica y pública del Deseo, del gozo, de la rijosidad, de la gañanía. Es
por la Crisis del capitalismo genocida, ya.
¿Qué decirles a esas muchachas piel de
manzana tan de las mamas toqueteadas? ¿Y cómo osar decirles algo si
precisamente sin palabras ellas nos dejan? No, para ellas no hay paraules, ni
de amor ni de las otras, que puedan decirles algo. Subsiste, con todo, el
desconcertante magnetismo de las imágenes, su soterrado misterio, su voluptuosa
turbiedad, su tremenda temperatura, como si, bajo la fiesta, bajo la juerga,
sobre el alcohol, a propósito de la sexualidad, se deslizara bien a las claras,
es decir, se proclamara también, un secreto inconfesable y demasiado terrible
incluso para en palabras formularlo, que tantas bonitas y edificantes palabras
de paso echa por tierra. La Educación para la ciudadanía, ya.
LAS HISTORIAS DE UN BOBO CON ÍNFULAS
(Resumen de la obra en post del 27-1-2013 y 1-2-2013)
154 pgs, formato de 210x150 mm,
cubiertas a color brillo, con solapas. Precio del libro: 15 Euros. Gastos de envío por correo certificado incluidos en
España. Los interesados en adquirirlo escribidme por favor a josemp1961@yahoo.es
“No soy nada, no quiero ser nada, pero conmigo van todas las ilusiones
del mundo” (Pessoa)
Juventud, alcohol, desinhibición. No hay educación para la ciudadanía que lo arregle. Pido tan sólo que no hagamos una estrella mediática de la chica, que apunta maneras.
ResponderEliminarMalditos progres!
Estaré en Agosto por Madrid, estoy por juntar a un par de amigos..
ResponderEliminarcuenta conmigo, Sire
ResponderEliminarYo sigo pensando que a la corrección política hay que atizarle con esas imágenes del misterio.
ResponderEliminarEn "La pasión Beatriz", de Bertrand Tavernier, pregunta Bernard-Pierre Donadieu, en una escena: "¿quién de dos mujeres es más puta, la que presta su cuerpo o la que se regodea mirando?".
ResponderEliminarBonita dualidad para educación de la ciudadanía post-zarrapastrosa, o sea, más de la misma bazofia, pero inspirada por Gallardón. Que hay demasiados temas en sus textos sobre la diferencia entre madre soltera hippy "libertaria" con novia bollera y padre facha "libegal" con chaqueta, corbata y bigote de ánsar, diciéndole al alumno o alumna que, a las diez en casa y nada de botellonica toda la noche, como sueñan los progres abyectos constantemente. Además de con el chalet menorquín, of course.
Saludos