Habíamos dejado (post de 14-1-13) a San Sean Penn de Malibú embutido en el
flamígero chándal bolivariano, posando de viuda doliente durante las últimas
horas del Comandante Chávez. Murió
el Caudillo, vinieron las trifulcas y sucesiones del postchavismo, arribó
inmaduro Maduro… pero ya de la rabia del
multimillonario actor yanqui nunca por el momento más supimos.
Así es que cuando el otro día me llegó el dvd de una peli por él mismo
dirigida, Cruzando la oscuridad (1995),
volví a afilar mi más retorcido colmillo faccioso, bien predispuesto a poner a
la cinta y a su director a caer de un chávez. Claro que, como con Saramago me pasó lo que pasó (ver post
de ayer), me dije entonces “detente bala”, no vayas a deslumbrarte de nuevo y
ante Sean Penn hayas simbólicamente
de retractarte.
Pues bien… desde los primeros compases no dejé de burlarme de la
película. ¡Qué soberbia estupidez más presuntuosa sin cesar allí! Verás: un
guaperas recupera la libertad, tras seis años en prisión por el atropello accidental de una niña. El padre de
ésta ve llegado el momento de la venganza. Penn
pretende hacer con eso todo un desgarrador drama acerca de la culpa, y de la
necesaria redención y del humano perdón, y lo que consigue es todo un irrisorio
engrudo.
Nada está bien elaborado en esta grandilocuente película, nada resulta
creíble sino grotesco y forzado. Pone en escena Penn a Nicholson y a Angélica Houston, atormentados padres
de la niña, tratando de aprovechar la metacinefilia que sobre su relación
personal todo el mundo conoce, y hasta el ridículo les fuerza en personajes
hinchados de nada y en enfáticas escenas romas de verdadero contenido, que
queriendo ser dramáticas, por infundadas dan risa.
El clímax del despropósito estalla al final, en la incalificable –por
insostenible- persecución entre Nicholson
y el guaperas que accidentalmente atropelló a su hija, y la estulta
resolución que le da Penn a la
misma… casualmente sobre la misma tumba de la niña muerta. En fin, San Sean Penn de Malibú, que mucho me reí
con tu bobo bodrio y que comprendí mejor al cabo –al menos por esta Cruzando
la oscuridad- por qué le das tú de esa manera al chándal bolivariano y
a esas cosas.
LAS HISTORIAS DE UN BOBO CON ÍNFULAS
(Resumen de la obra en post del 27-1-2013 y 1-2-2013)
154 pgs, formato de 210x150 mm,
cubiertas a color brillo, con solapas. Precio del libro: 15 Euros. Gastos de envío por correo certificado incluidos en
España. Los interesados en adquirirlo escribidme por favor a josemp1961@yahoo.es
“No soy nada, no quiero ser nada, pero conmigo van todas las ilusiones
del mundo” (Pessoa)
Pues, lo pones bueno. Y se lo tiene merecido por jugar a millonario progre con disfraces de bolivariano. Que le den.
ResponderEliminarhola amigo solo saludarte hacia tiempo que no te veia
ResponderEliminarun abrazo
Marina