El otro día una buena amiga
cibernética, Sonja, que escribe un
blog literario (Las reminiscencias)
que es una delicia, acaso por ser poseedora ella de una sabiduría tan fina como
irónica, a propósito de mis penosas cuitas librescas, me arreó quizás el
soplomocos definitivo:
“A la gente no le gustan los lloricas. Si vendes poco no digas que eres
un fracasado sino un escritor de culto”.
¡Es verdad! Cómo de repente se vuelca todo el
panorama personal y profesional ante ti si logras, antes que a nadie a ti mismo
primero, convencerte de arriba abajo cuando te pones ante el espejo de ser un escritor de culto. No sé si las
nuevas generaciones lectoras conocerán la expresión: son esos escritores de
minorías que, precisamente por la acendrada calidad de lo que escriben, por la
altura del listón de los saberes que exige su degustación, están condenados a
ser por las masas rechazados, pero en vilo seguidos por un reducido número de
muy competentes admiradores.
Qué vitola de íntima
respetabilidad, qué aureola de verdadera valía, qué secreto prestigio de golpe
debe investirte si consigues verte así. Pero además, el profundo realce de tu
íntima valorización, de la consecución al fin de una digna auto-imagen, esa
especie de capa mágica, a la vez se extiende también a las poquitas nobles
almas que te siguen, que pasan de ser los dudosos y grisáceos partidarios de un
“llorica” a un compacto grupo se sensibles conocedores y degustadores de un
arte en verdad valioso. ¡Cuánto debe reforzar con hondos lazos de afecto entre
sí a todos los que componen ese invisible grupúsculo, en lo sucesivo ya una
comunidad! Es seguro que así, tras ese primer eslabón, muchos “escritores de culto” han llegado luego a ser escritores de éxito.
En serio, Sonja, sin la más
mínima reticencia te lo digo, ojalá consiguiera verme y pensarme, que me vieran y me pensaran como un escritor de culto. Gracias por la idea,
gracias también por en su día pedirme el libro y más gracias por haberme encima
dedicado en tu fantástico blog la inteligente reseña que me dedicaste:
Antes
de ayer cuando recibí el aviso de Correos pensé "debe ser de Hacienda o
algo malo" porque había encargado un libro pero ni en sueños lo
esperaba tan rápido, así es que allí me encaminé y 26 números más tarde y otros
diez minutos de desesperado deambular por parte de la estresadísima funcionaria
me entregaron a la criatura:
"Las historias de un bobo con ínfulas" de José Antonio del Pozo es un libro autoeditado que merece una promoción bloguera.
Siempre
me sorprendió que alguien con ese mandoble se limitase a escribir entradas en
su blog, así se lo expresé en una ocasión, por eso el nacimiento de este libro
me alegra especialmente.
Al cabo de tres horas lo había terminado, en parte porque practico la lectura rápida desde mis años mozos en que me trincaba los libros de pie en el Pryca mientras mis padres hacían la compra semanal, pero sobretodo y ante todo porque es una lectura divertida y chispeante donde se narran no tanto las aventuras como las desventuras del joven Armando en clave un tanto surrealista.
El
lenguaje es rico, vivo y abundante en metáforas (como no cabía esperar otra
cosa a los habituales del blog del autor) todo lo cual, curiosamente, no le
resta ni un ápice de agilidad a la lectura, esa me parece una grandísima
habilidad. También aviso a las distinguidas damas que me leen de que contiene
algunos pasajes ruborizantes, si es que tan extraña capacidad pervive aún hoy
en día.
En un momento dado me dió por pensar que si Bridget Jones hubiera sido hombre y hubiera leído a Dostoyevski y a Proust seguramente se habría llamado Armando, no se si el autor me perdonará semejante comparación pero esos son los riesgos de que te lea cualquiera, pero sobretodo de que te comente cualquiera.
En conclusión, una lectura de calidad, irónica y amena.
Pero dejémonos de cháchara, aquí mismo podéis leer un fragmento del libro.
Me parece la mejor definición para ese escritor que hay en ti; yo te he leído y me ha gustado; por lo que si pasas a ser un escritor de culto; de inmediato yo paso a ser un hombre culto; ya que una vez leído, además te he comprendido.
ResponderEliminarSalud
-Jaime: muchas gracias, amigo mío, usted -sus blogs también- son de los que merecen la pena. Un abrazo
ResponderEliminarUn escritor de culto también puede ser de éxito. Dado que hay 7.000 millones de individuos en el planeta, vender un millón de libros no es mucho en principio pero no es moco de pavo aunque no sea un best-seller de cien millones de ejemplares en varios idiomas.
ResponderEliminarUn escritor oculto es otra cosa. No le rinde culto nadie y casi nadie sabe que existe. Es el sino de la mayoría de los que escriben. Y ahora la competencia es feroz, porque escribe casi todo el mundo, dada la facilidad que da Internet para expresarse. Cada vez se escribe más y se lee menos.
El que no opine igual que se lo pregunte a los directores de los periódicos, que se están hundiendo.
Anda.
ResponderEliminarPues lo eres, y no considero que peque de pretenciosa, con la cantidad de auténtica bazofia que te encuentras en las pilas de libros del Corte Inglés, ¿está mal reivindicar un poco de calidad para el ciudadano medio? conozco a muchos de ellos que se merecen algo mejor...esto me recuerda que tengo que prestar tu libro a una amiga posible neófita, claro que si descubre tus tendencias políticas no se yo.
-Sonja: mis tendencias políticas aún me mejoran entonces: sobre escritor de culto, escritor maldito. El súmmum.
ResponderEliminarGracias, Sonja
-Bucan negro: ¿un millón d ejemplares, dices? con doscientos a secas iba yo ya servido. Gracias
ResponderEliminarHay grandes escritores de todo signo político. Suele ocurrir que hay épocas que quedan oscurecidos por el régimen si éste es contrario a sus ideas. También es cierto que cualquier escritor, por definición, renuncia a la mitad de sus posibles lectores si se pronuncia políticamente en sus escritos. Tu libro no es político y Armando no ve el mundo desde un prisma exageradamente liberal. La peluquera no le pregunta sus tendencias políticas, aunque todos esperaríamos que incentivase sus tendencias sexuales.
ResponderEliminarHoy escribo, por encima, acerca de un escritor que cayó en el comunismo pero su libro, dicen, es uno de los diez imprescindibles para leer.
En cuanto a la diatriba con tus lectores sobre la manera de vender tu libro, sabes que estoy más con ellos. No tienes porqué mentir, pero con decir que las ventas van al ritmo esperado y que esperas agotar la edición, asunto tramitado. Y lo que siempre te dije, conquista a Ana Rosa, que es buen partido y puede publicitarte..
Por mi parte el jueves haré una cata de la cosecha del año pasado y por Baco que les leo un capítulo!
-Cesar: bueno, sobre política, literatura, mundo editorial, ya sabes, porque lo tengo in blog escrito, lo que pienso: defender las ideas liberales y querer hacer literatura, uff, chirría cual pecado contra natura. Lista d los 25 últimos Planeta, plis.
ResponderEliminarLo dicho, sobre escritor de culto, maldito: ¡hasta las buenas gentes que me siguen discrepan de raíz de mi en trascedentales asuntos!
¿Ves? me recomiendas una madrina, si ej que, si ej que.
Que la cata del jueves sea propicia, amigo Cesar. Voy a leerte