En siete de septiembre fue, sí. Tres
años de blog. Más de novecientos textos
míos ya. A la manera en que yo los hago. Todo ese trabajo. Ahí están. ¿Y? Me
siento como si hubiera escrito entera la Enciclopedia
Británica… en vano, la verdad. En octubre del año pasado, sin contactos, harto
del silencio y del desprecio editoriales, me autoedité LAS HISTORIAS DE UN BOBO CON ÍNFULAS. Añadí además en el frente
lateral del blog: “Si lo que lees aquí juzgas que debe ser agradecido, para animar
también a que siga siendo posible, pídeme este libro, pues con el mismo además
te entrego un trozo vivo de mí”.
Bueno, los resultados del emplazamiento han sido pero que muy discretos.
No hablo de vender mil ejemplares. Ni la mitad. Ni la mitad de la mitad. Ni la
mitad de la mitad de la mitad siquiera. Ni a eso he llegado. Aún no he
conseguido recuperar del todo los dineros que arriesgué. Es el caso que no dejo
de recibir encendidos elogios. Muchos, muchísimos. Y qué palabras tan bonitas.
El caso es también que el número de visitas diarias al blog es para mí
más que considerable. 732 seguidores en el blog, 3600 en Twitter. No sé. La
estricta realidad es que desde luego muchas
personas observan, pero no valoran lo que hago. ¿Es mucho pedir a quien con
regularidad todo el año lee tu blog que te solicite el libro? Mi libro además
vale mucho más que quince euros, estoy seguro.
Es desalentador. Es amargo. Es descorazonador. Es lo que hay. El chasco
te obliga a reflexionar. A pensar toda esta desolación. Y, la verdad, lector, no
tengo ni idea de lo que voy a hacer.
Por supuesto permanece y permanecerá siempre indeleble en lo más hondo de mi ser la gratitud inmensa a cada uno de ese puñado de valientes que, sin conocerme de nada, han apreciado e impulsado mi escritura pidiéndome el libro. Si cierro los ojos, creo que podría decir el nombre de cada uno de ellos. Alguno se ha molestado incluso –y pongo aquí sólo unas cuantas, pues otras, maldición, las extravié, agradeciéndoselo por igual a todos- en escribirme cosas tan preciosas como éstas:
Encarni:
“Jose, llevo el Bobo con Ínfulas por la mitad, y me tiene entusiasmada.
A veces no sé si reírme o llorar… me encanta!”
Gaby:
“Ya terminé tu libro, Jose. Lo leí dos veces al final. Me encantó. No
dejes de escribir. Aunque, pobre prota, joer, qué vida.”
Toñy:
“Leyendo la realidad de un libro por 2ª vez para evadirme de la ficción
de la realidad. (las Historias de un bobo con ínfulas)”.
Mati:
“Jose Antonio, estoy volviendo a leer tu libro. Cada vez le descubro
cosas nuevas. Me sienta bien… Gracias”.
Hola José Antonio. Yo fui uno de los "osados" que compró tu libro, y me encantó.
ResponderEliminarTu caso me recuerda a John Kennedy Toole, con su libro "la conjura de los necios" libro que recomiendo y me hizo reir a carcajadas. A pesar de su fatal final (ni se te ocurra emularlo) recibió finalmente el premio Pulitzer.
Todo esfuerzo requiere tiempo, constancia y perseverancia. Persevera y no abandones tus sueños, y si no recibes ninguna recompensa, siéntete bien contigo mismo por hacer algo que no todo el mundo puede o sabe hacer ...
Saludos.
-hola, José, y fuiste de los primeros, sí. La Conjura es un libro grandioso, coincidimos. Muchas gracias, de veras, por tus ánimos, por tus palabras, por escribirme, por ayudarme. Un abrazo
ResponderEliminarQué tal, José Antonio.
ResponderEliminarTe felicito por este tercer año bloguero, en fecha tan señalada: el número siete siempre es una garantía de cosas positivas.
Estoy con el primer interviniente: está muy bien lo que haces, es genial tu libro en estos tiempos de páramos desiertos intelectuales y, en todo caso, debes sentirte bien con haberlo escrito para ti, como en su día los grandes compositores componían para ellos sin tener en cuenta su gran aportación a la cultura con mayúsculas.
En cuanto a lo de internet, ya sabes mi opinión. También yo, humildemente escribo para mí y anónimamente, porque el medio es el mensaje y el masaje. No entiendo lo que ocurre a mi alrededor: una inmensa mayoría progresista y grupúsculos más o menos cáusticos y rancios haciéndole la ola a los abarcenados. Eso se refleja en este estólido medio que muy probablemente le iría mejor a esa horda yanqui, carente de escrúpulos europeos, miedos al ridículo, pues ya sabemos cómo se las gastan en sus ceremonias y ciertamente más propensa al fin de las privacidades. No en vano son sus inventores.
Pero bueno, ánimo y avante toda. Un abrazo.
Lamento que no seamos muchos los que hemos comprado y leído tu libro. El resto que no lo ha hecho, no sabe lo que se pierde. No te desanimes. Gracias por regalarnos estos tres años de textos, gracias por volcar tu alma y todo tu ser en ellos. PAra los que no sabemos escribir, leer tus textos, nos enfgrandecen. Solo se me ocurre decirte. GRACIAS , creo que no hay otra palabra más bonita.
ResponderEliminarLamento que no seamos muchos los que hemos comprado y leído tu libro. El resto que no lo ha hecho, no sabe lo que se pierde. No te desanimes. Gracias por regalarnos estos tres años de textos, gracias por volcar tu alma y todo tu ser en ellos. PAra los que no sabemos escribir, leer tus textos, nos enfgrandecen. Solo se me ocurre decirte. GRACIAS , creo que no hay otra palabra más bonita.
ResponderEliminarEs muy difícil vender literatura en papel a través de Internet. Una gran mayoría de internautas sólo lee ya en pantalla.
ResponderEliminarEn mi opinión deberías subirlo a Kindle de Amazón en forma de libro electrónico.
El libro de papel, si no se expone en los principales escaparates de grandes centros comerciales, para que lo compren por impulso los analfabetos digitales que no usan Internet, es muy difícil de colocar.
-Juante: muchas gracias por tus palabras de ánimo, por tu apoyo sincero.
ResponderEliminar-Mónica: muchas gracias, ya sólo tus palabras compensan todo, por entenderme tan bien: sí, vuelco lo q soy en el blog. Un abrazo. Gracias, de verdad.
-Bucan: vale. muy amable
José Antonio, no se queje de nada. Dígame...¿Cuántas veces a visitado mi blog?Pues ya se lo digo yo.Ninguna.
ResponderEliminarYo he publicado mi libro en Argentina, donde los vendí todos y ahora lo voy vendiendo en España con otra editorial. Uno recoge lo que siembra. Lamento que esté tan decepcionado, yo de mis amigos no lo estoy, siempre están a mi lado .
Un abrazo
Sor.Cecilia
-Sor Cecilia:
ResponderEliminarCaramba, Sor, qué sorpresa. Veamos:¿no puedo yo siquiera condolerme en mi blog por no haber aún del todo recuperado el dinero que arriesgué? La frialdad de su rigor casi un poco asusta, perdóneme, Sor.
¿Que yo no he visitado su blog? ¿Y? ¿A qué viene esa personal apelación?
Que Usted ha publicado su libro en Argentina, que allí vendió todos y que ahora lo va vendiendo en España? Felicidades, Sor, le sonríe también el éxito mundano, en paralelo a su indudable talento escritor. Discúlpeme, Sor, pero se le ha evaporado la "h" en ese "a visitado" que me endiña.
Ah, que uno recoge lo que siembra. Quiere decir, Sor, me parece, que es que Usted es buena buenísima y yo todo un malvado horríbilis, que encima no visita su blog. Sí, los liberales somos muy malos, ya.
No me parece por todo lo anterior que "lamente" usted mi decepción en absoluto.
Y sus amigos siempre están a su lado. Qué maravilla, Sor. Yo, sabe usted, es que tengo pocos, aunque no crea, alguno puede igualarse en calidad humana al peor de los suyos.
Eso, un formidable abrazo, Sor.
José Antonio
Dos cosas me entristecen de tu escrito; el atisbo de rencor de Sor Cecilia, por lo inesperado de su reacción y el subtítulo: "nada que celebrar".
ResponderEliminarSor Cecilia, seguramente ha querido decir que cada uno tiene lo que se merece y que al final tus seguidores sabrán reconocer tus méritos.
Y tu, seguramente habrás querido decir, "nada que celebrar, excepto el inmenso calor de la compañía de mis seguidores."
Humberto Eco fue reconocido como escritor a los cincuenta. Aún te quedan años...
Disfruta escribiendo. Lo demás podrá venir por añadidura.
-Cesar:gracias por tus palabras, amigo, también por tu fenomenal ayuda real a mi pobre libro, más meritoria aún por pensar a menudo muy distinto a como yo lo hago. Te estoy muy agradecido, de verdad.
ResponderEliminarQué bien interpretas a Sor Cecilia, ya te adelanté que haríais muy buena pareja.Me parece que la entiendes a ella mejor que a mí. De acuerdo completamente contigo: lo esencial es disfrutar escribiendo. Gracias, de veras, César.
Le dejo un abrazo de felicitación...Besos
ResponderEliminarNoto una cierta sorna en tu breve respuesta. Yo he publicado dos libros, Oro y Lujuria en Fuerte Navidad, sobre el desastre en ese primer asentamiento de Colón cuando naufragó la Santa María, en su primer viaje. Y otro sobre el dinero, Amor al Dinero, Amor Verdadero. Y sé un poco de lo que te hablo.
ResponderEliminarLa autoedición a tu estilo, si no estás en contacto con una librería que les vaya dando salida, por ejemplo o si no haces un plan de publicidad en tu blog "exitosa", será un fracaso. La gente no da abasto a leer todo lo que bajan gratis de Internet y los que pagan lo hacen en Kindle Amazon porque han comprado su lector electrónico y quieren sacarle partido.
Eso es lo que hay. Te dije una vez que tú título es bueno y se vendería expuesto en las mesas de libros del Corte Inglés, por ejemplo. Pero no está allí.
¿Has probado a dejar un ejemplar sobre una mesa del Corte Inglés, bien visible, e irte?. Cuando vayan a cobrar el libro no aparecerá en su base de datos. Creará sorpresa.
No lo publiques. Es un truco para ti. Je, je.
-NV Ballesteros: gracias
ResponderEliminar-Bucan negro: gracias por tu sugerencia
“ Más de novecientos textos" ...
ResponderEliminarOh-my-God!!!
A