Le oí ayer a Ramón Jáuregui, nº 2 de la lista valenciana, en la Cope de Buruaga que, aunque no están de acuerdo,
es que “le quieren mucho”. El presidente de los socialistas vascos, el morrosko Eguiguren, sobre el reluciente carro del cargo que conduce, lleva muchos estacionado y sin multa alguna en
el carril bus de los filoetarras. No hay agente de movilidad urbana ni ansiedad
del momento que con ese peso pesado y tóxico pueda.
Hace unos días, a propósito de la venenosa invectiva contra el PP del
secretario de los socialistas madrileños,
Tomás G, (“en privado se alegran de
los disturbios violentos”) señalamos en este mísero blog (1-4-2014) que, ya
antes, cerrando el círculo del más odioso estereotipo proyectado contra la
Derecha española, varias veces les habían espetado que los crueles asesinatos
de la ETA al PP de maravilla le venían.
Poco ha tardado el espeso Eguiguren en
remachar una vez más ese retorcido clavo: “en
Madrid con ETA se vivía mejor”. Vamos, que con cada bárbaro asesinato
etarra –incluidos los de sus mejores hombres- los capitostes del PP saltaban de
alegría, viene el maltratador a decir. Se lo toleran éstos, pues nada, don
Jesús, hasta el próximo escupitajo.
Como Brutus Eguiguren piensan
muchos en el PSOE, pues de lo contrario allí no les presidiría. Nada de la
Derecha española nunca les vale: ni el que auparan a cambio de casi nada a López como lehendakari, ni que haya continuado con la legalización zapatera
de Bildu y permitido su consiguiente
acceso al Poder, ni el que el cándido Bolinaga
abandonara la cárcel, ni la cuadrilla de matarifes liberados por el
artículo Parot, ni la liquidación de
los más corajudos resistentes del PP allí,
ni los brindis de los yogurines del
PP con los fanáticos bilduetarras… nada, el PP nunca hace nada… nada bueno.
Eligió el presidente Eguiguren
precisamente Gara para entonar la eterna palinodia, añadiendo en el lote más
bote para el peaje etarra: “Euskal Herría es prácticamente Navarra… sin Navarra,
Euskadi no tiene sentido”. Y de paso ya,
la misma consigna antidemocrática de Artur Mas, tan cara también al feeling
abertzale: “Cuando una mayoría clara quiere la independencia da igual lo
que diga la Constitución o las leyes”. Y punto eguiguren. Más ancho que pancho, ahí sigue Eguiguren,
apalancado cual marajá en el carril bus de los filoetarras, acusando a las
víctimas y a sus deudos de añorar a sus asesinos. Sí que le deben querer mucho
los suyos, sí.
LAS HISTORIAS DE UN BOBO CON ÍNFULAS
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“No soy nada, no quiero ser nada, pero conmigo van todas las ilusiones
del mundo” (Pessoa)
ResponderEliminarTodo lo que no sea ley para los etarras me parecerá muy mal. Aunque algunas debilidades sean más comprensibles; hay que ser patata para saber lo que se siente cuando te echan al caldo..
-Gracias, César, por tu aporte. Si te refieren a las debilidades filoetarras de Eguiguren y de sus euskalpatatas, si las comprendes... yo no, claro.
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ResponderEliminarQuédate pues con la primera frase. En base a ella que se reconstruya todo lo demás.
Sea. Pero Eguiguren, a mi juicio, debió hace ya mucho tiempo ser apartado como presidente de los socialistas vascos
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