No sé, se le ve raro. Raro, raro,
raro. No es Aznar, es Ánsar,
claro está. Dicen que las cámaras de televisión “engordan” dos tallas a quien
tras ellas se coloca, pero se ve que el ojo de halcón de Bush en lo menos cinco a Aznar
ha inflado. No sé yo si ocurrirá aquí
como con aquel célebre adefesio cubista que Picasso como retrato de una Madame francesa realizara. Ante las
protestas de la Madame por no hallarse parecido con la obra, es decir, de no
haber salido de la mano del pintor favorecida, el artista, en genio, la espetó:
“algún día querrá usted parecerse a
ella, Señora”. La brocha gorda de Bush,
esa pincelada gruesa sobre fondo aguachirle o excremento diluido nos deja
perplejos.
Pues, si hay detalles fisiognómicos que nos parecen sorprendentemente
bien captados por el dudoso Artista tejano, como el brillo extraño de esa viva
mirada, tan a la vez batida de rara alegría como de sombría pesadumbre, esa luz
radiante que le estalla en las mejillas, o la diadema natural en semicírculo
que bajo la ordenada cabellera se le forma al joven Caballero sobre la frente,
en los dos tercios inferiores el exento retrato al Pintor, a nuestro juicio, por
completo se le descabala. La nariz
amorcillada, los carrillos abultados, el belfo hinchado y sellado, como
reteniendo un mal aire, la gruesa arruga del cuello… y la disposición extraña
del torso, como un postizo que no correspondiera a esa cabeza, ese difuso
encabalgamiento de perspectivas, ese amago de ruptura de la simetría de los
planos que trasluce y malogra la composición. Uff, un poco más y a Aznar nos lo desgracia del todo, lo
arroja hacia una de esas gorduras mórbidas de Botero, a la mala suerte de una
especie de primitivismo naif. Un Warhol más
infantiloide aún.
Qué extraño, todo un Ex Emperador metido a retratista de trazo grueso de
los mandatarios contemporáneos, qué caprichitos ellos se dan. En fin, que acaso
no sería mala idea que al Cuadro lo retocara un poco la célebre Señora Cecilia,
aquella del Ecce Homo de Borja. Quizás quien se retrata sobre todo es Bush, en el esplendor de su bobaliconería.
LAS HISTORIAS DE UN BOBO CON ÍNFULAS
(Resumen y análisis de la obra en estos enlaces)
154 pgs, formato de 210x150 mm,
cubiertas a color brillo, con solapas. Precio del libro: 15 Euros. Gastos de envío por correo certificado incluidos en
España. Los interesados en adquirirlo escribidme por favor a josemp1961@yahoo.es
“No soy nada, no quiero ser nada, pero conmigo van todas las ilusiones
del mundo” (Pessoa)
Que pena! A mi que no me pinten. jeje. Saludos Jose! Muy interesante tu entrada!!! Gracias por compartir..
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