El caso de la “tiendecita de flores” de Marta Ferrusola (desde luego que esto-es-una-Señora)
a la sazón esposa de Jordi Pujol, pronto
se estudiará, estoy convencido, en las principales Escuelas de Negocios del
mundo, más incluso que el asombroso caso de los tulipanes holandeses del siglo XVII, cuya súbita y loca valoración
y especulación subsiguientes marca Capítulo en la Historia Económica. El caso
es que la discreta tienda de barrio inaugural acabó convertida, no mucho tiempo
después, en un auténtico emporio que llegó incluso a alfombrar el Nou Camp y a obtener pingües contratos
de numerosos departamentos del gobierno autónomo presidido por su esposo, sin
que la oposición fuera capaz jamás de conocer sus reales cifras de
negocio.
Explotó el “caso Pujol” y ha trascendido que, al parecer, en medio del
hipogrifo violento y corruto que pone en ventolera los
cabellos y el ánimo del ex –Molt Honorable, quiso su esposa en presencia de la
canallesca tranquilizarlo con estas palabras: “Tranqui, Jordi… esto se olvida”,
como si dominara ella unos resortes o atesorara además una sabiduría del Poder
que a los demás nos es ajena.
Hubo otro histórico “Tranqui, Jordi”, aquel del Rey Juan Carlos cuando la intentona golpista de Tejero, que también reveló entonces un
súbito desasosiego en don Jordi, que a todos entonces nos pareció justificado.
¿Se olvidará, en el baile incesante y neurótico de la actualidad, el
caso Pujol, como avizora la “maga”
Ferrusola?
A nuestro juicio, Señora, se
olvidará si lo quiere la Izquierda, que es quien de verdad maneja las
principales barcas: la barca de la calle, la barca de la Opinión
Pública en los media y en las redes sociales, la barca de quienes escriben los
libros de Historia, la de quienes ponen letra a las canciones, a los poemas,
fabrican documentales, spots, pancartas, eslóganes, Cds, camisetas, novelas y
ensayos. Se olvidará, en suma, el caso Pujol, si lo quieren quienes detentan la
hegemonía ideológica y el casi monopolio de la industria cultural, toda esa
sutil intelligentsia. Yo que usted, Ferrusola, les mandaría pero ya a ellos unas flores… y un Cd de ese
dúo, Ella baila sola, tan guapas ellas, uno de cuyos grandes éxitos llevaba por elocuente título
“Cuando los sapos bailen flamenco”. ¿O
se me adelantó Usted ya?
LAS HISTORIAS DE UN BOBO CON ÍNFULAS
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“No soy nada, no quiero ser nada, pero conmigo van todas las ilusiones
del mundo” (Pessoa)
Nos olvidamos o no queremos recordar lo que hacen los nacionalismos. En este caso solo se habla del nacionalismo catalán. ¿Qué hacen estos? Robar (presuntamente), oprimir a los suyos con recortes. ¿Qué hace el nacionalismo español? Robar (presuntamente), oprimir a los suyos con recortes.
ResponderEliminarPor lo tanto creo que las cortinas de humo no valen mucho en este caso.
el mejor comentario que he leido del tema felicidades D josè Hormias
ResponderEliminarPues si d. José se olvidará porque la izquierda que ha sido complice allá con sus siglas PSC y aca PSOE decidira que el pujolato y sus ardides no tienen suficiente relevancia para incluirlo en los textos de la editorial Santillana.
ResponderEliminarGran visión de la Ferrusola: se conoce que le ademas de las flores le interesa la cosa sociológica y politica. Misael