Ahí la tenemos, 27 años ha,
bailandooo, bailandoooo. Con el finado Kirchner, el manguta de viruta pampero, sí. Ha querido Cristina Kirchner dar
a las redes sociales ahorita esta imagen retrospectiva suya y de su esposo, apartar así
la atención del penoso presente que ella en la Argentina pastorea, como el que
se pega un viaje gratis total al
tiempo más feliz.
¿Feliz? Pues no se les ve muy festivos, la verdad. Más bien la
fotografía revela, contra la intención kirchneriana, alguna verdad
esencial: ahí está la arribista pareja, en un baile de la alta sociedad
provinciana, enfundada ella en un vestido de volantes apastelados, con sus
blancos zapatitos de tacón y esos ojos tristes de quién no ha conseguido aún lo
que persigue. No, no es febril esa mirada, descangallada sí. ¿Y él? Él ni mira
a la cámara, para qué. Sólo tiene la rendija de los ojos para ella. Hacia ella
proyecta todo el cuerpo, como si quisiera así convencerla: que sí, boluda, que
podemos.
¿A quién vagamente nos recuerda la extraña pareja? ¿No hay algo en ella,
en esos ojos más amargos que grandes, de una joven Penélope Cruz, de una Pé… averiada desde luego? ¿Y Bardem? Con sus ojos prominentes,
perfectamente podría interpretar a Néstor
Kirchner en la biopic que a lo “Evita”
bis de ellos pudiera hacerse.
Y bueno, les fue muy bien luego de la foto aquella a ellos dos. Sobre
todo a ella, claro. Que el mundo fue y será una porquería, ya lo sabemos.
Ganaron cargos peronistas, y con los cargos se apalancaron millones, mansiones
y amantes, fabulosas riquezas y corruptas distinciones en el país del incesante
saqueo peronista… con el beneplácito de la mayoría, eso sí. Quién le iba a decir entonces, veintisiete años ha, a aquel patito feo, algo mohíno en el baile
provinciano con su bisojo tanguista en los brazos, que todo le saldría tan
macanudo: que el Gran Superjuez Garzón
–todo un Richard Gere… de rebajas- acudiría a rendirle amores, que los
grandiosos Serrat&Sabina a su
verita le harían cucamonas, en fin, que los
Supremos Líderes de los Podemos españoles le rendirían impensable
pleitesía, designándola nada menos que a ella, ¡a Kirchner Manos Largas!,
esperanza viva de la Democracia, es decir, de la Humanidad.
Y sin embargo, todo estaba ya en el hilo del tango que en ese mismo
momento –miren la foto, please- Néstor le
susurraba… que sí, boludita, que podemos.
Que veintisiete años no es nada, lady K,
baila, baila, baila, bailari… na.
(Resumen y análisis de la obra en estos enlaces)
154 pgs, formato de 210x150 mm,
cubiertas a color brillo, con solapas. Precio del libro: 15 Euros. Gastos de envío por correo certificado incluidos en
España. Los interesados en adquirirlo escribidme por favor a josemp1961@yahoo.es
“No soy nada, no quiero ser nada, pero conmigo van todas las ilusiones
del mundo” (Pessoa)
Lo de Argentina es algo que viene de antes (historia) aunque todo el mundo busco en el presente la explicación. Aunque creo que el problema era muy de liberales pues no se pagaba impuestos en este país.
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