domingo, 14 de diciembre de 2014

Espinas y rosas



(Diciembre a medias ya, lector. Hum, huele a Navidad. Regalar a un amigo/a, regalarte, regalarme mi libro. ¿Agradeces el blog? ¿Lo valoras? ¿Merece una pequeña recompensa? Necesito vender algún ejemplar más de mi libro, que es además muy bueno -creo-, para seguir escribiendo. Pídemelo. Precio por correo ordinario: 10 euros. Precio por correo certificado: 15 euros)


   Me escribía el otro día un amable lector acerca del final “agridulce” con el que cierro yo mis HISTORIAS DE UN BOBO CON ÍNFULAS. Le hubiera gustado a él, me decía, un final más feliz para mi desdichado Armando. Bueno, pensé, después de un drástico desahucio conyugal, a través del cúmulo de encuentros y desencuentros librescos, humorísticos y sentimentales que al verse forzado a salir a la vida y al mundo le sobrevienen, también al escribirlos, no deja de hallar mi protagonista al final su propio lugar al sol. No como un lugar paradisíaco, desde luego, y sólo lo encuentra a medias, por supuesto, pero de alguna manera al final un mucho se ha “re-armado” Armando.
       
   No sé si ese final agridulce no es sólo el que mejor empasta con el carácter pusilánime de mi prota,  sino que acaso se aviene mejor también con esa tesitura gris, que mezcla envueltos y revueltos lo bueno y lo malo, la alegría y el infortunio, lo dulce y lo amargo, en que se desenvuelve el murmullo incesante de la realidad que a casi todos nos rodea. Encontramos rosas… con espinas, y al revés.
        
   Así también con la discreta marcha de mi libro por el mundo… por el mundo de las redes sociales, que es el que nos queda a los escritores sin Nombre ni Contactos, que hemos además de atender a otro trabajo para nada relacionado con libros. Encuentras a una seguidora que en público te pide encantada el libro. Haces tú entonces, con lo milagroso que ello es para ti, -el lento gotear de la dulzura- voltear las campanas en tu pequeño campanario: lo retuiteas, tolón, tolón, tolón.  Pasa el tiempo. Nada. ¿Se olvidó la Señora? Pasa más tiempo. Nada de nada. Le das entonces tú, armado de una osadía que in person seguro no tendrías, un ejem ejem cibernético, que es un recordatorio. Ah, sí, claro, y cómo, el caso es que… no si, a ver si me entiendes, que yo, es que verás, es que resulta…
   
   Que sí, pero que no, pero que sí, pero que yo que sé, pero que ná. La buena lectora me toreó, me sorteó, me burló y me vaciló pero bien. Tanto rollo para esto pensé, tanto tiempo por ambos perdido. La negra tinta de amargura indeleble que se te queda entonces en la punta de la lengua, como un tatuaje espantoso.
     
   Sólo que a la misma vez, en ese mismo día… las rosas. Tómalas, huélelas bien y muy despacio, lleva su bálsamo encarnado hasta lo más profundo de ti. Otra lectora, que sobre mi libro sólo estas cosas tan bonitas, sin más disquisiciones ni propósitos me escribe:
    -Llego a casa flechada al buzón, ¿habrá llegado mi libro? Oh, hay que seguir esperando.
    -¿Te cuento lo que me parece un poco leerte? Me da un poco de vergüenza decírtelo… El mundo es más bonito visto desde tus ojos, desde tus escritos.
   -Ese fragmento de la mano en el cine… Nunca imaginé que podía ser tan bonito, tan romántico y tan erótico el que te acariciaran una mano. Gracias por ello.

    
   Y bueno, con pequeñas rosas así va uno dando por bueno tanto trabajo, se redime uno en parte de su íntimo fracaso, que ya lo es menos, porque a muchas personas mi libro ha gustado y se han molestado además en hacérmelo saber. Seguro que mañana me esperará la punzada de otra espina… pero también la maravilla de otra rosa. A mí y a todos. Porque indefectiblemente la vie posee la textura misma de lo agridulce, de las espinas y de las rosas juntas, me parece.



LAS HISTORIAS DE UN BOBO CON ÍNFULAS
(Resumen, análisis y UN CAPÍTULO de la obra en estos enlaces)
UN CAPÍTULO:
154 pgs, formato de 210x150 mm, cubiertas a color brillo, con solapas. Precio del libro: 15 Euros. Gastos de envío por correo certificado incluidos en España. Los interesados en adquirirlo escribidme por favor a josemp1961@yahoo.es
“No soy nada, no quiero ser nada, pero conmigo van todas las ilusiones del mundo” (Pessoa)

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