Le preguntó un periodista francés al Papa Francisco (EL PAÍS 15-1-15) por la masacre islamista de París, esta en la que los terroristas de la Yihad kalashnikof en mano ametrallaron y
asesinaron a humoristas… a policías, a redactores, en fin. “¿Usted es francés? Vayamos a
París, hablemos claro”, en primera providencia le dijo.
Veamos en qué consiste ese hablar claro. “Matar en nombre de Dios es una
aberración. (Se deduce así la condena, que es genérica, pues
expresamente se eluden las circunstancias concretas y el nombrar a los
específicos autores de la matanza) La libertad de expresión es un derecho y una
obligación, tiene límites (eso es evidente, Papa, el lugar común
funciona como primer pero a la
genérica condena). Es verdad que no se puede reaccionar violentamente (ojo, Papa,
estamos hablando de una masacre contra una revista satírica, y también de unos
rehenes judíos secuestrados a punta de kalashnikof en un restaurante, y de una
mujer policía acribillada de buenas a primeras, y de un policía fríamente
rematado cuando estaba herido e inmóvil) pero (el segundo pero del Papa aparece ya explícito) si
Gasbarri, gran amigo, dice una mala palabra de mi mamá, puede esperarse un
puñetazo. ¡Es normal! (¿así sintetiza, es decir, así minimiza y
banaliza, con esa especie de parábola, mejor dicho de gracieta que espera la
carcajada de la concurrencia, la masacre? ¿es normal o es algo alucinante oírle
al Papa justificar un puñetazo? ¿pretende reducir la masacre a puñetazo? ¿no
recuerda el Papa el suelo de la revista profanado por los regueros de la sangre
vertida? ¿no es acaso brutal ese ¡es
normal! en el que todo parece
subsumirse?). No se puede provocar, no se puede
insultar la fe de los demás. No puede uno burlarse de la fé. No se puede. (Seguimos
hablando en abstracto, sí, pero encadenadas y multiplicadas ahora las severas
interdicciones que, sin el cruel asesinato delante serían por supuesto muy
atendibles, sólo que, con el crimen reciente, por fuerza recuerdan a las mismas
razones esgrimidas por los asesinos, operando discursivamente a modo de
pantallas atenuadoras de los mismos, ¿ignora además el Papa que muchas de sus
proclamas pueden resultar también provocadoras,
sin por ello lo más mínimo justificar una reacción violenta contra su persona?)
Tenemos
la obligación de hablar abiertamente, de tener libertad, pero sin ofender.
Ahí, remachando el clavo de los peros, según la prensa, terminó el Papa su hablar claro sobre París.
Tantos peros despliega su Santidad sobre
la abstracta reprobación que, a mi humilde juicio, la inicial y singular condena
queda… de pena. El puñetazo del Papa Francisco –es verdad que él fue
portero de discoteca antes que fraile- en verdad nos deja anonadados. ¡Es
normal! ¿Es normal?
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“No soy nada, no quiero ser nada, pero conmigo van todas las ilusiones
del mundo” (Pessoa)
ResponderEliminarNon, no es normal, por mucho Papa que sea este hombre; Si un dia tenia que perder la fé en algo, este "sujeto" lo ha conseguido en unas simples, si, simples, frases de peros y flautas.... (ironia amarga)
del Pozo, como siempre, dando en el clavo!
peros y flautas, eso es, Mari Carmen. Gracias por apoyar mi escritura y pedirme el libro. Un abrazo
ResponderEliminarDe pequeño dudaba de la infalibilidad del Papa. De mayor tuve la certeza de su falibilidad estudiando las actitudes de varios de ellos en diversos momentos de la historia. El Papa Francisco, a quien admiro como persona y pastor de su rebaño, es la prueba reválida de que se equivoca. No puede haber peros en torno al respeto a la vida humana.
ResponderEliminarEn una posterior pastoral y sin cadáveres encima de las aceras se puede hacer ese discurso de respeto por las diversas religiones anteponiendo sin duda el que se debe al mayor de todos los bienes, la vida humana.
El Papa Francisco ha olvidado el Evangelio que predicó Cristo; también es cierto que no es el único y que lo usamos en función de nuestros intereses.
Estamos pues de acuerdo.
Pero no tumbemos ídolos morales de los que sin duda carecemos, por un error humano. El error es creerlo divino.
Saludos.
Ese hombre no es más que el prototipo de lo negativo del argentino.
ResponderEliminarSi cada vez que insultan a tu madre o tu padre o lo que sea te lías a puñetazos estarían las calles como un cuadrilátero de boxeo.
Para mí que ese hombre es un peronista populista argentino al que le queda muy grande el cargo.
Ando buscando una noticia en este blog que hable bien del Papa... si alguien la encuentra porfa que avise. misael
ResponderEliminar-Cesar: muy atinada reflexión. Creo que con matices estamos de acuerdo. Gracias por el bonito párrafo. Abrazos, compay.
ResponderEliminar-Bucan: ciertamente oirle hablar a un Papa de dar un puñetazo si te mientan a la madre es un poco alucinante. Los pobres árbitros no ganarían para puñetazos. Gracias
-Misael: ¿cree que soy demasiado crítico con el Papa? Puedo estar equivocado, claro. Hábleme Ud bien de él y aquí lo pondremos también. Gracias por su ironía, claro. Yo creo que todos vamos buscando cosas.