Iba yo a pediros, Majestades de Oriente,
un poco descorazonado por lo real as usual, la intermediación de vuestros
mágicos poderes para que mejorara un poco la suerte de este blog, que es tanto
como pedir, Vos lo sabéis, que acreciera en algo la fortuna de mi pobre libro.
Qué penoso es, en la Era de las
Celebrities Bobas, para un escritor con Libro pero sin Nombre ni Contactos,
y con un trabajo en nada relacionado con libros, el conseguir que poco a poco
vaya viendo luz el mejor fruto de sus desvelos, hechos a medias de infortunio e
ingenio. Qué nos queda a los fracasati salvo insistir e insistir,
a la espera de que un hado benéfico haga al menos nuestro fracaso llevadero.
Iba a deciros, en amparo de mi petición, Majestades, que sin algo parecido a la ilusión desatada y enfermiza que cabalga en el corazón de un
niño es imposible, creo, el escribir a diario, día tras día siendo nada este blog, que se sueña globo de colores
radiante elevado a los vientos cibernéticos. Superar a menudo, sólo con esa
ilusión aviado, los huracanes del desánimo y del abatimiento bramando en contra
tuya que el no encontrar respuesta para quien padrinos no tiene supone. Debe ser frustrante que mientras por ellos
se interesa toda Europa, tengas tú sólo un blog, me decía para chincharme
la otra mañana un admirador de los Podemos. Quería arrojarme así a la
cara el éxito de sus Líderes Sumos frente a mi amargo fracaso. Aunque la
comparación es una bobada, en parte no le faltaba razón al hombre.
Iba a alegaros además, Majestades, que, como dicen los niños
para más fuerza infundir al cumplimiento de sus ilusiones, hice yo también mis
deberes: uff, casi 1.400 textos, de
los míos, uno detrás de otro, aquí ya, 362
el año pasado por ejemplo, casi 680.
000 visitas sin trampa ni cartón al mismo, una media de casi mil visitas diarias, los miles de
lectores que eso suponga, pues no todos por mil razones podrán a diario
seguirlo.
¿Es entonces, Magos de Oriente,
mucho pedir a quienes con asiduidad leen este blog que tengan a bien, para
poder seguir escribiéndolo, solicitarme a lo largo del año mi libro, que es
además con diferencia lo mejor que tengo? Algunas personas lo han hecho y lo
hacen, y son tesoro para mí impagable e imposible de olvidar, más aún son los
resultados desalentadores. No reclamo imposibles, Majestades: con sólo la mitad de la mitad de los que a diario
“visitan” mis textos a mí me bastaba. Sólo para eso demandaba yo, Reyes Magos, vuestra gracia.
Levantas luego la vista y ves lo descarriado y maltrecho que, como
siempre, andan el mundo y sus gentes. ¿Es acaso más importante tu ombligo
pequeñoburgúes que las infinitas calamidades que, también as usual, por todas partes asolan el orbe? ¿Vas a comprometer a los Magos de Oriente sólo en tus mezquinas
cuitas? No. Mantengo por mi cuenta encendida la vela de la esperanza en que mis
lectores poco a poco me recompensen. Ojalá, Reyes Magos, pudierais
de verdad atender la llamada de la ilusión y la convocatoria de la inocencia
entre los niños más maltratados de la Tierra. Que así sea, os pido.
Verás como la magia de estos Reyes consiguen que tus tantísimos seguidores lean tu libro. Si te siguen es porque les gusta tu forma de escribir los artículos y en él se encuentra la esencia de los mismos.
ResponderEliminarAnimo y a seguir escribiendo para que podamos seguirte.
- muchas gracias, Enrique, amigo. Un abrazo
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