La Casta del Cine español, unos cachondos

    

   Ya el numerito inicial del elenco de Celebrities en elitistas tiros largos posando heroicos y firmes ante el Enemigo… ¡a los acordes del Dúo Dinámico! , no se sabe qué daba más, si grima o risa. Si hacen ahora bandera de la retrofranquista horteridad del Dúo Dinámico es que esta caterva de cínicos se atreve, desde luego, con todo.

    

   Siguió luego en la fiestorra del Cine español, en el discurso del presidente de la Academia, en los alusiones de los guionistas clásicos de la gala, en la puntada venenosa del gran Almodóvar, en los posteriores coloquios en la Sexta, el sobado cauce habitual, el propio de un formidable lobbie en acción chantajeante.

   

   Todos a una, en vertical sindicato (qué curioso, revueltos todos ahí, productores, magnates, empresarios, González Machos, Bancos y Cerezos en flor, celebrities, sindicineastas, meritorios y vicetiples, sin huelgas internas, sin lucha de clases en su estanque dorado, sin proclamas de arrebatarles las productoras y repartirlas entre los obreros) machacando y exigiendo su particularísmo egoísmo de parte: los Impuestos son maravillosos, es la solidaridad con los pobres en acción, deben subir para todos entonces… ah, menos para nosotros, a ver cuándo de una vez nos bajan el maldito IVA, que es que nosotros somos guays, ¿sabe usted?

     

   Cuadratura del círculo cínico aún: además de la bajada de impuestos… para ellos, exigen y reclaman suculentas subvenciones… para ellos, por supuesto. Adoptan entonces el lenguaje tecnocrático de los políticos de la Casta Corruta y todo formalitos reivindican eso,  hacer del Cine español “una cuestión de Estado”, oooh, es decir, poner de rodillas al Estado y a su exclusivo servicio, que ellos lo merecen y lo saben, sí. Ni siquiera los buenos rendimientos obtenidos por ellos en 2014 les detenía en su frenesí pedigüeño, tal es su ansia acaparadora.

    

   Encima -qué imágenes, esos desenvueltos posados, envueltos en sus exclusivos modelitos de fastuosos ricachones sin alma mientras a las puertas de su Anual Festín ellos mismos aseguran que pululan multitudes hambrientas- es que están cada uno de ellos convencidísimos en su interno fuero de ser unos tíos “puta madre”. Y que resistirán, que sí, que resistirán.

    

     

(Qué le queda al escritor sin Nombre ni Contactos salvo insistir e insistir -resistir y resistir- en las redes sociales, aun a riesgo de resultar pesado, y confiar en que poco a poco quienes lo aprecian y valoran le demanden el fruto de sus mejores desvelos.)