Que pudiera tapar tu Vergüenza, mejor dicho, Pedro, que tus vergüenzas no vienen al caso. Así es la Política en la era post-moderna, una sucesión de estampitas chocarreras
y antitéticas de un día para otro, guiños oportunistas y colorines sin
coherencia ni sentido alguno en las pantallas, sólo soportados sobre el reguero
de la impudicia más extrema. También a esa radical labilidad, a ese fulgurante
travestismo de decir y hacer un día blanco y al siguiente negro, se adapta
mucho mejor la izquierda, adicta a las cínicas melopeas terminológicas
autolegitimadoras, que la derecha, torpona, sosa y lacónica hasta decir basta.
Así, igual que no tuvo la más
mínima vergüenza en de forma inaudita llamar él en directo al Rey de la Telebasura, allí buscando a
lo suyo salvación, tampoco la tiene ahora Pedro
en envolverse, dentro de una estampita
que apestaba a convencional candidato yanqui, a la más grande bandera española
que encontrar pudo. ¡Incluso la marmota de Artur
Mas debió, ante el tamaño de la bandera, quedarse pasmada!
Bandera para tapar la Vergüenza, sí, Pedro, sí. Vergüenza de
faltar a la palabra dada –"no pactaré con los populistas"- y vergüenza de, con
riesgo para la Nación y para todos, conchabarse con la izquierda radical que
detesta esa bandera y el encuentro constitucional que la misma representa, e
incluso con furibundos independentistas, a quienes Pedro ha aupado a escenarios tan decisivos como las alcaldías de
Madrid, Barcelona, Valencia, Zaragoza, Cádiz y La Coruña, a cambio de sus
propias canonjías. Imaginemos tan sólo, de haber sido el PP quien llegara a una entente similar con un partido de derecha
extrema, la Tormenta de rayos, truenos, centellas y culebras, más las
consiguientes apocalípticas llamadas al NO
PASARÁN que por tierra mar y aire hubiera desatado la hegemónica y
biempensante Inteligentsia aquí.
Tras refocilarse pero bien con los monaguillos de Maduro, que dice Felipe González, quiere ahora Pedro limpiarse la honra con una
bandera descomunal. Y no le da vergüenza, no.
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Me parece que Pedro Sánchez representa mejor al PSOE verdadero de lo que lo hizo Felipe González, que proclamó el fin del marxismo y la llegada de la socialdemocracia. Pero no era cierto.
ResponderEliminarGran parte de los votantes del PSOE son marxistas y guerracivilistas. De ahí que Pedro Sánchez haya podido firmar pactos vergonzantes para cualquier político sensato con sentido de Estado con grupos como Podemos, Compromís, Cup, etc.
O sea, no nos engañemos. El PSOE no es un partido socialdemócrata al uso como los de la UE. En realidad es un partido de colocación de jetas. Lo que importa allí es el poder al precio que sea.
Si no fuera que la mayoría de los que le votan son como él, de esos que son capaces de perder un ojo con tal de que a los de la derecha les saquen los dos, en las próximas elecciones obtendría un desastre. Lo malo será que pase eso pero por que se marchen todos con Podemos, que se lo tendría merecido, y entonces el monstruo creado por Rubalcaba y Zetapé para incordiar a la derecha en la calle se les habría ido de las manos y sería peor el remedio que la enfermedad. Aunque mirándolo bien entre el PSOE de Pedro Sánchez y Podemos ya hay muy poca diferencia. A mi su actitud no me ha sorprendido nada. Años ha que lo vengo diciendo en mi blog que esto iba a pasar. Ha sido con Sánchez pero hubiera sido igual con Madina u otro cualquiera.
ResponderEliminarResultó patético el show que montó el Largo Sánchez. Mega bandera, lenguaje patriotero, presentación de su señora (de rojo) en plan hetero-familiar, el abuelete cazapensionistas, cero banderas de España en la grada. Realmente patético.
ResponderEliminarPero la pregunta es ¿ calará en el noble pueblo esa impostada imagen de moderación ? A mi no me cabe la menor duda de que si.
misael
Verdaderamente "pàtetico" lo de P. Sanchez y el PSOE. Espero que lo pagen en la próximas elecciones
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