En La vida es bella la protagonista conoce y presencia el arresto por
los nazis de su marido y de su hijo, que son judíos, y también su forzada conducción
hacia los malditos campos de exterminio. Ella no es judía, contra ella no va
nada. Puede salvarse, pero… el instinto
de entrega, la pulsión de adhesión, el puro altruismo hacia los seres más
queridos… le mueven a darse, a sacrificarse, a compartir con ellos hasta el
extremo el atroz infortunio teniendo a mano salvar el propio pellejo. Es esposa
enamorada y madre, más que cualquier otra cosa.
La vemos dudar durante un
instante terrible… y plantarse ante los fieros guardianes nazis… y entregarse: quiero
que, sea lo que sea lo que a ellos les espere, también me espere a mí,
viene a decirles. Los esbirros nazis, sin inmutarse, apenas con un mohín de
incredulidad, la detienen y la arrastran con todos los judíos hacia la casi
segura muerte. Al llegar al campo son para más inri los tres separados. Eso elige la profesora, eso decide, así
actúa.
¿Es causal o es casual a lo que nos trae el que sea la prota de La vida es bella mujer y
madre? ¿Es acaso éticamente comparable la acción -de los personajes de El pianista y de La vida es bella hablamos- de uno y otro protagonista?
¿Te
gustaría leer y tener mi libro?
LAS HISTORIAS DE UN BOBO CON INFULAS
154 pgs de… Amor, humor, erotismo, aventuras e ilusiones.
Personalmente dedicadas. Puedes pedírmelas aquí, o en josemp1961@yahoo.es Es muy sencillo. En España: 10 E por correo ordinario, 15 E por correo certificado.
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