domingo, 6 de septiembre de 2015

Leer es un coñazo



(Mañana V aniversario del blog, su balance)




   Cada día más, en el contexto de las múltiples y sencillísimas formas de distracción que las sociedades del espectáculo -Sociedades de la Telebasura a menudo- ofrecen a su homo gañanis prototípico, caracterizado por la respuesta inmediata a los groseros estímulos que en abierto torrente inacabable se le ofrecen, reconozcámoslo, la práctica de leer va resultando un auténtico coñazo.  Es sabido ya que en las redes sociales, leer, lo que se dice leer, no se lee nada: se escanea con la mirada en un parpadeo… y a otra cosa, mariposa.
    
   Matar marcianos o lo que sea, alinear peras con manzanas a lo Celia Villalobos presidiendo el Congreso, fisgotear obscenidades de figurantes de reallity, en fin, picotear aquí y allá los mil y un jueguecitos que las pantallas a todas horas proponen, actividades difusamente placenteras todas, que apenas nada exigen de su consumidor, hacen de la lectura por comparación una actividad insoportablemente aburrida. ¿Has visto en los últimos veinte años a alguna Celebritie, espejo en el que se miran y remiran las muchedumbres replicantes, con un libro-libro bajo el brazo?
     
   Y es que todos los elementos intelectuales que la lectura implica y demanda resultan contraindicados a las diversiones reinantes: las palabras escritas, los cientos de páginas atiborradas de palabras solo, son ya en sí una abstracción, que necesitan por tanto una interpretación, es decir, una mediación, una distancia, y leer exige una ardua cadena de actividades cerebrales en desplegado proceso y sistemático ejercicio, uff: concentración mantenida, intimidad, silencio, paciencia, imaginación… y, a poco que en la lectura se avance, criterio, reflexión, sentido y sensibilidad, en fin, cierta elevación espiritual para ser capaz de degustar y enaltecerse intelectivamente, y crecer así por dentro con lo que no dejan de ser frutos del espíritu, los libros, sobre todo los mejores, claro. La lectura, lo que la misma supone y necesita, está, pues, sentenciada.

     
   Por eso los escasos libros triunfantes se contaminan de los “valores” audiovisuales y basurientos propios de la época, ofrecidos más como fetiche de una Celebritie que asegura a su consumidor una suerte de salvoconducto para estar en la ola y sentirse muy moderno o muy frikie. Por eso más que nunca los autores pelanas lo llevan crudo. Que os den, parecen decir las masas gañanas, encantadísimas de conocerse con sus bajunos hedonismos y su en el fondo perpetuo sopor, a pesar de tanto supuesto divertimento. Y por eso mismo, cada día más, leer, lo que se dice leer, es un coñazo.   




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2 comentarios:


  1. Muy buen resume del espiritu que hoy en dia...Oh! he dicho "espiritu"...No, del no interes por la lectura...Y eso se ve cuando escuchas hablar a los jovenes que han
    estado frecuentando las escuelas o facultades donde el saber, el gusto por la lectura, la buena, con la reflexion y con la buena literatura, de nos escritores. Ninguna curiosidad por descubrir una novela, un escritor...No, lo mas facil, es lo que estupendamente describe J A del Pozo que es un escrito-poeta à descubrir y a leer.
    Como siepre muy acertadas sus "finas" criticas es un lujo leerle.

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  2. V Aniversario! mañana...Me huelo que nos vas a dar una sorpresa...

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