(Mañana V aniversario del blog, su balance)
Cada día más, en el contexto de las múltiples y sencillísimas formas de
distracción que las sociedades del espectáculo -Sociedades de la Telebasura a menudo- ofrecen a su homo gañanis prototípico, caracterizado
por la respuesta inmediata a los groseros estímulos que en abierto torrente
inacabable se le ofrecen, reconozcámoslo, la práctica de leer va resultando un auténtico coñazo. Es sabido ya que en las redes sociales, leer,
lo que se dice leer, no se lee nada:
se escanea con la mirada en un parpadeo… y a otra cosa, mariposa.
Matar marcianos o lo que sea,
alinear peras con manzanas a lo Celia
Villalobos presidiendo el Congreso, fisgotear obscenidades de figurantes de
reallity, en fin, picotear aquí y
allá los mil y un jueguecitos que las pantallas a todas horas proponen,
actividades difusamente placenteras todas, que apenas nada exigen de su
consumidor, hacen de la lectura por
comparación una actividad
insoportablemente aburrida. ¿Has visto en los últimos veinte años a alguna Celebritie, espejo en el que se miran y
remiran las muchedumbres replicantes, con un libro-libro bajo el brazo?
Y es que todos los elementos intelectuales que la lectura implica y demanda resultan contraindicados a las
diversiones reinantes: las palabras escritas, los cientos de páginas
atiborradas de palabras solo, son ya en sí una abstracción, que necesitan por
tanto una interpretación, es decir, una mediación, una distancia, y leer exige una ardua cadena de
actividades cerebrales en desplegado proceso y sistemático ejercicio, uff: concentración mantenida, intimidad,
silencio, paciencia, imaginación… y, a poco que en la lectura se avance,
criterio, reflexión, sentido y sensibilidad, en fin, cierta elevación
espiritual para ser capaz de degustar y enaltecerse intelectivamente, y
crecer así por dentro con lo que no dejan de ser frutos del espíritu, los
libros, sobre todo los mejores, claro. La lectura, lo que la misma supone y
necesita, está, pues, sentenciada.
Por eso los escasos libros triunfantes
se contaminan de los “valores” audiovisuales
y basurientos propios de la época, ofrecidos más como fetiche de una Celebritie que
asegura a su consumidor una suerte de
salvoconducto para estar en la ola y
sentirse muy moderno o muy frikie. Por eso más que nunca los autores pelanas lo llevan crudo. Que os den, parecen decir las
masas gañanas, encantadísimas de
conocerse con sus bajunos hedonismos y su en el fondo perpetuo sopor, a pesar
de tanto supuesto divertimento. Y por
eso mismo, cada día más, leer, lo
que se dice leer, es un coñazo.
¿Te gustaría leer y tener mi libro?
LAS HISTORIAS DE UN BOBO CON INFULAS
154 pgs de… Amor, humor, erotismo, aventuras e ilusiones.
Personalmente dedicadas. Puedes pedírmelas aquí, o en josemp1961@yahoo.es Es muy sencillo. En España: 10 E por correo ordinario, 15 E por correo certificado.
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ResponderEliminarMuy buen resume del espiritu que hoy en dia...Oh! he dicho "espiritu"...No, del no interes por la lectura...Y eso se ve cuando escuchas hablar a los jovenes que han
estado frecuentando las escuelas o facultades donde el saber, el gusto por la lectura, la buena, con la reflexion y con la buena literatura, de nos escritores. Ninguna curiosidad por descubrir una novela, un escritor...No, lo mas facil, es lo que estupendamente describe J A del Pozo que es un escrito-poeta à descubrir y a leer.
Como siepre muy acertadas sus "finas" criticas es un lujo leerle.
V Aniversario! mañana...Me huelo que nos vas a dar una sorpresa...
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