Mientras Margallo corneaba y Montoro galleaba, Ana Pastor en silencio trabajaba y trabajaba, mientras Soraya con Motos bailoteaba, Ana Pastor
con discreción resolvía, mientras Cospedal
en La Mancha y en el Partido demasiado apretaba, Ana Pastor con sobriedad su parcela sí abarcaba, mientras Jorge Fernández con Rato ratoneaba, Ana Pastor con eficacia en lo suyo se desempeñaba, mientras su
antecesor José Blanco dormía y con
su primo gasolineaba, con limpieza y
criterio Ana Pastor oficiaba,
mientras Aznar con retorcido
colmillo censuraba, con profunda lealtad Ana
Pastor ejercía, mientras Gallardón de
lo lindo faraoneaba, sin dos de pecho
ni plumas Ana Pastor gestionaba… En
fin que, entre tanto Ego Inflamado, -y abrasado- en la hoguera de las vanidades que a menudo la Política es, de entre
todos los ministros de largo nos quedamos con la ya dilatada y
ejemplar ejecutoria pública de Ana
Pastor, con su laboriosidad, con su humildad y buen hacer, con su
discreción, con su eficiencia y con su austeridad, con su actitud y con su
aptitud, notables, en las responsabilidades que le fueron encomendadas, libre y
limpia de toda sospecha de corrupción, y
todas estas capitales cualidades suyas son en realidad su mejor secreto,
pues de reservada y prudente que ella es, apenas nadie las conoce, vacío éste
que en Política resulta letal, y que
éste anónimo bloguero quería hoy, aunque fuera con su mínimo eco, en algo
enmendar.
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