viernes, 23 de octubre de 2015

Évole, Iglesias, Rivera y el Spot del Cafelito

    



  Ambientación de docudrama comprometido, un barrio castigado por los recortes a modo de metamensaje,  una musiquita tenebrista que tiñe las imágenes de resonancias lúgubres. Dentro del coche, majetes, próximos, informales, entrañables, vienen los dos Líderes Emergentes intercambiando intimidades, tan amigables. La sorprendente y espontánea confesión de Pablo entonces, en la que nadie parece reparar y que contradice el leitmotiv básico de los emergentes (la Casta): Cómo estás… Cansado… a mí me alucina cómo hay gente mayor que se dedica a esto, y cómo aguanta… esto acaba con cualquiera.
     Sorprendentemente, como si fuera el Tercero el verdaderamente Importante, son ellos dos quienes van al encuentro de su Promotor, el Follonero, envuelto en su icónica indumentaria típica, tan plagada de connotaciones populares: la trenka con capucha y una chapa rebelde en la solapa. Resulta algo estrambótico, pues la Pareja emergente va en camisas. Muy abrigado te veo, murmura Pablo, sorprendido. Exigencias del guión, hombre, que no te enteras. Cuatro pasos por el barrio consiguen la transubstanciación: parecen ya en imágenes, de puro sencillos los tres, emanaciones propias de la popular barriada, carne misma de Pueblo. Albert se estira a veces, incómodo, se le ve menos acostumbrado a estos numeritos.
      El Follonero que, una vez editado todo, no da puntada sin hilo, cierra el círculo introductorio: aquí en las municipales ganó Podemos con Ada Colau, y en las autonómicas ganó Ciudadanos, y de forma clara ambos. Es decir, el Pueblo y sus Líderes, ¿se pilla la indirecta? Les hace pararse ante un kiosko y pilla el Follonero EL PAÍS, por supuesto, con una noticia en primera favorable a Ciudadanos contra el PP. Todo perfecto, pues. Todo dispuesto para arribar ya al más lógico escenario para lo que viene: el prototípico bareto de barrio, que inunda aún más al Trío de cálidas resonancias populares, qué guays. Parece el bar del Gordo de la Lotería del año pasado, sí, y algo de eso tiene, pues qué duda cabe que los tres son bien agraciados personajes. Y es que es eso: estamos ante un spot.
        Saludos y conversa con la señora del bar, quejosa al inicio, encantada después, ideal. Tres cafelitos. (Imposible no acordarse de los cafelitos de Juan Guerra, de los cafés a ochenta céntimos de Zp, del relaxing cup de Botella, otros tantos spots como éste.) Una mesa y dos sillas, ese es todo el desnudo escenario. Aquí no hay nada negociado, apunta sacando pecho el Follonero. Uno a cada lado y el Boss en el medio, como debe ser. Dos sillas vacías al final, ¿lo pillas?, las de los de la Casta, ausentes del debate, ausentes del Barrio, ausentes del Pueblo. Para lanzar ya el Cara a cara incide Évole … ¡en los debates televisivos de Felipe y Aznar del año la polka!, olvidando el de Rubalcaba y Rajoy de las pasadas elecciones, pues quiere el Follonero contrastar lo rígido y enconado de aquellos frente a lo libre y auténtico que va a ser el que ha pergeñado él.
     Sólo que el Debate que vamos a presenciar es más bien una estafa, un combate amañado, diríamos. Felipe y Aznar se tiraban a matar, y negociaban hasta las toses, porque de verdad se lo jugaban ahí todo uno contra otro, mientras que esto de Iglesias y Rivera es una pachanga, es la calculada escenificación publicitaria de unas cuantas diferencias sin hacerse pupa y que a los dos legitime y beneficie ante sus respectivas clientelas. Por eso pasan de puntillas sobre todo, por eso tantas sonrisitas y buen rollo, por eso Iglesias –que no te enteras- exclama divertido ¡a este paso nos vamos a presentar juntos!, por eso coinciden ambos en enarbolar el mismo modelo… ¡Dinamarca!, que algo sí que olía entonces a podrido en la pantomima, que muy a conciencia parecía ya pensado el Cara a cara.
        Incluso el más Importante sin duda de los Tres, el Follonero, halló en la ocasión resquicio para, embromado como suele él, mostrarse benevolente con las tesis separatistas que pretenden legalmente –ya les zumba el bolo- romper España pero, ah,  conservar la nacionalidad española, y evitar así su salida de la UE. Sí, yo creo que el verdadero ganador del Cara a Cara de la Sexta, fue el Follonero, de la selecta Casta de los Progres Millonarios, la sal de la vida, oui.
     

      


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