Con motivo del Día de España, con premeditación y
chabacanería, con el reguero marroncete de sus malolientes defecaciones, quiso Willy a las claras marcar territorio y robarle protagonismo a su
ahora más o menos oponente Coleta Morada.
Se ciscó Willy tan a gustito en lo más sagrado de lo habido y por haber. Incluso,
qué machote, para más epatar, sobre la misma Virgen del Pilar defecó el comunistón.
No, no es ningún zote, Willy,
muy poco tiene de lerdo, Toledo. No
es que no sepa en otros términos producirse. Sin ir más lejos, hace dos meses
se desató en prensa el mozo con un tocho de siete páginas contra P Ig, en el que demostraba moverse y
manejar con soltura de avezado aparatchick
las más rancias escolásticas paleomarxistas. Cuando quiere, fabla muy fino Willy, sí. Como ahora, que se sepa, películas no hace, no es
descabellado pensar que Willy trabaja
en Política, a sueldo de alguna instancia colectiva, o de varias. Busca –él, y quien le patrocine- a toda costa, pues, influir,
orientar en su favor la Opinión Pública.
Y por eso, por estricto cálculo mercantil, elige la más excrementicia y
pestilente de las jergas, la de la pura mierda,
porque sabe que es esa hoy, bajo el Reinado
de la Mugre en que vivimos, la forma mejor de llegar a las masas gañanizadas. Lo venimos –sin que muchos
lo agradezcan, es verdad- probando en este blog: la fusión de la Telebasura, sus bajunos registros, con la
instantaneidad y el anonimato que las redes
sociales procuran ha generado una formidable regresión cultural, en la
que al intelectual clásico, antes reverenciado, nadie hace ahora caso, y en la
que la Celebritie Gañanis de turno de calle se lleva a las masas,
sobre las que Reina, más que en loor, en hedor de multitudes ciertamente. Voy a
obrar, con excelsa finura llamaban
antes los mismos labriegos a las muy plastas cagadas toledanas.
De manera que Willy Toledo calibra
y aspira a la perfección el más propicio y pestilente aroma de estos tiempos y
a tal fin orienta su praxis. Igualito
en eso al Tío de la Volkswagen que
aquí reseñábamos hace muy poco (“La hemos
cagado de pleno”). En los años de la
Transición estas groserísimas apelaciones a la escatología le hubieran supuesto
el general desprecio, y el fin a su carrera y a su protagonismo social. ¿No
atesora acaso hoy cuando le da la gana Willy
Toledo sillón principal en las principales tertulias televisivas? ¿Le han
de faltar ofertas de trabajo cuando la crisis remonte? ¡Su mundo le apoya! ¿Alguien duda de que una colección de sus vacunas
deyecciones en forma de libro por
todo lo alto triunfaría hoy en la Feria del Libro? Luego, es que Toledo, como de Wyoming Gallardón dixit, es moooooi
listo, sí.
A Armando, un cuarentón de
clase media, un buen día su mujer le señala la puerta de salida de casa. Ella
ha encontrado a otro más alto, más fuerte y más guapo que él. “Aprende a
quererte y los demás te querrán”, le sentencia. Descubre entonces Armando, de golpe, su minusvalía
emocional: un paria en la tierra de los afectos. Ha de salir y abrirse al
mundo. A un mundo que, por temperamento, le es ancho y ajeno. Cómo superar su
desconcierto, cómo sobrellevar esa zozobra, cómo suturar la herida… Cómo
aprender a re-armarse como persona. En las asombrosas peripecias humorísticas,
librescas y sentimentales que le suceden, en ese cúmulo de emocionantes
encuentros y desencuentros… ¿hallará siquiera a medias Armando su lugar al sol?
Este individuo. es subnormal.
ResponderEliminarWillypolleces.
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