Hasta enterrarlos en el mar, brama P Ig

   

   FELICES FIESTAS, AMIGAS/OS: ¿UN BUEN REGALO DE REYES?

LAS HISTORIAS DE UN BOBO CON INFULAS
154 pgs de humor, sensualidad, aventuras e ilusiones.
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   Un día le bastó a P Ig para desembarazarse de sus disfraces “happyflowers” de la campaña electoral, esos paz y amor por doquier con golpecitos de lennoniano colegui al cuore, para retomar el ceño fruncido y el puño cerrado y amenazador en alto que le son tan caros como naturales. A galopar, a galopar, hasta enterrarlos en el mar, gritaban en el Reina Sofía con él aquella tropa de acerbos leninistas tabarderos, al retortero entre esa plana mayor los finos comisarios y los brutos camaradas.   

     Allí compareció y arengó el Maestro Monedero, desmintiendo así su hipócrita distanciamiento de Podemos. Allí, también Tania Sánchez, la muy Falaz, ¿remember?, read my lips, nunca estaré en Podemos, repito, nunca estaré en Podemos, esparciendo sus lisuras. Allí los medianos y más chicos, sí. ¿Y para qué todos allí en la misma noche electoral, es decir, en la precisa ceremonia de la convivencia en democracia? Para cantotear furiosos y como posesos el A galopar de Alberti, galopa jinete del Pueblo que la Tierra es tuya, a galopar, a galopar hasta enterrarlos en el mar, esa letra de combate y odio dirigida a los milicianos en la Guerra Civil, esa incitación guerracivilista a la violencia que el antifranquismo retomara… ¿Esa es la nueva política?  ¿Eso en pleno 2015? ¿Así se digiere la derrota electoral? Eso, esa extrema virulencia es lo que de P Ig podemos… esperar, quedó bien claro.

   Hasta enterrarlos en el mar, sí, os enterraremos, que graznaba también el Camarada Kruschev dirigiéndose a Occidente en los 60. Y es que en eso de enterrar al adversario el comunismo y los comunistas son peritos sumos.