viernes, 11 de diciembre de 2015

Pedro Sánchez, El sexto sentido, Vértigo




EN ESTAS NAVIDADES UN BUEN REGALO, 10 Euros, PARA TI O PARA TUS AMIGOS, PUEDE SER...   
LAS HISTORIAS DE UN BOBO CON ÍNFULAS
   Porque a mi parecer un libro íntimo, no tanto porque nos revele interioridades escabrosas, sino porque sobre todo consiga con desnudez hablarnos como al oído de los paisajes esenciales del alma de quien lo escribió, es también uno de los más acabados símbolos por los que alguien ofrece al Otro –a quien físicamente no tiene delante, al que de otra forma difícilmente podría hacerlo- la propia mano. Esto soy. En estas historias –no en forma de un discurso, sino con destreza encarnadas en personajes vivos a los que les ocurren cosas, a quienes sorprenden los avatares amargos o alegres de la vida- late la urdimbre sentimental que hasta aquí me trajo.  Quiero ponerlas en común contigo. Quiero revivirlas a tu lado. Puede que te reconozcas también en ellas. Aquí tienes mi mano.

   Por correo ordinario, 10 Euros; por correo certificado, 15 Euros. Personalmente dedicado, si quieres. Pídelas en    josemp1961@yahoo.es

      

    El grito de Munch, los gritos de Schnz, de Pedro Sánchez en los mítines ahora, tras el eficacísimo maniqueo final del no-olvides-sonríe y el puño con atadijos golpeándose el cuore de Coleta Morada en el Debate.  La voz desgañitada, las angulosas facciones desorbitadas, el rostro como bañado en angustia, el pánico ante el vacío abriéndose a sus pies…  Pedro Sánchez desencajado, descabalada su apostura a lo Chayanne, atacaíto, como James Stewart en Vértigo, -esa psicosis cercana a la histeria que a todos los prohombres del PSOE ataca, ya aquí hace tiempo lo expusimos-
un poco también Sánchez como el niño de El sexto sentido, pues como él en ocasiones ve… el fantasma de Pablo Iglesias, ese fantasma, sí.
(Y es que resulta toda una abracadabrante jugarreta del Destino Manifiesto Socialista el que la Figura que hace temblar sus cimientos, el que puede ser el Enterrador del histórico partido español, por nombre y apellido lleve precisamente los mismos del que fuera el Fundador)




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