Conste en acta compacta que, si olvidara Olvido mercadear en los media
del cuore con su tema, le importaría a uno un pepino… o un higo, que no sé bien qué
más adecuado con el asunto iría. El caso es que la ex –concejala socialista de Los Yébenes, a la que un
vídeo furtivo y lascivo lanzara al firmamento elitista del Candelabro, no deja de asombrar al mundo con las buenas nuevas de
su renacida
sentimentalidad, un genuino Camino de perfección en medio de la Mugre reinante que hubiera ella con
toda su alma decidido emprender.
Si en este enero, tras firmar antes también un libro verbenero, la hallábamos
(ver post 20-1-2016), aunque durmiendo en camas diferentes, cabalmente enamorada de su marido (amo a mi marido, aunque no quiero sexo con
él, no siento atracción por él, soy feliz así, nos queremos… hay ratos que me
necesita de otra manera, como pareja, y a lo mejor se mosquea un pelín, lo
único que no tenemos es sexo), en este mayo florido, milagro de la
primavera trompetera ha de ser, nos declara Hormigos un avance bien trascendental y emocionante. Veamos: aunque
no han vuelto como pareja y siguen sin tener sexo, “ya duermen juntos… pero con la
niña de dos añitos en medio. De verdad que no tenemos relaciones, aunque con el
tiempo imagino que sí. Además, yo no tengo ganas ni de conocer a nadie”.
¿Es o no es su Señor Marido todo un Santo Varón? ¡Y esa pobre criaturita ahí en
medio, lo mal que la pobre ha de descansar! ¿Somos capaces de en toda su
crudeza imaginar el cuadro que del tálamo Hormigos
nos pinta, ese emblema puro de la alta renuncia y el más soberano
autocontrol? ¡Ya ni le apetece a Olvido conocer -¿al sentido bíblico del término
acaso ella alude?- a nadie! Y eso, que con el tiempo y con este bizcocho de
puro amor conyugal, aventura ella que sí, que retomarán la doméstica coyunda.
¿Es o no es este dulce hormiguero un milagro de la primavera, Poeta?
Y la guinda relinda que Olvido le
pone a la cosa: ahora casi siempre “sale
con su marido”, y hasta “le da
vergüenza hablar de esa época”, que ahora cataloga ella como “irresponsable”. No se nos diga más, Olvido Hormigos, con el rubor de ese
pudor subido a sus pómulos rómulos está Usted bellísima… y salvada. Oiga, ya
tiene, si quiere, quien le escriba el hormiguero rastro de su camino de perfección: el menda lerenda,
con sus ínfulas buenas, de veras.
Aquí arriba, si lo pinchas, el vídeo con Alfredo Urdaci valorando en su Telediario mi libro:
“Son las historias de Armando, un cuarentón al que le ponen la maleta en la puerta de casa y tiene que recorrer de nuevo el camino de lo sentimental. Descubre que es un minusválido del sentimiento, un hombre al que todo le sale mal, un paria del afecto, un hombre patético al que todo le sale al revés. En lo que le pasa hay también una gran carga de ironía y de crítica hacia el mercado de los sentimientos, hasta el punto que uno acaba sintiendo una piedad desternillante por este antihéroe que tiene en estos relatos una voz auténtica. SE VAN A REÍR HASTA LLORAR CON ESTE LIBRO, llorar de piedad por este hombre perdido, este bobo con ínfulas”. "Disfruté mucho con las Historias. Sigue escribiendo", me dijo Urdaci también.
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De cara guapa nunca ha sido . Para guapas Emily deschanel . Buen blog .
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