Como en involuntaria coda a lo que ayer aquí escribíamos, leíamos en El
Mundo (21-7-2016) la lógica derivada
de eso mismo en esta época tan aciaga para la cultura que vivimos: una legión
de Celebrities enloquecen ya mismo
dándole al tema del Pokemon GO. ¿Enloquecen? Un respeto para los locos, oiga,
diríamos, que si son algo las Celebrities, a más de iletradas, es el ser muy
cucas. Más que las Celebrities Bobas,
en tanto que incultas, serían eso, las Celebrities Cucas. Y como las mismas
cucas se arrastran todas ellas ante
la estupidez más a la moda, a ver si de refilón algo de popularidad, es decir,
de caché, es decir, de parné, les cae.
Obsérvese bien, cómo son ahora
las mismas Celebrities las que, muy
calculadamente, pierden el trasero por apuntarse a lo que primero fue un
clamorosa iniciativa de las masas. Invirtiendo la lógica elemental, ¡son ahora
los referentes sociales quienes burdamente imitan a las masas caprichosas y
juguetonas!, como corresponde a una genuina regresión cultural.
Y es que, al cabo, una misma sustancia esencial pos-socrática compone a Pokemon GO y a Celebrities, un mismo fluido básico les relaciona: la estúpida
banalidad… y la caza de la cosa, la captura del éxito como sea. La Lista de Celebrities yanquis que aportaba ayer El Mundo era
apabullante. Un fantasma recorre el mundo, sí, el Pokemon GO, y varios Fantasmones
se apuntan hoy con un selfie a la
movida, y todos tan contentos. ¿Leer? Un coñazo, decíamos ayer.
ALFREDO
URDACI RECOMIENDA "MIS VEINTE RELATOS DE AMOR Y UNA POESÍA
INESPERADA" (ver vídeo abajo)
“…
el segundo (libro) que les RECOMIENDO, es de un autor, José Antonio del Pozo,
que uno descubrió a través de Internet y del que nos llega su segunda obra, Veinte
relatos de amor y una poesía inesperada. Son relatos que tienen
algo de disparatado, pero es que en la literatura de este autor todo es
posible, todo se mezcla, desde el Big Bang a la Nocilla, pasando por una
aparición de Nicole Kidman en Alcorcón, todo escrito con ironía, con humor y
con mucho amor.
Y, como entonces, ahora a Urdaci yo
aquí le digo y le escribo: Muchas gracias. Y yaque, señor Urdaci,
le escribo: y claro, cómo no habrían de ser algo disparatados unos
verdaderos relatos de amor, ¡no serían tales si no fueran cuales!, ¿no tiene
acaso el Amor mucho de divino disparate, de embriagador y
desaforado dislate que trastorna y complica (y disparata, eso es) la vida de
las personas, que nos hace mejores de lo que somos, y que visto y recreado todo
eso con ironía, es decir, con distancia, resulta bien aleccionador? Thank you
very much, Urdaci.
Personalmente
dedicados. Pídemelos aquí o escríbeme a josemp1961@yahoo.es Es muy sencillo. 12 E por correo
ordinario a la dirección de España que desees; 15 E por correo certificado.
Sílbame aquí y te informo sin compromiso.
Hace años que no me preocupa el hecho de que la gente no lea...libros. Al principio, me enervaba de tal manera que sólo conseguí una amargura profunda y una pérdida absoluta de ilusión en mi trabajo. La amargura sigue ahí aunque con las aristas pulidas; ya no me duele. La ilusión...bueno, ya no sé qué sea eso.
ResponderEliminarDedicas el post a este tristísimo tema, da igual que sea la tontería nipona del absurdo Pokemon, podría ser cualquier otra cosa relacionada con esa enorme involución a la que la nueva “ élite cognitiva " ( a.k.a. I.T. Crowd) nos somete día sí, día también. Es inútil lamentarse, vivimos en un mundo dominado por la tecnología , una tecnología que no nos ayuda tanto como dicen. Es un engaño de dimensiones apocalípticas. Ni siquiera Hobbes habría imaginado un Leviathan tan perfecto. ¡Qué ironía!
Quedamos un reducto de “ bichos raros" que llevamos nuestra libertad de pensamiento muy escondida pero no por eso menos libertad. La cantamos en los mejores lugares, de viva voz y con el teclado de un ordenador y proclamamos en los momentos oportunos la gran suerte que tenemos de ser la otra élite: los que descubrimos el mundo con un libro en las manos, libros que nosotros elegimos leer desde muy jóvenes porque tuvimos la suerte de vivir en un mundo “ atrasado" en el que la información estaba en las Enciclopedias de papel, en las bibliotecas, en las personas.
Toda esta gente tiene la mala suerte de no poder acceder a ese mundo. Siento por ellos una mezcla de compasión y desprecio, para mí no hay diferencias entre unos y otros . Creo que son absolutamente incapaces de sentir y vivir la lectura con el escalofrío físico y espiritual que se siente cuando un libro entra en ti y se queda para siempre.
Te dejo uno de esos momentos de lectura de los muchos que he disfrutado. Ese momento en el que el libro entra para no marcharse jamás.
Saludos y aguanta en la barricada.
“ Forzoso fue seguirle, agarrándome como podía. El viento me aturdía. Sentía oscilar el campanario bajo las ráfagas. Me huían las piernas, y debí trepar, a gatas primero y luego de bruces, con los ojos cerrados, mareado por el vértigo.
Al fin mi tío, asiéndome del cuello de la camisa, tiró de mí, y así llegué cerca de la bola que corona el campanario.
–Mira –me dijo–, y mira bien. ¡Hay que tomar lecciones de abismo!"
Viaje al centro de la Tierra. Julio Verne (Cap. 8).
Magnífica aportación, gracias, Anónimo
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