La Universidad de Granada patrocina un taller público y docente así
titulado, "ODIO SAN VALENTÍN". Las promotoras tratarán de romper los mitos
asociados al amor romántico y a la
pasión amorosa idealizada, pues “llevan a muchas personas a mantener conductas
de dependencia que les producen dependencia, frustración e inseguridad
emocional”. Para abordar este peliagudo intríngulis, hay que proceder, a mi
juicio, por partes y con muy delicado bisturí, y separar unas y otras cosas.
Sorprende, desde luego, en una institución universitaria el descarnado y
sensacionalista título del Taller, muy medidamente calculado para atraer la
atención general, y revelar de paso que es precisamente el puro ODIO la
pulsión dominante hoy sobre el escenario social, la que más protagonismo
mediático asegura a quién la blande. ¿No sería más propio y juicioso y erudito
que una universidad invitase a PENSAR,
a DEBATIR San Valentín? Vemos, una
vez más, cómo los registros propios de la Telebasura son los hegemónicos hoy y colonizan con su mugre congénita los
muros y aulas de las venerables instancias del Saber. ¿Qué medios hablarían hoy
de un taller titulado REIVINDICACIÓN DEL
AMOR ROMÁNTICO?
Por supuesto que es muy
discutible la hortera iconografía de que a menudo se ha rodeado el día de San
Valentín, como reclamo de postalitas cursis y galanterías postizas para negocio
de los Grandes Almacenes. Por supuesto que la idealización extrema del Amor
–como de todos los sentimientos intensos- puede llevar a conductas patológicas y
de dependencia. Pero precisamente, creo, si lo que se quiere es encarar los
cada vez más frecuentes casos de letal dependencia física y emocional habrá que
desentrañar el prestigio de la Telebasura y los bajunos registros de lo porno
–tan invasiva y omnipresente la pornografía hoy- en los que bebe. En ese
contexto real, ese ODIO sarraceno al patético y diminuto San Valentín sólo parece lanzadas a moro muerto.
¿El amor romántico, ese
mágico elixir que nos hace olvidar la vida gris, la expresión arrobada del
cariño y la ternura, el puro, limpio e intenso afecto e inclinación hacia la
persona amada, ese ideal que blandieron ya griegos y romanos clásicos, los trovadores,
Dante y Petrarca, Stendhal y Cervantes, Shakespeare y Quevedo, Bécquer y
Espronceda, Neruda y García Márquez llevan a patológicas conductas de
dependencia y frustración? ¿No llevan más a ello los realities y la
pornografía, sea esta en su variante light o dura? Hoy a Pedro Salinas, por decirte alguien, no lo lee ni el Tato, pero las
horribles y muy MORBOSAS dependencias corporales de las Sombras de Grey y
similares hasta el apuntador las conoce. Vaya Universidad.
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Hola escritor.
ResponderEliminarNo puedo menos que darte la razón en todo lo que dices. Quizá tienes la universidad un tanto idealizada...es lo que hay y no te debe sorprender si te fijas en cómo ese virus contagioso que llaman sistema educativo se ha ido extendiendo sin freno, las epidemias de peste negra no fueron nada comparadas con la pandemia que sufrimos. No mueren los cuerpos sino los espíritus.
Y yo, por llevar la contraria a los despropósitos del progrerío universitario, quiero celebrar la fecha con dos recomendaciones para ti, que sigues ahí, resistiendo como espada de acero, plantando cara a toda esta mugre insoportable.
Primero, este documental del que seguro te quedarás absolutamente prendado y prendido: Harold y Lillian: una historia de amor en Hollywood, Daniel Raim, 2017
Segundo, una música perfecta: Prokofjew: Romeo und Julia (3 Sätze aus: 2. Suite) hr-Sinfonieorchester ∙ Stanisław Skrowaczewski
Y dos cositas: me ha encantado tu conversación con Cristina y no soy el apuntador
Disfruta de la vida.
E
Hola, E: Gracias. No, no tengo la Univ idealizada, entiendo lo que me dices, estoy muy de acuerdo. Gracias por las recomendaciones, sólo ya escritas, resultan apetitosas. Apuntadas quedan. Jejejé, celebro te haya gustado. Gracias, E, a mi manera lo hago.
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