Si hay que borrar tuits se borran, pero borrarlos "pa ná"...

 

   

   … es ser del género podemita. Al hilo de la pretensión pablista de reclamarle, en Cobrador del Frap,  a Pedro S la estratégica Dirección de la RTVE hemos asistido a un ridículo, tan monumental, que cualquier otro afectado en su caso, de tan corrido y manteado, hubiera abandonado para siempre la Política. Resúltase que los dos nominados por P Ig al efecto, se dedicaron, en los días previos a su entronización, a como locos borrar tuits por miles, de parecida manera a como se esfuerzan los delincuentes habituales en eliminar las huellas y las pruebas de sus mangancias. Al menos Maxim H tuvo la decencia torera de mantenerlos. ¡Miles de tuits automutilados, autocensurados, autoaniquilados! ¿Y por qué? ¿De qué antecedentes, de qué prolífica obra propia con tanta furia se avergonzaban hasta, no ya negarla, sino ocultándola y destrozándola, hacerla desaparecer? ¡Ellos, que hablan y no paran de la Dignidad! ¿Es eso ser dignos? Para mayor adefesio aún, resultó luego que los borradores de tuits, en el cambalache del trato entre los Jefes, fueron rechazados, por lo que quedaron estos, encima, usados, abusados, mutilados… e ignorados. Qué papelón. Para largarse a Venezuela a ayudar al Pueblo a soportar la hambruna, vamos. ¡Uno de ellos, una, mejor dicho, en tuits nuevos quiso reflejar su asco por todo… y sólo reflejó más aún su patético avatar! En fin, resulta ahora, my friend, prueba nueva de la regresión cultural –fruto de la fusión de los cánones dominantes de la Telebasura con los efectos perversos de las redes sociales- que vivimos, que si no borras tuits, es que eres nada.   

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