Lo de Trump en rueda de prensa ayer,
sugiriendo inyectar de forma directa desinfectante a los enfermos, abucharando
y abochornando encima allí mismo con esa gruesa parida a la experta de su
gobierno –que se le vio tragar saliva a la pobre-, por más que en agua de
borrajas quedara, fue una muy repulsiva escena, propia de un botarate e indigna
de un Presidente de los USA. Trump (no es ni mucho menos el único gobernante
fulero, ni el más peligroso, pero resulta atroz verlo desempeñando esa
Magistratura), lo hemos escrito aquí ya en otras ocasiones, nos parece la
cristalización suma del homo gañanis, el prototipo
específico y morrudo de esta malhadada época, el producto de la fusión de la
Telebasura –discurso dominante hasta el punto de conformar Sociedades de la
Telebasura y de las Celebrities- con la remoción de las más rastreras pasiones
que el anonimato y el vértigo tribal –populismo- de las redes asociales procuran.
Ojalá hubiera quedado Trump a cal y
canto confinado en uno de esos infectos
reallities que tanta fama le dieron.
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