Los Jefazos comunistas –soviéticos y maoístas- siempre se llevaron bien con “sus” millonarios, con quienes se forraban al servicio de sus designios, con quienes les agenciaban y conseguían para esa nomenklatura las posesiones y virguerías materiales del lujo consumista y de la élite occidental, siempre que permaneciesen ocultos. Los Jefazos Neocomunistas, que han comprendido que sin cierta dosis de economía de mercado mafiosa (cualquier parecido a las sociedades abiertas, pura coincidencia), y que sin abandonar las desacreditadas terminologías y formulaciones típicamente comunistas, no pueden mantenerse en el machito del Poder Dictatorial y Totalitario, no se cortan en exhibir a los oligarcas propios, a quienes a ellos mismos les hacen más y más ricos.
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