miércoles, 20 de octubre de 2010

Angelitos del Planeta

    
     Es el Cardenal Rubalcaba el hombre del día. Tiempo tendremos de cumplimentar como se  merece al Faisán triunfador, de cantarle, como cumple, a los reflejos irisados de su plumaje reluciente. Dejémosle a solas por el momento, amancebado de gozo con su propio vuelo hacia la cumbre, para él todo el Poder y la Gloria enteritos, como el Golum del Señor de los Anillos zetapeicos, su tesooooro, que vaya tesoro.  
    
     Permíteme, antes, lector mío, dejarte unas palabras en mi blog, que es también un poco el tuyo, sobre una muy singular especie de literarios fracasati, por quienes uno, aunque sólo fuera por estrictas razones de cosanguinidad, no puede evitar sentir una  apabullante debilidad. Este año no lo he visto, pero en la edición anterior del Planeta repicaban las agencias el estricto dato de que habíanse presentado al certamen, además del ganador, otros cuatrocientos noventa y dos concursantes. Cada año un número mayor, al parecer.
    
     A menudo piensa uno, ya digo, con honda admiración, con indecible ternura, en esos cuatrocientos noventa y dos postulantes anuales, qué vidas secretas y apasionantes en su dorada mediocridad no llevarán consigo, qué ilusiones inmensurables no albergarán esos purísimos corazones, qué humildes y a la vez vibrantes novelas no encerrarán en sus cándidas existencias las biografías de esos seres tan inocentes. Se mofan a menudo los bienpensantes de la dorada ilusión con que muchos niños siguen creyendo en la existencia de los Magos de Oriente. Cree uno, sin embargo, que para misterio insondable, para ingenuidad en verdad candorosa, para simple y ardiente fé, ninguna comparable a  la de esos cuatrocientos noventa y dos angelicales tíos hechos y derechos, con más moral todos ellos que los archifamosos trescientos de Troya.
    
     Les puede casi ver uno a solas, aferrados a la mesa, con su gripe a cuestas, su bufanda raída, el dolor de muelas, su oficina gris, su coche a plazos, un poco incomprendidos de cuantos les rodean, y sin embargo, dale que te pego al manubrio de sus cuatrocientos folios, inquebrantables en su esperanza férrea, por qué no va a ser este año, por qué no me va a tocar esta vez a mí, por qué. Seguirán esperando en vilo el fallo año tras año, conocerán de nuevo la bofetada áspera del desprecio editorial, volverán sus pasos, acaso algo más renqueantes ese día hacia la mesa en la que levantan ellos su mundo, hasta que, digerida la derrota, vuelvan para sí a decirse, como dicen los que de esto saben, lo que cuenta es intentarlo, quizás el próximo año, y de nuevo la ilusión recobrada, los miles de fotocopias, el secreto sueño de que, como en las películas, alguna vez a ellos corresponda una porción, aunque sea algo mohosa, en la tarta del Paraíso. No se sienten, es decir, no son fracasatis. Son angélicos seres. Sólo merecen respeto en su limbo ilusionado. 
    
     No estaría de más que algún día el heroico sindicato de la Ceja, ese ministerio de Cultura a la sombra del Poder, que tanto dice admirar y velar por quienes quedan en los márgenes del Sistema, bien de justicia sería, digo, que les montaran una hermosa obra,  a la mayor memoria de estos otros cuatrocientos noventa y dos en verdad que santos inocentes escribidores. Sí, porque de repartir los seiscientos mil del ala entre ellos, va a ser que no, ¿no?  


8 comentarios:

  1. Me da a mí, escritor mío, que usted no va alcanzar el Planeta. Mire que somos esclavos de lo que escribimos y tengo noticias de gentes que han perdido sus empleos o no han sido admitidos en otros por esto de internete que es un chivato de cuidado; todo lo guarda, todo lo usa, todo lo esparralla, como decimos por aquí.
    En todo caso, cuando se presente, le sugiero que lo haga con seudónimo: Victor Hugo, estaría bien. Tal vez a la gauche divina no le suene pero le resulte sonoro. Ya lo decía mi amiga Empar, en cuanto hay dinero por medio, olvidémonos de la justicia.

    Y mientras tanto, siga usted ensayando que por aquí andaremos.

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  2. Sr. del Pozo:

    Soy nuevo en su blog y tras leerme algunos articulos y repasar los titulos de otros tantos, echo de menos algo de imparcialidad.

    Cierto es que esto es un blog de opinión y no la TDT (Dios nos libre), pero un Licenciado en CC. Politicas y Periodismo, debería, ya que critica a Sabina, Sindicatos y acolitos de ZP en general, incluir alguna opinión sobre la Gurtell.

    No le pido nada extenso. Tomelo como una practica anti-sectaria y verá como su imagen de resentido derechon pierde consistencia. ¿o le molestan más las frases de Sabina que los 6.000 millones de euros que nos han robado el PP a los ciudadanos?

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  3. Gracias, señor Fran: sin duda es usted muy amable, y haré cuanto pueda por seguir sus consejos anti-sectarios, que quiere usted con ello, me parece, mejorar mi imagen de resentido derechón, que debe ser para usted algo malísimo, hasta convertirme en un sincero y sentido izquierdista, ¿no? Deje sus opiniones y sus criterios aquí, si le place, pero apelo a su indudable sentido de la convivencia y de la educación, que entiendo que en usted brillan con excelencia. Y déjeme, por favor, decidir a mí sobre lo que quiera yo escribir

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  4. Hola José Antonio: respondiendo a tu invitación aquí he llegado. Interesante la nota en la que me incluyo, soy de esos simples corazones que todos los concursos quedan sin siquiera un mendrugo de aplauso. Espero seguir viendote por mi blog.

    saludos.

    mariarosa

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  5. A mí me gustan mucho los perdedores. Normalmente convivo con ellos. Y la verdad es que tienen ganado mi afecto.

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  6. Burlarse de los hombres que sueñan debería estar castigado con una multa igual o mayor a la dotación del premio en cuestión. Porque como tú muy bien dices, no es que se le tome el pelo a los lectores es que se le toma a los creadores, haciéndoles creer que participan en un concurso cuando lo que hacen es adornar un acto, acaso algo peor, servir de coartada para un descarado acto de auto publicidad encubierta.
    Narras a la perfección todos los desvelos que acarrea participar en la broma.
    Recibe un fraternal abrazo.

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  7. Se necesitan 492 para aupar a uno. La dura ley de la naturaleza planetaria. Y Lara, su dios (minúscula, por Dios!)

    Un saludo

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  8. Cesar:en efecto, creo que el Planeta pour moi, que va a ser que no
    Mariarosa: sólo eso pedimos, un mendrugo. Gracias por allegarse ¿allende los mares, no? hasta aquí. Nos leemos
    Neo: por supuesto, con los perdedores, casi siempre
    Jose Alfonso: como coartada, eso, pero lo peor es que el público traga. Un abrazo
    Javir: creo que si no existieran esos 492, que pudiera ser, se los inventarían. Un abrazo, javir

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