En días como el de hoy en el mío país, (qué extraño esto del bloguerismo transnacional, debe recordar siempre uno que está escribiendo para el mundo entero, por más que todo ese universo mundo lo constituyan en realidad cuatro gatos escaldados, si bien no tanto como yo, de soledad y desánimo) la mitad de sus nacionales está de parranda en la fiesta de su pueblo del alma (es día festivo en todos) y la otra mitad anda broceándose de lo lindo, jubilosos al viento y al sol marineros de las infinitas playas del litoral.
Pero también en días como hoy (día crítico en el calendario, junto al día de Fin de Año) hay miles de personas, apenas visibles, por miles de razones a su vez que malamente pueden resumirse en una esencial inadaptación al monstruo de los mecanismos sociales, que sienten más que nunca el mordisco rabioso de la soledad. Todo a su alrededor les remarca y les recuerda hoy su estricta soledad, esa sombra amarga. No la pueden hoy siquiera difuminar en el tráfago corriente de un día habitual. Duele hoy, en el inmediato contexto de una climatología paradisíaca que es en sí una clamorosa invitación a la vida, la herida de esa dolorosa inadaptación más que nunca. No, no toda la gente se pone feliz por decreto. Pues que sepan cada uno de ellos, a todos a quienes pueda mi débil voz alcanzar, que soy yo uno de ellos, y que aquí está mi mano, y este pobre cuaderno.
En todas las fiestas y muy en especial en las navidades, por aquello de tener añadido el barniz de lo familiar, suelo acordarme de las personas que de una manera u otra acabaron solas; en especial de las de la tercera edad. Me sorprende que esa herida te afecte también a ti. Inadaptados lo somos todos, en cierta forma, pero también hay que hacer ciertas lecturas en paralelo, con perspectiva, y puede que de este modo no nos veamos tan solos. Por ejemplo, tus estudios son los míos y tus ocios distan poco del que esto escribe.
ResponderEliminarPues si bien hay una soledad creadora, que ensalzada ha quedado en varias entradas que he leído en los blogs, tenemos otra destructora del ser, devoradora de la persona que a nada bueno conduce.
Afortunadamente con internet la soledad lo es menos.
Saludos.
Para mí lo peor es la navidad, desde que falleció mi padre,es que es horrible la añoranza, ya nada es lo mismo.
ResponderEliminarY, en cuanto a la soledad en sí, a pequeñas dosis es estupenda, yo necesito varias dosis.
Besos
Parece que me has leído el pensamiento; ya somos dos ( o más).
ResponderEliminarUn beso grandote.
Que tengan al menos nuestro recuerdo positivo para que consigan un mundo mejor. Abrazos
ResponderEliminarNADIE debería sentir la SOLEDAD no querida.....La buscada es otra cosa.
ResponderEliminarUn abrazo grande ya desde los Madriles José Antonio
La soledad siempre aparece en algún momento de la vida. De hecho es algo que siempre está ahí, patente, incluso cuando nos parece que la hemos perdido de vista. El realidad no hay nada más que uno mismo y uno solo nace y uno solo muere.
ResponderEliminarsoledad nuestra amiga compañera que queda anidada en nuestra alma sin darnos cuenta ni quererla, esta asturiana admiradora de la sensibilidad y belleza de tus letras se queda en tu morada sin esperar ser molestia, un besin y feliz inicio de semana dulce escritor y poeta.
ResponderEliminarLe ofrezco en este comentario unos segundos menos de soledad. Sientame a su lado, celebrando el milagro de su blog, de todos los blogs y al mismo tiempo reflexionando.
ResponderEliminarLa soledad es nuestra maestra del dolor, pero también la única fuente de inspiración legítima, no contaminada, pura hasta el sufrimiento y esclarecedora hasta la virtud.
Un fortísimo abrazo
La soledad, una amiga que cuando uno menos se lo espera viene enseguida.
ResponderEliminarEs buena en momentos. Pero, en otros nos agobia con tanto silencio...
Yo te acompaño, desde mi refugio virtual, hoy, un día bastante caluroso que me tiene debajo del aire acondicionado, escuchando música y navegando por el mundo bloguero.
Besitos blogueros
LA VIDA ME A CAMBIADO TANTO QUE LA SOLEDAD SE ABRAZA A MI CINTURA ES COMO UN AVE NEGRA QUE ATORMENTA MI ALMA.....ME DICEN QUE APRENDA A DISFRUTARLA... SI LA DISFRUTO PERO 365 DIAS AL AÑO ESTA PESADO TENERLA DE COMPAÑIA...
ResponderEliminarBESOS
La soledad buscada, ¡qué delicia!; la impuesta, ¡qué horrible desgracia!
ResponderEliminarSaludos blogueros.
Un texto muy humano y muy real así es hay mucha soledad en el mundo y muchos desadaptados, como tu dices pero para la mayoría los feriados son una bendición para compartir con la familia y amigos y descansar del trabajo cotidiano un escrito muy interesante real y muy certero la imagen es muy buena representa muy bien el significado de tu escrito, a sido un placer leerte.
ResponderEliminarUn gran abrazo feliz Lunes.
amigo del pozo, nadie nunca esya solo, siempre tiene consigo a su yo in terior , quei a veces le habla y otravesces le hablamos conscientemente, aunque sean pesamientos, para los demas, tu yo tiene las soluciones a tu debilidades, y el te mostrara el camino para encontarlas, si en realidad te son necesarias, pero recuerda que el yo es un guia del alma y el alma es lavida de el padre de la luz que habla, asi que lo que tu le consultes el te lo respondera en pensamientos o sueños.
ResponderEliminarcondor te saluda amigo del pozo.
el hábito social, de lo marcado...
ResponderEliminaren algún momento muchos intentamos huir de eso, así que no estamos tan solos
:)
saludos
Es curioso el sentimiento de soledad,ese y el de la impotencia,los dos más desagradables que he sentido en mi vida.A veces incluso sentimos la soledad estando con personas que nos quieren,pero con que falte solo una,esa a la que necesitamos,la soledad nos inunda y nos agarra desde lo mas profundo de las entrañas.
ResponderEliminarEspero que al menos esta realidad de pantalla,donde hay personas de carne y hueso,amortigüe un poquito ese sentimiento .Un saludo.
Hola José Antonio, ¡me siento tan identificada con este texto, tan cierto, tan lleno de sensibilidad!.
ResponderEliminarTambién desde este lado de la pantalla, tiene una mano amiga con la que poder contar.
Abrazos. Rosa.
La soledad que se vierte como un alquitrán, pegado en cada suela y que germina ahí donde una menos la espera, bajo el tórrido sol, o las lluvias plomizas de invierno.
ResponderEliminarBesos, José Antonio.
Gracias por tu paso, y dejarme descubrir tu espacio.
¿Sabes? estos días noto muchas ausencias en el mundo de la blogosfera porque casi todos están veraneando, me siento un poco sola en estos medios, ya que veo que los blogs están paralizados, y en días festivos como hoy, en las calles se nota el vacío, la soledad, porque las masas están veraneando en las playas, y las ciudades están vacías y apagadas.
ResponderEliminarHoy es un día de mucho calor, pero un día de esos fríos en la blogosfera y en las calles, hoy se siente la soledad en las calles y en internet.
Un beso.
La peor soledad es la que se sufre en compañía. Sé que la mayoría de las personas rehuímos de la soledad, pero en tantas ocasiones es tan fructífera, es la madre de la sabiduría, y aunque constantemente buscamos manos y solo encontramos puños, te puedo garantizar que hay muchas personas dispuestas a acercar esa mano. Hoy día tenemos medios fabulosos para acompañar soledades, sin importar distancias. Aquí tienes una amiga para lo que necesites José Antonio.
ResponderEliminarTe noto triste y eso me entristece, ánimo amigo.
Recibe un gran abrazo y mi energía positiva.
Seguro que más de uno que está acompañado, desearía cambiarse por Vd.
ResponderEliminarEfectivamente, es dificil alegrarse por decreto, así como el estar alegre incluso estando de vacaxciones, heme aqui aburridillo, quizás porque he dejado de venir mucho tiempo y me he acostumbrado a lo malo, es decir a la ciudad, espero que me cure pronto, igual te deseo.
ResponderEliminarUn abrazo
Comprendo tu sentimiento, pero yo cogería una depresión profunda si me meten en una playa de Benidorm en pleno agosto... lanzo un aullido de lupus solitarius en solidaridad contigo.
ResponderEliminarSaludos amigo
Considero que la soledad depende de tu punto de vista. Conozco personas que están en compañía y se siente solas y personas que estando solas se siente en su deliciosa y propia compañía. Es cuestión de aceptar tu presente, el presente es tu eternidad habemos de disfrutar nuestra eternidad en el presente. La añoranza es mala consejera la añoranza puede ser soledad.
ResponderEliminarBuen post, invita a la reflexión.
Gusto pasar por tu espacio.
Hasta pronto.
La soledad sin los seres próximos puede hacerse dura.
ResponderEliminarLa soledad buscada no tiene porque ser dolorosa si existe una conciencia abierta, si uno es dueño todavía de su pensamiento que, ayudado por un un buen libro o por la audición de un buen concierto (Vivaldi, Grieg, Tomás Luís de Victoria, etc.) se hace más plena, hasta el éxtasis incluso.
Saludos. Xesús.
Somos como muñecos de cuerda.
ResponderEliminarTenemos la felicidad controlada al grito de ya.
Y para los pocos que no la soledad como agradable compañía.
Soledad que a veces no lo parece si hace ruido.
Un saludo, y otra mano
Amigo José Antonio: Me ha sido muy
ResponderEliminargrato conocerte como también leèr
la cronica que nos dejas tan real
y evidente, que por medio de los
blogs unir nuestros sentimientos
almenos le sirve auno de consuelo.
Gracias por tu comentario a mi
humilde blog, es un henorme plcer
después de saber tu faceta cultural
Un abrazo, Ángel-Isidro.
http://elblogdeunpoeta.blogspot.com
Nunca he sentido una soledad absoluta, pero me siento triste y sola ,a veces, porque me falta la compañía de algunos seres queridos.
ResponderEliminarLa soledad nos espera a todos y aparecerá en algún momento de nuestras vidas. No me gustan las fechas señaladas en las que tienes que hacer determinadas cosas por obligación.
Me gusta mucho la reflexión que has hecho.
Un abrazo.
La soledad es una terrible enfermedad que padecen muchas personas hoy en día, en especial si son mayores. Pero no es patrimonio de la tercera edad, sentirse solo puede ocurrirnos a cualquiera, por muy acompañado que esté. Un remedio eficaz es confíar en los amigos. Una vacuna preventiva contra la soledad es saber conservar todos los afectos haciendo el bien, sin envidias, sin soberbias, siendo humilde y reconociendo muestras debilidades ante los que nos quieren. Seguro que sentiremos sus abrazos. Besos, corazón, ha sido una entrada auténtica, necesaria y muy bien redactada.
ResponderEliminarLa soledad es una triste compañera, que nos pisa los talones de vez en cuando y que tenmos que procurar encerrarla y no dejarla salir.
ResponderEliminarBesitos y sonrisas acompañadas :))
Hoy paseaba por la calle, solitaria (la calle) y me sentía solitaria (yo) ...así que he hecho caso a una amiga y he abierto un blog. Ahora estoy paseando por este mundo algo solitario también, pero encontrando rincones de acogida como los oasis en un desierto.
ResponderEliminarUn placer beber de aquí.
La soledad es compañera de vez en cuando, de todos nosotros.
ResponderEliminarTe honra tender tu mano a quien se halle solo y ofrecerle, no sólo tus letras sino tu amistad.
Un abrazo, pasa feliz semana.
Te honra este tendido de manos, José Antonio. También soy uno de ellos. Gracias.
ResponderEliminarUn abrazo
No hay peor soledad que una en la que se está acompañado. Brinar a todos la mano es algo grande pero bien hay que saber que son las grandes soledades de las que nacen maravillas.
ResponderEliminarSaludos.
Hola,gracias por sus palabras en mi blog. Es una gran verdad.Unos ríen y otros lloran. La soledad es como un perro rabioso y más si hay una añoranza o melancolía.
ResponderEliminarYo lo sé bien. Desde hace unos días, el sufrimiento es mi compañero desde que abro los ojos hasta que los cierro. Sólo mi hijita me ayuda a sobrellevarlo. Saludos
José, la soledad va de la mano, Camina junto a nosotros..Sólo que En ocaciones, se asoma, y nos da Un toque, ligero, pero nos toca..
ResponderEliminarEstoy contigo, en lo que has Escrito...Día festivo, todos en Fiestas, pero seguro, quien te Haya leído,no se sentirán tan solo
Un beso de brujilla
Saludos de una inadaptada social, muy feliz sola. Yo disfruto mucho mi soledad. Me hago buena compañía y me gusta la soledad, la libertad y la independencia que vienen de la mano de la soledad.
ResponderEliminarTe mando un abrazo... Y alégrate. Hoy algo similar en mi sitio, pasa cuando tengas tiempo.
La soledad no deseada es un cuchillo clavado por la espalda.
ResponderEliminarSaludos y un abrazo.
la fiesta sirve para olvidar que estamos solos, vinimos y nos iremos solos, pero el intermedio no acepta la moneda vacía, busca un constante intercambio.
ResponderEliminarSe suele decir que "más vale solo que mal acompañado". Si, solo antes que en mala compañía, pero solo durante un ratito.
ResponderEliminarBuenos días,me ha gustado mucho tu entrada el tema que has tratado,es muy relativo,cada persona lo vemos de una forma diferente.A mi la soledad no me gusta,soy de carácter alegre y me gusta estar con mis chicos,y por supuesto cuando estos se van quedarme con "mi chico particular",al fin al cabo es quién siempre está ahí.Un saludo y buen martes.
ResponderEliminarEs un alivio saber que no estamos tan solos, al fin y al cabo.
ResponderEliminarOtra cosa, José Antonio, parece que los cuatro gatos a los que aludes somos unos cuantos más...
Las fiestas de los pueblos...qué bonitas y...qué trites también para muchos en los que la soledad se ceba.
ResponderEliminarNo hay mayor tristeza que la soledad en multitud,sobre todo si esa masa de gente vive,piensa y siente de sí para sí misma.
En fin...
No todo son rosas en los campos de la vida,¿verdad?
Un beso.
Creo que la soledad depende más de uno mismo que lo que pueda influenciarnos desde afuera. Claro está que en los momentos de necesidad no hay nada más invaluable que una mano amiga que nos acompañe.
ResponderEliminarUn abrazo.
Parece que ella es muy hábil, porque anda por todas partes del mundo al mismo tiempo. A mi me gusta de visita, cuando desea instalarse, ella ya sabe... le abro la puerta y trato de invitarla a salir.
ResponderEliminarUn beso!
Andaaaaa, cuántos somos!!!
ResponderEliminarAunque la entrada es de ayer, ayer, y antes de ayer, y hoy mismo, me hallo yo,. como usted y como muchos más -que mal de muchos "epidemia"- trabajando, encerrada incluso el día de la Virgen de agosto, y disponibilísima para los que , de vacaciones o no tanto, quieran acercarse a este servició público con el que me gano el sustento (espero que con dignidad).
¿Sola?, no, no tanto. Diferente diría yo, como cuando tomo las uvas con personas con las que comparto uniforme o canto villancicos sabiéndome de guardia por si acaso los que sí celebran, me necesitan.
Que no somos solos, que somos diferentes pero, y a mí que me gusta...
Porque el puente del quince de agosto no hay quien pare en los sitios en los que, teóricamente, se debería estar: playa, montaña o verbena. No digo yo que de vez en cuando no haya que ser como todos y sudar como sardinas en lata en un atasco , en un pub o rezándole a S. Roque, pero, hágamos de la necesidad virtud, D. José Antonio y pensemos que somos unos privilegiados por tener tan buena excusa para ir un poco a "nuestra bola".
Feliz agosto y un abrazo bloguero de Á.
Venga, hay que levantar el ánimo.
ResponderEliminarEntiendo lo que dices, la soledad no es buena consejera, pero hay que tomarla desde el punto de vista constructivo, aunque hay gente realmente sola y perdida en el mundo.
un abrazo para que te cure esa soledad.
Debería haber un pacto con la soledad, en el que se especificara que seremos amigos, aún en los tiempos complicados. Pero nunca debería existir la soledad ante las carencias vitales, las físicas, porque con esta soledad no hay reconciliación posible.
ResponderEliminarBesos
Y aquí esta mi mano también, un habitante crónico de la Calle Melancolía.
ResponderEliminarGracias José, tu mano llego hasta aquí, a Argentina;
Pd: que la soledad, cualquier soledad, sea como un dolor de muelas aliviado.
Tampoco quiero la felicidad por decreto, prefiero nadar contra corriente aunque esto conlleve soledad, porque de la soledad de la inadaptación voluntaria también pueden surgir grandes cosas, como este blog. Felicidades por él.
ResponderEliminarAsí las soledades compartidas no lo son tanto. Gracias por dejar unas palabras en el mío.
Saludos
Soledad compañera de vida de unos más que de otros.
ResponderEliminarBuen post.
La soledad tiene nombre de mujer es curioso Y la padecen también los hombres ,no se salva nadie de esta compañera de vida en algún momento de nuestras vidas...
Besos de MA.
Son fechas en las que añoras a los seres queridos que ya no están, a aquellos amigos que se quedaron en el camino o que simplemente perdistes el contacto y no volvistes a saber nada de ellos.
ResponderEliminarPiensas en los enfermos, en los que están postrados en la cama de un hospital, en los que están solos y no tienen a nadie con quien compartir una cena o una conversación, en los que duermen al raso, en un portal o entre cartones...
Fue Benedetti quien dijo que la "Navidad era un renacer de la empatía y del amor por el prójimo".
Será que en el fondo, lo que nos da miedo a todos, es estar solos.
Otra de las causas por las que se produce la soledad, es por no saber corresponder, y te quedas como la una.
ResponderEliminarUn saludo.
Podemos estar solos josé Antonio, pero no de nosotros mismos ni de todos aquellos que nos habitan y a nuestra vez habitamos.
ResponderEliminarLa prueba la tienes aquí.
Estamos todos porque todos hemos querido tenernos.
Te abrazo profundamente.
La soledad impuesta, esa que se siente incluso estando rodeado de personas es lo peor que podemos experimentar.
ResponderEliminarPero cuántos nos sentimos así? Muchos, por desgracia muchos.
Me gustó la entrada.
Un abrazo
Por Dios,escritor, falto dos días y ya me echas de menos!
ResponderEliminarEscribía yo en mi modesto blo hace justo un año sobre la soledad del Camino de Santiago que por aquel entonces emprendí, con más atrevimiento que sensatez. Comparaba yo el tal Camino con la vida misma: un ratito estás sólo, de pronto alguien se coloca a tu lado y acomoda a tu paso el suyo; depende de tí que permanezcas un tiempo con él o que, desesperado por tu lentitud le veas perderse por el recodo próximo. Tal vez lo encuentres más tarde a la sombra de un frondoso carballo, pero quizás entonces seas tú quien no desees compañía. Nunca, durante el transcurso de la peregrinación, he llegado a sentir pena de nadie que estuviese sólo. No cuento aquella en que un padre se esforzaba por seguir a su hijo, quién ni siquiera se volvía a mirar. Le acompañe durante un trayecto,y finalmente, también, le abandoné.
La soledad es una ampoya en el alma, que supongo que hay que curar con transigencia y con solidaridad.
¡Qué difícil es ser feliz! dice una de las hermosas canciones de uno de mis autores preferidos.
ResponderEliminarEstiro mi mano y toco con ella la pantalla del pc esperando sentir el calor que en la tuya nos ofreces.
Es verdad que no todos hemos estado en las playas o en las fiestas, que muchos hemos estado. Sí: hemos estado, así, simplemente.
Biquiños.
Carmen.
Pues mira. Como lo del 15 de agosto (para colmo con luna llena) es como un leit-motiv maldito, ya conocido, empatizado, temible y me pasa como a ti (aunque es infinitamente más abismal mi soledad, de 1 de septiembre a 30 de junio, por razones fáciles de intuir), me dispuse a remedar al Fernando Rey de "Ese oscuro objeto del deseo", cuando se dio una vuelta sobre sí mismo, tapándose los ojos y señalando con el dedo a cualquier sitio del mapa. Y resultó en mi caso que acerté de pleno este año: mi dedo se posó sobre lo que en un folleto turístico se anuncia como "capital del paraíso interior", con montañas solitarias y translúcidas, cuajadas de olivos susurrantes.
ResponderEliminarHa resultado mágico y sin aguantar borregos y borregas. Que, para eso, la rentrée ya amenaza, como cada año, redoblando su inquina. Y eso sí que es dura y penosa soledad, rodeado de h. de p. que no saben qué hacer para traicionar y avanzar un curso más en la estupidez más recalcitrante que imaginarse pueda.
Un abrazo, amigo. No es consuelo, pero sabemos lo que hay y lo que debiera haber.
(P.D.: Lo que me llama siempre la atención es cómo los humanos, cara a la galería, nos confesamos impúdicamente, para luego, a la hora de la verdad, dedicarnos a clavarnos puñaladas traperas, en todos los sentidos.)
Jose, mira que llego tarde para seguir procurando compañías. Cierto que estos medios llenan un espacio de ese vacío "solitario" y te hallo así, multitudinariamente acompañado. Como soy única hija, supe de soledades y comprendí que nadie podrá acompañarnos totalmente, nacimos para ir un poco solos. Rehuyo fiestas y multitudes. Ahora que he quedado lejos de amigos y familia tardé con dolor, pero aprendí a disfrutar de aquella soledad de niña, que me obligaba a inventarme fantasías. Tu blog es un espacio particular, como el patio de cada casa, aquí han venido muchos con la mano extendida, soy una más.
ResponderEliminarUno de esos gatos escaldados, te deja hoy un hermanado abrazo, qué me importa que los políticos anden en sus yates dorándose al sol, yo estoy ¡leyéndote! Un abrazo.
ResponderEliminarQue casualidad, ayer cantaba yo esa canción....aunqeui la palabra no me gusta...me gusta estar con la gente..un abrazo desde Murcia...seguimos..
ResponderEliminarComo te entiendo José Antonio!!!! cómo te entiendo...este verano, estas vacaciones sin vacaciones están siendo para mi muy muy raros...no estoy como unas castañuelas precisamente....
ResponderEliminarLa canción de Sabina me encanta....bueno es que me gustan todas sus canciones....Un abrazo.
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ResponderEliminarSoy de los que por aquí ando no soleándome ni de vacaciones,a si que vengo aquí a hacerte companía.
ResponderEliminarSaludillos
jejeje andas llorando por los rincones soledades, pero tienes ¡un montonazo de comentarios!
ResponderEliminar(A menos que llores por Soledad)