Contemplar a todo un ex –presidente de la CEOE imputado por un juez de la Audiencia Nacional, nada menos que por motivo de una apropiación indebida valorada en 4,4 millones de euros provenientes de los clientes del grupo Marsáns resulta bochornoso, no menos bochornoso por andar ya todos curados de todos los imaginables espantos. El que la organización empresarial haya guardado un espectacular silencio alrededor del caso reviste si cabe aún mayor gravedad. Nada desvirtúa más la figura del emprendedor anónimo que el ver envueltos a sus supuestos representantes ante la sociedad en turbios y delictivos negocios.
Toda la putrefacción del Sistema presente, consecuencia de una maraña de legislaciones intervencionistas y contrapuestas que hacen imposible que se centren la Justicia y la Administración en lo esencial, que sería la salvaguarda del sentido común y la elemental rectitud en la vida de las empresas, se revela en la detestable moda de los EMPRESARIOS EXPERTOS EN QUIEBRAS, verdadero contrasentido al espíritu creador de oportunidades y riqueza.
No, el sistema de la iniciativa individual no lo representan los mastodontes agiotistas de la CEOE, partícipes del Sistema y de sus enjuagues, sino el pequeño empresario sin nombre, el tendero del barrio, el que dirige de la mañana a la noche una empresa de treinta, de cuarenta, de cincuenta trabajadores. No es preciso escalar el Everest, ni darle la vuelta al mundo o adentrarse en una jungla vietnamita. Quien quiera procurarse emociones fuertes, quien quiera arrostrar aventuras penosas sin fin, el que quiera de verdad medir su coraje, cree y mantenga, si es capaz, una empresa así.
A los díazferranes de la CEOE, esos merchanes de altos vuelos, remitámosles a Max Weber, revolucionario de verdad hoy. Que lo lean, aunque sea antes de con este papel –un decir- limpiarse las posaderas:
“Una ola de desconfianza, odio e indignación moral envolvió a menudo a los primeros emprendedores, leyendas negras incluidas. Sin embargo, una extraordinaria firmeza de carácter y ciertas CUALIDADES ÉTICAS fueron las que les hicieron ganar la confianza de la clientela y de los trabajadores, y sobre todo una extraordinaria capacidad para el trabajo, incompatible con una vida regalada… Esos nuevos empresarios no eran especuladores osados y sin escrúpulos o aventureros como hubo siempre, sino hombres educados en la dura escuela de la vida, prudentes y arriesgados a la vez, sobrios y perseverantes, entregados de lleno y con devoción a lo suyo, con concepciones y principios rígidamente burgueses, que crearon un estilo de vida oscuro y retraído pero decisivo para el desarrollo de la economía”.
Todo lo que alguna remota vez quizás Díaz Ferrán fue, y que fue sin duda, de todo lo suyo, lo mejor.
Buenos días lo primero, lo segundo gracias por aumentar la letra de tus textos, a mí me resulta cómodo.
ResponderEliminarHay textos como este que no son fáciles de comentar, porque está todo dicho.
Me gustan tus reflexiones, sean del color que elijas.
Me quedo, como resumen de todo, con la palabra corrupción, que campa a sus anchas, sin el menor reparo.
Años tardan en juzgar y la mitad, salen airosos, con los bolsillos llenos y las conciencias laxas.
Un placer leerte,siempre.
Saludos blogueros..
Uno más a "pillar de la saca del pueblo". Como son tantos, uno mas o menos casi que no se nota, ¿verdad?
ResponderEliminarpor supuesto muchas gracias a jinquer, a Winnie, a Mónica, a Trecce, a Liliana,a Maribel, a Javir, a Vane, a Inés, a Lobo Solitario, a todos y cada uno de quienes con respeto, de acuerdo o no conmigo, dejan sus aportaciones aquí, porque engrandecen el blog y le dan sentido. Me encantaría tener más tiempo para leer vuestros estupendos blogs: no siempre lo tengo, y lo siento. GRACIAS
ResponderEliminarEstos "empresarios" ¡la madre que los parió! Empresario es mi cuñado que está aguantando al máximo para mantener su empresa a flote y a sus 20 trabajadores en ella contra viento y marea. Y como él, tantos otros que luchan todos los días porque el paro no llegue a 5.000.000. Este tipo y otros de su misma ralea (sea la empresa privada o pública como Spanair) lo único a lo que van es a sacar p'al saco todo lo que puedan y luego decir que el problema es el sueldo del trabajador que es mucho y no lo puede pagar. Luego están los empresarios a los que Weber (el filósofo, no el de F1) les tiraría de las orejas como al impresentable dueño de Rianair.
ResponderEliminarSalu2
Me pareció algo extraño que un empresario al borde de la quiebra se mantuviera al frente de la CEOE.
ResponderEliminarDesconozco las aptitudes empresariales del sr. Diaz Ferran y la forma de dirigir sus nehgocios, solo quiero decir en su defensa que esta crisis se ha llevado por delante a todo tipo de empresas y empresarios, grandes medianos y pequeños.
Saludos.
Menudo pájaro el tipo este.
ResponderEliminarA lo largo de mi anónima, aunque profesional carrera, he tenido que encontrarme con todo tipo de empresarios; aprovechados, subvencionados, defraudadores y algunos esclavistas sin escrúpulos. Pero la inmensa mayoría honrados y trabajadores, arriesgados, y excelentes pagadores. Hasta hace unos treinta años, la prioridad era pagar a los trabajadores, a los proveedores y no tanto a hacienda. Para todos los empresarios era un baldón despedir a un trabajador o no pagarle puntualmente. El ritmo frenético de la sociedad, la mollicie, la escalada social rápida, las nuevas tecnologías y la ausencia de moral, en una palabra, ha querido hacer un fracasado de quien no se hace rico en un año. Del modo que sea. Es este ritmo endiablado y cierta laxitud en las conductas lo que no permite el control necesario por mucho que se haya parcheado un código de Comercio de hace dos siglos. La falta de medios en los juzgados de lo mercantil es alarmante y la lentitud de la justicia ayuda a que cuando algún acreedor se persone a cobrar, ya sea en máquinas de escribir, éstas están oxidadas. Y el dinero de viaje.
ResponderEliminarCiertamente esta crisis ha dejado en la cuneta a muchos malos pero también a algunos buenos y todos estamos sufriendo las consecuencias, pero una cosa es clara: puedes caer en concurso de una manera ordenada y con tus cuentas claras sin que haya nada punible o puedes tener que temer la quiebra fraudulenta.
No quiero dejar pasar por alto una gran incongruencia de la que casi todos somos responsables; la falta de memoria para con quien ha estafado, robado o plagiado y que al día siguiente lo intenta de nuevo y otra vez lo consigue...
Disculpas por la perorata.
Un chorizo más-
ResponderEliminarOtro corrupto más en este país...
ResponderEliminarBesines
reopaphUno mas, este país se esta convirtiendo en algo imposible. Políticos,empresarios, jueces y todo aquel que tiene donde meter la mano, se lo lleva crudo.Mientras hay mas de cinco millones de parados y muchas familias pasándolo mu mal.-
ResponderEliminarSaludos Blogueros.-
este sistema se parece a la Italia de hace años cundo desaparecieron los partidos politicos clasicos
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