Ahora que ya pasó el día D de los Enamorados y del Corte Inglés, quizás sea oportuno abundar en La Propiedad (re)distributiva del Amor, que me la conozco yo, por tenerla bien observada, muy de carrerilla. Reza así su ley:
A causa de los intensísimos fenómenos intrahormonales de todo tipo, de la aceleración en cascada de neurotransmisores, del incremento desbordado de la presión sanguínea y toda la suerte de transtornos que desde el sistema límbico volcándose en tropel hacia los órganos externos la catástrofe del Amor consigo acarrea por dentro siempre a las personas, inexorablemente sucede que:
-las personas menos agraciadas, expuestas al fenómeno del Enamoramiento, experimentan una súbita armonización de sus rasgos y figura, que se suavizan y rebosan de una luz propia, de suerte que fulguran GUAPÍSIMOS de contornos y andares, hasta el punto que diríase que caminaran ahora, y nunca mejor dicho, en ESTADO DE GRACIA.
-las personas muy guapas, por el contrario, ante ese convulso seísmo que por dentro con todo arrasa, cámbiales también el dibujo de la cara, y en el pleonasmo empalagoso de tanta belleza, tórnanse de golpe deformes, torpones y desmañados, bizqueantes patitos feos. Están enamorados, sí, pero de guapos que eran, con ese big bang que desparrama a lo Dalí la guapura, resultan ahora seres horribles. Que les den.
Por supuesto, como el Enamoramiento tiene mucho de sustancia alucinógena, de anfetamínica ilusión que nos proporciona por momentos alas, es sólo elixir temporal, por lo que luego retornan las cosas a la establecida normalidad, los guapos a sus triunfos, los feúchos a sus fiascos.
Mas en lo que dura ese interregno, como un carnaval justiciero y revolucionario en el Reino de la Belleza, qué incomparable transformación la de los feúchos enamorados, qué belleza nueva y radiante en esos rostros, qué magia blanca reordena de proporción sus facciones, toda esa sangre pura bulléndoles el cuerpo desde lo hondo, sabia savia que les reviviera en armonía de arriba abajo, como si la Ilusión les invistiera a la vez de la hermosura. Qué gusto da solo ya el verles. Que soportable parece entonces la Vida.
Muy romántico, José antonio.
ResponderEliminarEnamora-miento, lo dice la misma palabra, es un estado irreal, una mentira, luego vuelves y te pegas un batacazo... Por cierto, me encantó la película "Enamorarse", algo de idiota tengo que tener yo también.
ResponderEliminarMe alegra saludarte de nuevo.
Un abrazo y hasta pronto.
Querido José Antonio, me ha encantado la entrada, eres mi ídolo. Falling in love...título de la fotografía de la película que has colocado: enamorándose, es decir en el "momento de máximo cuelgue".
ResponderEliminarUn abrazo, casi enamorado
El amor es un engaño, una ilusión bendita que nos hace ver la realidad distorsionada, pero ¡qué bonito es sentirlo! Lo malo es cuando se pasa...el topetazo puede ser bestial.
ResponderEliminarUn abrazo
De acuerdo con "El Hada" que me precede. Aunque aún es peor seguir "arrobado" y comprobar que la otra parte es y fue una psicópata mientras te hizo creer su falso "arrobo".
ResponderEliminarHabría que racionalizar en las escuelas esta cuestión, aunque sirviera para poco, como la economía y lo demás.
Pienso que, más allá del asunto de la belleza versus fealdad (muy relativo), hay dos formas de querer, que se suelen corresponder con la naturaleza del género y la génera: con el género, el amor romántico, muy estable emocionalmente; y con la génera, el "te perdono la vida y me enamoro de tus circunstancias, mientras me satisfagas las 14.525 cosillas que, por el momento, te veo, hasta que me decepcione una sola, porque yo lo valgo", "mobile" cual "piuma al vento" este último, como reza la canción. Mientras ambos coexistan en su imposible conexión moral(solo digo "moral"), no hay nada que hacer para mejorar la humanidad y aligerarla de tanto y tanta h. d. p.
Saludos cordiales.
Bendito enamoramiento que hace que por momentos la vida sea de colores...
ResponderEliminarUn beso romántico ( o dos)
Enamorarse, querer al otro,sentir el amor. Es agradable dar y recibir. Pero qué ocurre cuando eres invisible para el otro. Dolor. Cuándo y cómo se puede despertar. Mejor,seguir en el enamoramiento o morir. Saludos
ResponderEliminarMenos mal que nos queda el amor José Antonio,menos mal. Un abrazo.
ResponderEliminarQue no, que hasta los feos como yo nos enamoramos y hasta afortunadamente encontramos nuestra media naranja, lástima que cumpla con el rito de Areces y entre en sus bazares a comprar un regalo a mi costilla.
ResponderEliminarUn abrazo
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ResponderEliminarOh el amor, el amor... enamorarse una vez y amar para siempre.
ResponderEliminarEn ese estado no se si estamos más guapos o no....pero si es verdad que así nos sentimos.
ResponderEliminarEstado a veces efímero, en ocasiones duradero, siempre hermoso mientras dura, casi siempre duro para una de las partes cuando se esfuma.
ResponderEliminarUn abrazo.
Que entrada!! no la había visto, no se me actualiza tu blog...
ResponderEliminarMuy acertada, el amor lo puede todo, hasta transformarnos a los feos en guapos.
Hay un libro de Punset que habla de la química del amor y la serotonina, es muy chulo.
Realmente el amor es una de las pocas cosas que dan sentido a esta vida, viva!
Guapísima entrada.
Saludos blogueros.