miércoles, 21 de marzo de 2012

Acababa ella de salir de la ducha DOS

       
    A la mañana siguiente... (a la mañana siguiente, hoy, al subir la persiana ha sido inenarrable la alegría de ver por sorpresa el descampado de enfrente de casa todo de blanco engalanado, como la tundra nevada del Doctor Zhivago. Nevaba con mansedumbre sobre los madriles en primavera, como si avanzásemos hacia un invierno... de blogs, claro, qué confusión más hermosa de los tiempos, y era precioso el ribete de armiño de la nieve sobre el verde oscuro de los setos, sedientos de ese agua y a la vez deseosos de embellecerse. E bian, lector, me perdonarás la efusión mañanera, que retomo ya lo prometido, mi deuda contigo, inmensa y pura como la mano de la nieve jugueteando sobre nosotros)
     
   A la mañana siguiente, cuando tomaba el ascensor para irme a trabajar, por supuesto, ni rastro quedaba en mi memoria del hombrecillo de las canillas peludas. Cuando se abrieron las puertas descubrí además que en la cabina bajaba ya una mujer, para mí también desconocida. A veces, no me pregunten por qué, el moderno ascensor se para y se abre si lo llamas justo cuando pasa por una planta.
    
    Como en una película mala –no otra cosa es la vida- resultó que era una mujer joven, con el pelo abundante de un rubio lisérgico y unas formas en el cuerpo tan rotundas que llamaban a la concupiscencia. Una tía de esas que antes servían de modelos para almanaques de los camiones y que ahora triunfan en los programas de la telebasura, dicen que buscando allí novio. Llevaba unas blancas botas altas, pantalón negro ceñido y una camisa blanca también, de amplias solapas abiertas que invitaban a contemplar el desfiladero que formaban sus abultados y pujantes pechos, vaya usted a saber a estas alturas de la película si producto de la madre Naturaleza o de la madrastra Cirugía.
     
   A ella sí que le di los buenos días. Pero no se crean, uno no es ya un chaval, y ese tipo de especímenes  empiezan -he dicho solo empiezan- a resbalarme. Al entrar al ascensor anticipé en las napias la vaharada a aparatosa fragancia de burdel que debía exhalar aquella criatura. Y eso fue lo que por completo me descolocó. Pues traía ella los rubios cabellos aún mojados, casi empapados, –creo que por el cuello abajo todavía le resbaló alguna gota de agua- y todo el cuerpo le olía solo a sencillo pero recientísimo gel de baño.
     
    Estaba claro que acababa ella de salir de la ducha –como yo mismo- y cada uno de los poros de su piel aún de par en par arrojaba en llamaradas a su alrededor, que era allí, en el angosto cubículo del ascensor, tambien el mío, el aroma avasallador que deja el simple jabón sobre la piel fresca. Era una furcia aquella tía, casi seguro, pero el reciente gel del supermercado había conseguido en ese instante redimirla, y hacer de ella, sólo hasta que se evaporara, un emblema carnal de la lozanía con el que algo oscuro e innominado por dentro a uno –incluso a uno-  le empujaba a fundirse.  Entonces... entonces CONTINUARÁ mañana, lector, que no quiero fatigarte ya más por hoy con lo mío, que tendrás tú muchas otras cosas que hacer.

16 comentarios:

  1. -bueno, tuve hasta tiempo hoy de commentar en la entrada de ayer,aunque sucintamente, a todos los q ayer me comentaron. GRACIAS (y gracias a MºAngeles por hacerse SEGUIDORA del blog, para mí es oxígeno para continuar escribiendo)
    Un abrazo a cada uno de ustedes

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  2. Ya estoy deseando ver en qué para todo esto...pero...que no salga un "culebrón"...ja,ja,ja.Es una broma, José Antonio.

    Un abrazo

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  3. ¿Botas blancas?¿y encima altas? un poco choni si era.

    Me encanta Doctor Zhivago

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  4. Nos has dejado en ascuas. Esperaremos impacientes la continuación de la historia. Tal vez sea la propietaria del Mercedes?
    Saludos!!!

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  5. Sigo pendiente del desenlace
    Saludos blogueros

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  6. Me quedo ansiosa esperando el mañana, para saber que sigue. ¿Dónde venden ese tono de rubio? jajaja.
    Gracias por haberme visitado después de tanta ausencia.
    *No has considerado la posibilidad de quitar la verificación de palabra.

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  7. A mi ésto me está encantando...sigue sigue..jaja Besos

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  8. Una duda sólo a mí me corroe too.
    ¿Le resbalaba o no, una gota por las suyas canaletas?

    Coño, que parecías dormido!

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  9. Tus descripciones se superan cada día. Magnifico texto.

    Un abrazo, quedo a la espera.

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  10. Bueno pues nada, ya veremos como queda. Como quede como la "menda" de categoría.

    Saludos.

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  11. No sea mal pensado. Será un chica moderna y extravagante en su forma de vestir. Seguro que le encantan las botas blancas y el perfume, por ello no debe ser una mujer de mala reputación, será la prima del pueblo de tipo de la canillas peludas, que le acaba de tocar la lotería y se compró un ferrari, ¿verdad? Espera su segunda parte. Esto promete.Saludos

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  12. ¡Jooooó!, no vale. Lo de los ascensores tiene siempre.... pero claro una poligonera no seria ¿Tenia un mercedes rojo?, jiji.
    Saluditos.
    Ps: Lo de las palabras clave es muy fácil. Configuración> Entradas y Comentarios>Mostrar la verificación de palabras>No y guardar configuración. Si no funciona así ete a la plantilla antigua y no haces en ella.
    Por cierto que yo lo quito y no se si se queda o no, cuando hagas un comentario en mi blog me dices si tienes que ponerlas -las palabras calve, digo--.

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  13. Esperamos espéctantes el desenlace.

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  14. ¡ pues me estas intrigando ya mas que don marcial la fuente estefania con el caballo mas rapido la rubia mas rubia y el disparo entre los dos ojos !....Joder jose antonio tio no nos dejes en ascuas y con semejante hembra en el ascensor ...mañana no me pierdo el capitulo correspondiente aun que nieve

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  15. Tiene buena pinta a ver que ocurre después...

    Saludos.

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  16. Ya está. era la señora de la limpieza del ático segunda que acababa de terminar su jornada laboral, o, tampoco...

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