Expurguemos un poco las principales formulaciones publicitadas del ensayo este de Verdú, el que con mayor cuantía de sucio vil metal es por el Sistema agasajado:
“Los daños de una competitividad salvaje, la crueldad de las diferencias sociales (aquí parpadeé yo, me dije, hombre, que así argumentara un becario tendría su razón de ser, pero que lo haga la flor y la nata del establishment ideológico, que sobre tantas injusticias eleva su privilegio, es desde luego para premio, máxime cuando hace días conocimos todos los 8,2 millones de euros apañados solo en el pasado año por el gran Cebrián, consejero delegado del Tinglado que tan bien mantiene a Verdú, a su vera por tanto, por lo que no sé que revela este alarde más, si cruda envidia o impávido rostro)
“La dinámica de un mundo occidental crecientemente infeliz… la tortura laboral y hasta moral de tantos habitantes, semejante a los efectos de una gran guerra no ha de ser vana (alto, alto, pensé, con cuál quiere Verdú comparar en efectos esta crisis, con la Primera (diez millones) o con la Segunda (cuarenta millones de muertos) de las Guerras Mundiales, ¿y es en verdad comparable? ¿de verdad lo es? ¿se puede sostener con tablas demográficas en mano algo remotamente parecido? ¿permite una equiparación tan desatinada –las barbaridades de una guerra, cámaras de gas y campos de exterminio para millones de personas incluidos, asimiladas a las estrecheces de una crisis económica- acercarse mejor a la realidad presente?)
“Una revuelta más o menos silenciosa pero eficaz emprenderá gradualmente la revolución pendiente del siglo anterior. Esta es la esperanza y la meta hacia un futuro más humano que aguarda a la vuelta de la esquina”. Es decir, el “apocalipsis optimista” que Raymond Aron hace ya ¡sesenta años! categorizó como la fórmula profética más querida a los popes de la intelligentsia progre. Todos los fetiches, como el muestrario de un perista, ahí están bien dispuestos: salvajismo capitalista-crueldad social-tortura moral-gran guerra-revuelta-revolución pendiente. Porque, es verdad, dan ganas, tras leer esta síntesis del ensayo que la editorial facilita, de ponerse pero ya a asaltar… PRISA, para empezar.
que cara tan dura tienen estos progrs
ResponderEliminarforrados de dinero y la culpa la tenemos los no progres arruinados
ResponderEliminarJosé Antonio; Estos progres de anquilosado pensamiento no producen nada mas que vómitos y diarreas seudo cientificas. Hay que tener moral y paciencia para leerlos.
ResponderEliminarEs ver la foto de los dos sinverguenzas y revolvérseme el estomago.
El cinismo abismal de estos degenerados aprendices de bolcheviques de caviar no conoce tope ni límite alguno.
ResponderEliminarCuando todos los males de estos aciagos y malhadados tiempos han sido provocados por ellos, primero crean las circunstancias coadyuvantes de cualquier despropósito y, a continuación, se hacen las nenazas lloronas. ¡Pero qué abyectos que son, por Dios! En el curre: primero crean el caos; a renglón seguido se pelean entre ellos y empiezan a añorar un sistema de mandato piramidal. Lo implantan con el complot de los cocos. A renglón seguido, se quejan las nenazas izquierdazas de que no ganan lo suficiente como para seguir medrando. Lo convierten todo, pero todo -incluida la Universidad- en purita burbuja. A continuación le echan la culpa a la abstracción del "sistema"... capitalista, of course. Favorecen el clima más propiciatorio para que los adolescentes monten en rebeldía con sus papás. Luego, en sus centros de acogida se les escapan, una vez que se los raptan a sus progenitores... Producen sistemas educativos de mierda con becas injustas y derrochonas. Terminan culpando de ello a los videojuegos (que promocionan, por otro lado) o a estudiar de memoria. Son iguales para todo, pero los peperos, con su complejitis atorrante, son incapaces de hacérselo mirar.
No es que sean cínicos, es que son más malignos que el demonio, al que invocan permanentemente.
Saludos.
Siempre se ha dicho que una cosa es predicar y otra dar trigo.
ResponderEliminarEncima de hipocritones intensos, peste de progres...pagados por un fondo yanqui de inversión.
ResponderEliminarMe gusta la denominación aplicada en una de las entradas: "bolcheviques de caviar", o informadores degenerados, traidores, que a mí se me ocurre.
ResponderEliminarSaludos
tiene bemoles que unfondo de inversiòn USA financie a estos millonarios pijoprogres
ResponderEliminarBla, bla, bla ¿pero alguien compra estos libros?
ResponderEliminaren la feria del libro, arrasan Punset y Vargas Llosa, deo gratias
Un abrazo
Este Verdú, el tal Vicente,
ResponderEliminarEs un perfecto majadero.
Suelta gansadas evidentes,
Detesta el capital, como ente,
Pero quiere pillar nuestro dinero.
Muy bien traído, José Antonio.
FugisaludoS, compañero.
Después de marcar y apoyar la ideología del pijo-progre y todos los logros sociales del socialismo fashion, ahora también se ponen al frente de la revolución. Mientras en la Ser hace años que lis mileuristas eran ademas autónomos cebruna el visionario que ha llevado a la ruina a los medios polanquistas, verdu analiza el malestar desde su atalaya mientras pinta cuadros infumables y ensayos de medio pelo.
ResponderEliminarHe aquí la intelectualidad que dirige el pensamiento del pienso.
Un abrazo José Antonio
Vale pero que tengan en cuenta una cosa. Esa revolución de la que hablan, la carne de cañón, la infantería sera la gente como yo. JÁ y se creen esos gilis que a ellos no sera a los primeros que les cortemos el pescuezo. Anda por ahí a cuidar berzas y no mientes a la bicha.
ResponderEliminarSaluditos.
sin lugar a dudas, son las cosas de este pais,
ResponderEliminarsaludos