Invocó con calculado escándalo Mercedes Milá para su Telebasura granhermanana a Jesucristo… y se le apareció Carlos el Yoyas. Surgió de entre el público y desenmascaró el Yoyas con voz flamígera el fariseísmo milano. Fue como si alguien que desde arriba moviera los hilos de todo le diera a la gran Comunicadora y mejor pagada lo merecido a su fenicia osadía. Se asemejó el incidente entero a un episodio bíblico, sí, Milá sembrando vientos y recogiendo tempestades.
Se presentaba un libro de la mugrienta factoría granhermana y de improviso uno de los héroes del programa, con melenita nazarena, se abrió paso entre los participantes. Agarró el micro: “vengo a hablar de cosas que nos han hecho y que no creo que aparezcan en ese libro”. Y empezó el Yoyas, inflamado por la Ira, a desgranar los dudosos milagros del Templo granhermano: “el contrato que nos impusieron tenía cláusulas abusivas, incluso ilegales, contra los Derechos fundamentales…”
Para entonces ya estaba Milá crucificándole con la mirada, sólo que la Indignación del Yoyas era incontenible: “…no se nos dio de alta en la Seguridad Social, de todo lo que hacíamos la empresa se quedaba con el 40%, y no contentos con eso, nos hacían pagar por el 100% para ahorrarse así ellos pagar al Fisco…”. Pocas veces se habrá visto tan claramente denunciada la explotación de las personas e incluso el fraude fiscal, tan de actualidad, como en este bodrio que patronea la bien pagada Milá.
“¿Pone en el libro que con la expulsión de mi mujer se estafó a la audiencia? Sí, Mercedes, sí…” continuó airado de gesto el revoltoso. “EH,EH, EH… dame el micro…”, con voz acre y brazos aspeantes, sin poder ya más contenerse, le interrumpió la suma sacerdotisa. “…No es este el sitio, ni el lugar… le estás haciendo un feo a la autora”. Aún le retrucó el rebelde: “No… si yo he venido a hablar de mi libro, señores, A pie de calle, señores”. Mostró entonces a todos un libro con ese título que al parecer ha escrito el Yoyas ahora, pues aquí, lector, esta es la Justicia terrena, a todo dios que cretino con fama sea le publican su castaña.
“He venido a hablar de mi libro” dijo el Yoyas, y puede que alguno de los allí presentes constatara el vivo ejemplo de la degeneración cultural que experimentamos, en farsa ahora, pues no otra fue la frase que en su día el extraordinario Umbral le espetara en directo a la misma Milá, cuando por propio interés faltó ésta al “pacto” convenido en uno de sus programas.
Retomó entonces la arúspice el mando de la situación. “Si vas a seguir con esta actitud te marchas de aquí”, amonestó Milá al réprobo, a la vez que con el brazo amenazador le señalaba la puerta de salida, esto es, de las tinieblas exteriores. Solo que a los zelotes macarras, es sabido, la amenaza aún más les enciende, por lo que el Yoyas explotó: “…es que tú no me echas, YO me voy”, y con greñas destempladas empezó a salir de allí. La interacción entrambos se puso entonces estupendísima. “Vale, lárgate, en fin… (dirigiéndose al auditorio) veo que no ha cambiado, sigue siendo el Yoyas (con el severo gesto añadido en la cara de Milá de esos carcas que para nada creen en la reinserción del delincuente)…”.
Ocurrió que el expulsado del Paraíso, antes de abandonar la sala, aún se recreaba posando para las cámaras con alguno de sus admiradores que por allí había. Era más de lo que la Doña estaba dispuesta a soportar: “Oye, no, por favor, fotos aquí no, lo que me falta, que recorra todo esto como si fuera la Macarena, venga, lárgate”, gritó la papisa progre al iconoclasta. Mas al oir eso, volvió el Yoyas sobre sus pasos, se allegó cerca de la mesa presidencial y con índice acusador, directamente apuntando a la gran comunicadora, bramó: ¡Que sois unos estafadoreees! “Lárgate, guarro…” le increpó entonces Milá, estirando mucho las dos palabras. Ni eso acalló al Yoyas Superstar: “A ver si todavía voy a contar más cosas, ¿quieres que se entere toda España, dí”.
Y es esto lo que sabemos de cómo terminó otra gloriosa e instructiva página que Milá y una de sus criaturas bordaron para memorable recuerdo en los anales de la Historia de la Comunicación.
Casi que no puedo con ellos Jose Antonio ni con el uno ni con la otra...Besitos y buen inicio de semana
ResponderEliminarBuenísima la foto de la Milá ¿de dónde la has sacado?, pero paso del Yoyas y la Milá.No merecen ni un segúndo de mi tiempo. Saludos
ResponderEliminarWinnie,Mónica: vale, pero es lo que hay, a mi me parece censurable. Esa foto como todas es del google. Besos.Gracias
ResponderEliminarDoña Milá está cada día más... no sé, será lo de hacerse pis en la ducha pero tiene una cara... que también la tiene, claro. Así que no le gusta que le digan que su "experimento sociológico" como dijo de Gran Hermano la primera vez que lo presentó no es trigo limpio ¿no? A lo que quedan reducidas ciertas personas aunque claro ¡ande ella caliente y ríase la gente! que poderoso caballero es don Dinero y yo madre al oro me humillo o así ¿no?
ResponderEliminarSalu2
Hace mucho que no veo ese canal, pero por lo que cuentas, tampoco hubiera merecido la pena ver ese espectáculo.
ResponderEliminarSaludos.
Milá es de las basuras más denigrantes y horripilantes que ha excrementado la comunicación social en los últimos tiempos.
ResponderEliminarCoisas da mídia, brigas, intrigas. Porém, acredito que, como acontece aqui no Brasil, tudo é tão somente para angariar maior audiência. Abraço brasileiro, José.
ResponderEliminarEn mi país, este programa de Gran Hermano ha dado mucho que hablar, y les han entablado juicio algunos de sus exparticipantes. No conozco el tema que nos presentas, pero intuyo que debe ser similar a lo que ha ocurrido en Argentina.Un abrazo!
ResponderEliminarTal para cual, dos impresentables.
ResponderEliminarNo veo gran hermano, no sé quien es uno u otro, pero a la Milá si la conozco. ¿Le crecieron las domingas?. Santo esperpento!!
ResponderEliminarSaludos.
La Milá no permite que le lleven la contraria.
ResponderEliminar´me has conseguido crear un trauma que no se si esta noche pegare ojo
ResponderEliminarponerme esa foto de la Mila con esas pechugas ....no tienes perdón
Algo tiene el agua cuando la bendicen.
ResponderEliminarSepan ustedes que Carlos Navarro a.k.a. El Yoyas no se cansa, en la periodicidad con la que le invitan, que es mucha, de denunciar las tropelías del nacionalismo, socialismo y nacional socialismo catalanes en los debates de una o dos televisiones privadas de esa región. Y que en más de una ocasión ha dado públicamente su apoyo al partido Ciudadanos.
Sólo por esto, y especialmente por lo primero, ya cuenta con mi simpatía. Y si ha dicho lo que ha dicho de la cosa milanesa, va a ser que alguna razón tiene.
Saludos cordiales.
Cuando escribes de temas exóticos me pierdo. Milá sé quién es, sobre el resto me informaré.
ResponderEliminarUna brazo
tù lo
ResponderEliminarhas dicho degeneración cultural
ecce homo El Yoyas aunque peor es la hembra
Voy a participar/escribir aquí una pequeña addenda para, nada más, sugerir un ideario mayor.
ResponderEliminarEsta presunta periodista/presentadora/marquesa es una infumable abusadora de las desgracias ajenas que las utiliza para beneficio propio vía alguna cadena de TV basándose en la ignorancia que pervive en la subcultura típica española.
La denuncia que hizo contra una residencia de ancianos de Las Palmas la podría haber hecho diréctamente en el juzgado de guardia. Sin más.
No parece que vaya de adalid justiciera, pues cobra un pastón por sus "programas/denuncia".
Karadura.