Hum, daría uno su vida entera por
parecerse un algo a Robert Redford,
e investido con ese formidable poder de convicción que otorga un físico
sobresaliente, acercarme a esta mujer tan corajuda y seria siempre –en las
antípodas de las infinitas y ególatras poses garzonitas ante los media-, de
recatado mirar en sus ojos negros sobre la figura estilizada, como una cariátide
concienzuda por dentro que no dejara ni por un instante de tirar con decisión
del endeble carrito de la Justicia,
sorteando cuantos bordes, bordillos, bordones y trampas el Régimen corrupto de
la Psoe en la Bética le pone al
paso.
¡Cuánto arrojo en esa mujer infatigable, buceando sin desmayo y en
solitario –una mujer, el candil vivo de sus ojos humildes en busca de la
verdad, sus pasos precarios, su decisión inquebrantable- en las fauces mismas
del Ogro filantrópico, atiborrado
éste de cocaína, cubalibres y millonarias pringás
de los amigos del Progreso y sus secuaces, en la pesquisa de los dineros
malbaratados y destinados a los trabajadores en paro! ¿Qué cantan los poetas
andaluces de ahora, decía Alberti?
Le canto yo, un anónimo bloguero tan solo, a la juez Alaya, qué pasa.
Al paso y para tumbarla le salió Alfonso
Guerra, ese dechado de Ética en la Bética. Para zaherirla quiso el muy malvado por los pelos arrastrarla
por el fango, escupiéndole el veneno de una relación personal con un candidato
popular. ¿Se movieron las Mujeres progresistas en contra de machismo tan
hurraco? No, madre. Sin inmutarse, sin un mal gesto, muda ante la Prensa,
siguió la juez a lo suyo, arrastrando la mínima sansonite de la equidad,
buscando luz de verdad en ese lodazal de retorcidas culebras y de inmundos
reptiles.
Igual que Redford en Memorias de África le diría yo a la juez Alaya, quizás soliviantada por
la calorina del Mezzogiorno, por los tentáculos de la Chaves Connection, por las mandíbulas batientes de tantos
cocodrilos que ansían un desmayo suyo, “creo
que puedo ayudarla”. Sí, a la orilla del Guadalquivir, bajo una sombra propicia, le tomaría yo entre mis
dedos sus cabellos brunos, que son muy abundosos, tanto que se le derraman en
cascada de fronda sobre la recta espalda. Sopesar así su melena entera,
recogida toda en el hueco de mi mano, liberar su cuello esbelto y sus hombros
renacentistas, permitir que el aire por allí la circule y refresque. Acercarme
un instante el aroma de esa selva densa y morena a la nariz. “Descanse, abroche los párpados y olvídese
ahora de todo, Jueza mía”.
Claro, le rebosaría yo los cabellos de un jabón muy blanco, le aplicaría
en masaje todo el bálsamo –óleos de ternura, no de feo deseo- que con las manos
fuera yo capaz de transmitirle por entre las ondulaciones de la cabeza, se lo
recogería arriba en coleta de pompas que al momento desharía, juguetearía sin
prisa entre el jabón y su pelo, como un niño vagamente travieso, sólo por
procurar el sosiego de mi Jueza, por suspender en sus sienes las asechanzas de
los saurios.
Y luego, como en un sueño mío, por ver si además era capaz y todo yo de
hacerle asomar al rostro el naciente sol de una sonrisa, pondríame en la boca
la voz del actor que dobla en español a Redford y muy cerca del oído le volcaría unos versos
míos, de mi Romance de la Kirchner y el
Dioni en Olite (post 15-4-12):
No te pares, Martín Fierro
no te pares, gaucho mío
sigue firme con tu hierro
cabalga duro mi albedrío,
son la vida cuatro días
es la Vida tu espolón,
no valen más esta puesta
este sol, este fragor
este cielo encabritado…
que mil acciones de repsol ,
que le den por saco a la Patria
que acá quiero morirme yo.
“Perfecto”, remataría yo también
entonces, ante el lírico entreabrir de esos
ojos, afianzando así de incuestionable verosimilitud artística la realización de ese sueño bloguero a la
orillita del Guadalquivir, Jueza mía.
José Antonio este paso ya montas la peluquería....jaja Un besote
ResponderEliminarMe temo que va a tener que ponerse a la cola ;)
ResponderEliminar¿Se movieron las Mujeres progresistas en contra de machismo tan hurraco? No, madre.
ResponderEliminarFrase genial Maestro, la recordare para en el futuro darle tan buen uso como el tuyo.
Por cierto que mal las eliges ¡eh perillan! jajaja.
Saluditos.
Por favor, una permanente...
ResponderEliminarSaludos y un abrazo.
Y después de hacer realidad ese sueño a la orillita del Guadalquivir, señor bloguero y rematar su faena, se la lleva cogidota del brazo a la Feria de Abril. Saludos y feliz paseo ferial.
ResponderEliminarEstas imparable y genial....un beso
ResponderEliminarY Robert Redford soñaría con tener una pluma como la tuya... Gracias a tí por compartir estas letras con nosotros...
ResponderEliminarHay que reconocer que tiene mucha resistencia la jueza.
ResponderEliminarMe apunto para un lavado de cabello...Con óleos de ternura, no de feo deseo...
ResponderEliminarBesos :)
Bueno, la jueza ha reaparecido y con el pelo siempre perfecto je,je,je
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