No, yo no quiero que se disuelvan tan pronto los posos de mi derrota,
que, siéndolo, fue también una victoria. Yo no quiero que se pierda tan rápido
por el desagüe loco de los días la memoria de mi batallar sobre la cancha, la
huella de ese pundonor imprevisto que a mí mismo maravilló. Por eso aún lo
recreo un poco y soplo el rescoldo de esas brasas padeleras, reviviendo el amor
de esa lumbre tan reciente, pujando porque todavía en alguna parte perdure. Que así nunca se me
olvide que una noche, a la hartura de los cincuenta, sobre los andurriales de
un polígono suburbial, habitó en mí un
rato la indómita estirpe de un Héroe
casi como los de Homero.
Oh, alada ingravidez de mis piernas, oh, fantasía certera de la pala,
diestra prolongación de mi brazo, geometría limpia de los golpes precisos,
asombrosa yuxtaposición de ojo-cerebro-piernas-cintura-brazos en relámpago prodigioso
que conseguía poner la bola justo donde yo la quería. Somos inmortales en
momentos así.
Cómo desde ahí, sin intervalo de descomprensión, descender a las
miserias de lo real. No sé si uno debería ya sólo escribir de estas cosas
cotidianas pero tan fantásticas que muy pocos reparan en su incalculable tesoro. Es
imposible mantener, lector, el pulso alto de esa beatitud. Somos santos, sí,
también somos pícaros, y vándalos, y hasta un poco zíngaros de la Escritura,
violinistas de muchos tejados al tiempo. La vida es como es, y a partir de los
cincuenta ya no regala tregua alguna. Cada día que llega es el penúltimo.
Se van a enterar Boris&Sardá
el trajecito que les tengo yo en la mía mente ya pre-cortado. Puede que eso
llegue mañana, lector. Pero hoy llamean todavía en mi entendimiento –y con qué
fulgor- las estampas de mi derrota, que siéndolo, lo sabes tú, lector,
supiéronme a pura Gloria, y que no quiero yo que tan raudas se desvanezcan en
la oscura nada. Prolongarlas al menos un poco en el blog, esa Nada.
Post/post: gracias a Alijodos, a Winnie0, a MAMUMA, a Cesar, a CSPeinado, a Bego por vivir el Duelo a mi lado, por blogguera ayer conmigo, GRACIAS.
NO HAY MEJOR DERROTA QUE LA QUE TIENE SABOR A TRIUNFO. SIGUE BATTALANDO EN LA CANCHA, TIENES MUCHA VIDA DEPORTIVA POR DELANTE. NO DESFALLEZCAS. ÁNIMO Y SALUDOS
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