Estoy, sí, indignado. Conmigo mismo. Con el nivel de mi pádel en
concreto, que, de buenas a primeras, sin previo aviso, cae en picado y me
abandona, como una gracia dudosa que de golpe hubiera uno perdido creyéndola
dominada.
Con la que está afuera cayendo y el bobolavaina este con la ful de su
pádel, mascullará algún Indignado
idealista que por azar aquí recale. A ver: si la mañana que estallaba la Primera Guerra Mundial Kafka anotaba
en su diario que, a despecho de la movida, se largaba él esa misma tarde a la
piscina, y si hemos de seguir el ejemplo de los grandes de verdad –y no de esos
figurones que patrocina el Banco de
Sabadell-, ahora que la gloriosa Spanish
Revolution, al calor de la conservadora costumbre de festejar los
aniversarios, vuelve por sus fueros, ¿no
debería entonces uno apuntar algo así en el blog, aunque fuera sólo por ver si
con esa descarada copia algo del gran checo del Existencialismo de esta manera se me pega?
Lo peor, lector mío, es que encima trátase de la desoladora realidad. En
los dos últimos entrenos, puede que por los súbitos calores, por la repentina
acumulación del efecto torpeza anexo a las cincuenta castañas, qué se yo, lo cierto es que no dí una a derechas. Es
como si hubiera perdido el toque, la distancia de bola, el baile de las piernas
en anticipación, todo eso a la vez en fuga precipitó mi juego hacia un desastre
penoso.
Con quienes entrenaba, muy piadosos ellos, ni pío me dijeron, y hasta
bromeábamos festivos y todo al final, como pasando en ascuas sobre la mía
calamidad. Pero tras las forzadas chanzas, un cúmulo de sapos, truenos y
culebras bramaba por dentro de mí. De vuelta a casa, puede que algún conductor
se hiciera cruces en el semáforo al verme abriendo con amarga pose los brazos,
perdida la mirada ante el parabrisas y susurrando la misma máxima que Mou, pur qué, pur qué.
Y es lo peor de todo que este
mismo martes noche, salvo que el tiempo lo impida, me –nos- espera un trascendental partido, del que
depende el mantenimiento del puesto número 108, de un total de 230 aguerridos
padeleros que el ránking de mi suburbial club alista. Seguro que ahora
comprendes de sobra, lector, la hondura de mi pesar. Cómo pueden de golpe
abandonarte unos dones conseguidos a base de sudor y esfuerzo, más que de
naturales cualidades. ¿Es así de injusta siempre la vida? ¿Acaso en el decisivo
match de golpe también mis poderes, las discretas alas que me llevan, recobraré?
¿O se consumará ahí mismo el total Desastre?
Y ya no es tanto por mí como por Javier,
mi inseparable –hasta ahora- compi del pádel. Más que lo mío, me amarga sobre
todo el decepcionarle a él, ser la causa principal de su derrota. Él tiene 33
años. Es un buen chavalote. Juega mejor que yo, pero había conseguido uno no
desentonar del todo a su lado. Pero la gente en los ránkings, lector, ma-ta por
como sea ganar, y en cuanto olfatean al chungo de la pareja rival, como
tiburones capitalistas y comunistas fusionados, le vuelcan todo el juego, para
así asfixiarle y ganar-ganar-ganar. ¿Cómo sobrellevar esa adversidad que
también a tu compañero condena?
¿Participas de la densa bruma que ahoga mi tribulación, lector? Y a todo
esto, ¿qué tal nadaría el esmirriado Kafka?
¿También él por sorpresa perdería el secreto del bien nadar? ¿Entonces, la Spanish Revolution? Hasta que pase este
martes noche, como si la Milá presenta
desde Sol la nueva gala del Gran Hermano y a todos enseña allí el
zambombo, por mí. Te cuento, lector, mi sinvivir.
Post/post: gracias a hawai05, a Winnie0, a María José Rubiera, a Juante, a Lobo Solitario, a Metemorfosis, a Zorrete Robert, a Mariola, a Juan Risueño y a NVBallesteros por los cariñitos y cariñotes me brindaron ayer bloggeando a mi lado, y yo al suyo, GRACIAS.
Pues aquí se presenta un solitario solidario con tu causa indignada con causa. Sobre todo desde que ayer, ese atorrante profe (que, de buen seguro nunca habrá hecho oposición que valga para usurpar la peana que oKupa en la Autónoma Madrileña) que responde por Carlos Taibo, le soplara a inefable Gemío de género progra, que "para eliminar el capitalismo, los del 15-m poroponemos que los alumnos universitarios autogestionen en cooperativa los bares de las facultades" (sic).
ResponderEliminarEl pádel no, mi querido amigo. La piscina menos aún, teniendo aquí al lado las feraces y límpidas playas atuneras de la hermosa Cádiz. Pero salir corriendo de toda esta escoria pseudo-hippy que no para de simular sus propios estertores, en busca de unos largos playeros, po sí, mira: ¿qué quieres que te diga?
(Desde luego que Alfonsito Guerra llevaba toda la razón: "el techo intelectuá se alcanza al acabar bachillerato". Taibo con el bar y Gemio con su chiringo son dos preclaros e indignantes especímenes de tan dignificado aserto.)
Es, joven, el pádel, como el tenis, enemigo traidor e infiel con quién no lo practica asiduamente. No así con aquellos que lo han mamado. Me refiero a quienes de párvulos, apenas destetados luchaban con las raquetas agujereadas (pero que cuestan como si fueran enteras)que son muy pocos si consideramos que el Pádel nació con D. José María. Antes sólo existía en espacios escasos, subproducto del noble tenis, deporte de caballeros (un árbitro y la mitra de jueces de línea.) No hay duda, si tu lo dices te creemos, de que perdiste el toque, pero no la sabiduría. Aquella que te lleva a estar seguro de que han descubierto tu miedo y tendrás que apechugar con todo el juego mientras Javier se desespera en la red esperando alguna bola perdida. Olvídate del baile de la victoria y si quieres ganar, llévate a los rivales de cañas antes del partido, siempre que tú bebas agua.
ResponderEliminarNo desistas, como las oscuras golondrinas, el pádel volverá y entonces será el llanto y el crujir de dientes para quienes te han hecho de menos.
P.s.
( Si quieres un buen profesor que afine tu volea, razón aquí.)
JOSE ANTONIO chico que esfuerzo eso de darle a la pelota con una raqueta yo ya estoy agotado solo de imaginar semejante desproposito
ResponderEliminar¿ oye no hacen en tu club algun torneo de verdad de esos de lucha a muerte tipo mus o similares ? ...ya es que correr me deja desata y casi que me voy con los indignos que estos si que saben botellon , tias y to dios tumbao en las aceras ...¡ eso es vida ----el padel tortura !
un abrazo amigo
¡Buf! a mi me lo vas a contar que salí a darme un trotecillo por El Retiro y casi se me cae un pulmón al suelo. De la bici... ni hablar. Me parece que me voy a tener que pasar al noble deporte del ajedrez y si es muy cansado al del billar.
ResponderEliminarSalu2
De lso 50 para arriba........Cervecita y langostinos a la sombra en una terraza, a ser posible que sirva una camarera joven y discrete (por si vas acompañado) y al padel... ¡que jueguen otros!
ResponderEliminarNo te deprimas por el nivel de tu juego, puedes achacarlo al color azul de la pista que muestras. Si esa justificación le funciona a Rafa Nadal ¿por qué a ti no?
ResponderEliminarUn saludo
Juan Carlos si que sabe ....deportes de riesgo eso si que es deporte ...mus , tute ,cinquillo y como mucho mucho riesgo los chinos
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