Cuentan las crónicas de “la Noche
de los Abuelos” que, como los
mineros coreáranle a la Bardem, a la
manera del público en las telebasuras, el consabido “tú-si-que-vales”, una y otra vez repetidos todos aquellos vales,
debió sentirse ésta tan en los centros de su ser sin duda emocionada que desde el mismo
estrado profirió un “¡Vivan vuestros
cojones! ¡Salud y República!”, que incluso a aquellos hombrones dejara
estupefactos.
Tras la vibrante apelación testicular, que creía uno monopolio del imaginario simbólico que la dulce Izquierda atribuye a los facciosos, apareció a continuación Aute,
muy avejentado, claro. Allá que se puso a cantar “Al Alba”, la mítica canción hecha por él en protesta por el
fusilamiento de unos terroristas durante la Dictadura de Franco. Era el aniversario
del asesinato de Miguel Ángel Blanco,
el mismo que ayer los filoetarras se negaron una vez más, ni siquiera en el
Parlamento, ni siquiera por imperativo legal, a condenar. Más abajo, en el
hondo Sur, una juez en terrible soledad continuaba afanándose por desenmarañar
el hilo de los cientos de millones trasquilados a los parados con los falsos ERES del socialismo. ¿Y qué?
No importaba nada, pues se trataba de imbuir en las mentes de aquella
multitud, en las de quienes en los días siguientes pudieran informarse sobre la
Noche de los Abuelos, la especie de
que vivimos ahora la misma Dictadura atroz, si es que no es ésta mil veces
mucho peor. “Quieren acabar con todo”,
está claro. “Volvemos al 34”, está
clarísimo.
Así que eso, “miles de buitres callados van extendiendo sus alas, no te destroza
amor mío, esta silenciosa danza, maldito baile de muertos, pólvora de la mañana”.
Puede que para la ocasión donde dice buitres dijera él gaviotas, por hacer más
clarito aún el mensaje, aunque eso los cronistas no lo señalan. Sí que los
asistentes lo acompañaron enseguida en el canto y que, hoy como ayer, empezaron
a encender mecheros. Ningún cronista de los que yo he podido leer añadió sin
embargo esto que ahora yo escribo:
Qué poco sentido del ridículo, qué negación de la más elemental proporción,
qué cinismo más servil, qué penoso el
Señorón Aute. ¿Se sintió acaso
perpetrando esa farsa metido él en un túnel del Tiempo, en un túnel del lavado
express de la conciencia también, que lo devolviera tan flamenco y flamante
como entonces? Qué par de cuyóns también los suyos, desde luego, Señor Aute.
Post/post: gracias a Javir, a Trecce, a Zorrete Robert -me has dejado helado,no sabía eso-, a MAMUMA, a Bego por apadrinar ellos il mío blog, por bloggear ayer a mi lado, GRACIAS.
Si pudieran volverían a las armas como en el 36, pues su mayor afán es ganar la guerra que perdieron, algo que no puede ser, evidentemente, pero ellos están empecinados.
ResponderEliminarEso sí, son muy pacifistas (de boquilla)
Los etarras saldrán de la cárcel avalados por Estrasburgo por la desidia de un gobierno que no sabe mandar leyes orgánicas para su aprobación y la economía española es intervenida desde Europa por que unos gobiernos no supieron gestionar honradamente el dinero de todos los españoles. Eso es lo importante pero todos se tapan las vergüenzas a gran velocidad por si les toca algo.
ResponderEliminarSalu2
De las desidias de la derecha se nutre la izquierda. No hay ropaje para tapar tanta desvergüenza. Cuanto más intentan ocultarla más asoma.
ResponderEliminarSaludos.